Opinión

El Arte de ser Familia: La crianza una responsabilidad compartida

Cada uno de nosotros viene de una familia donde sea como haya sido, fuimos criados bajo patrones.
jueves, 10 septiembre 2020

El hogar es la gran incubadora de los principios, del crecimiento y del desarrollo donde nuestros niños reciben todo aquello que necesitan para crecer sanamente.

Cada uno de nosotros viene de una familia donde sea como haya sido, fuimos criados bajo patrones o estilo que de alguna manera ya marcan nuestra existencia y muchos de esos patrones han sido transmitidos de generación en generación y ahora desde nuestro rol de padres, quizás elegimos dar algunos cambios ; así como dar continuidad aquellas recetas familiares que son transmitidas a través del tiempo a las nuevas generaciones y que cada una en su momento va haciendo variaciones a la receta, y cada nueva versión hace la receta más maravillosa, pero ligeramente diferente a la anterior.

La crianza es una responsabilidad compartida y esto es un precepto sin discusión, sea cual fuere mi condición como pareja, esta no incide o modifica mi condición como padre o madre, ya que ambos son procesos vinculares completamente distintos, por ello es importante que consideremos cuáles son los patrones de conducta que como padres estamos asumiendo y evaluar sin son coherentes con lo que esperamos modelen nuestros hijos y más aun sin es coherente con la esencia misma que implica ser padres.

Cada uno de nuestros hijos llega con su pancito bajo el brazo, cada pancito tiene un relleno especial donde papá y mamá de acuerdo a su momento de historia familiar e individual contribuyeron en ese primer relleno que completa la vida de su hij@. Cada uno llega con su propio carácter, personalidad y es tan individual y único como lo es su huella digital.

A medida que van creciendo esas características iniciales que venían escritas y rellenas en el pancito van fortaleciéndose o disminuyendo, según sea el ejercicio del rol de los padres.

Pero sea lo que sea al que suceda ellos seguirán siendo tan auténticos, únicos e irrepetibles como su huella digital, y como padres nuestra misión esta también en acompañarlos a consolidarse, editarse y definir su Yo soy, desde su propia esencia no desde lo que deseamos desde nuestro diseño previo de ellos. Por ello es importante que papá y mamá compartan esa responsabilidad de crianza al unísono, de lo contrario afectará su identidad y proyección.

Claro está que las experiencias nos moldean, sin objeción por únicas que sean nuestras huellas digitales y nuestra personalidad existe un entorno común, que nos hace “diferentemente iguales”, como diría mi gran maestro Nelson Torres, de esta manera somos iguales a pesar de nuestras diferencias, y todos transitamos por un proceso de crecimiento en el que atravesamos las mismas etapas de desarrollo.

Aunque el entorno cambie la presencia de papá y mamá hace un gran papel en la vida de los hijos, esta presencia no implica que necesariamente deben estar bajo el mismo techo; si la pareja ha elegido un camino diferente deben recordar que lo que cerró fue la unidad pareja, no la de ser padres, esta permanece al igual que el compromiso de ejercerla cada día de la mejor manera.

Una vez leí, que las enseñanzas son como los hilos de una cobija, aunque no se ven individualmente ahí están y van tejiendo la cobija hasta que unidos forman un solo objeto; de esta misma manera a través de esta metáfora podemos expresar que el carácter moral de cada uno de nuestros hijos es una identidad única, formada por los hilos de la honestidad, la compasión , la sensibilidad, la valentía, la responsabilidad, el respeto , la tolerancia, la justicia, la fortaleza espiritual que se van entrelazando al observar, escuchar y vivir desde la infancia, en la adolescencia hasta llegar a ser adultos, y eso es compromiso, es responsabilidad de crianza.

El desarrollo físico de los hijos es el más obvio, lo vemos a simple vista; el desarrollo moral, emocional, intelectual se lleva por dentro, no lo podemos medir tan fácilmente como el físico, pero ocurre tal cual como cuando preparamos una rica receta, hay que saber el momento justo para no pasarlo de cocción o no dejarlo crudo, es aquí el trabajo de dos, los padres, saber cómo lo quieren

Papá y Mamá los primeros siete años de vida de tu hij@ son vitales, lo que impacte en su vida durante este período será su formación y comportamiento para el resto de su vida, como digo será su equipaje.

La enseñanza comienza bien temprano y lo primero a aprender como padres es que cada niño está listo para cada cosa a su debido tiempo, de acuerdo a su desarrollo.

Por ello si queremos hacer lo mejor posible para ayudar a nuestros hijos a crecer y aprender, estemos alertas y conscientes de la etapa en que ellos se encuentran y más aún comprender que cada hijo es diferentemente igual al otro.

Si ya superan los siete años, aun la tarea sigue y es mucho lo que se puede lograr, revisando y alineando. Siempre está la oportunidad de ser Mejores versiones de si mismos como padres, como hijos.

Lcda. Irma Vecchionacce
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irmavcoach

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