Opinión

El Arte de Ser Familia: Jerarquía familiar, clave para comprender la autoridad

Ausencia de jerarquía es igual a ausencia de límites. Existen muchos hogares que no ponen límites a sus hijos en el espacio de jerarquía que les corresponde por sentimentalismo.
jueves, 19 agosto 2021

Hoy exploraremos la tan debatida jerarquía, ya son muchos los padres que con frecuencia expresan que deben ser amigos de los hijos, que viven para sus hijos y así mucho más en lo que se va perdiendo de vista una característica imprescindible en la estructura familiar y, la que cada vez es más necesario rescatar, como lo es, la Jerarquía.

Entiéndase esta como el desempeño de la autoridad, el ejercicio de quien manda, toma decisiones, fija límites, administra la organización de las distintas áreas de la familia, y en algún momento les da jerarquía a otros miembros en la familia. ¿Ves que importante es su existencia para el funcionamiento familiar?

La jerarquía en sí misma no es absoluta, sino que va evolucionando en el tiempo y según los distintos contextos donde se desarrolla. En una familia equilibrada son los padres quienes ejercen la autoridad, sea que vivan los dos o no; aun cuando la pareja se ha separado pueden establecer pautas jerárquicas en función de los hijos y su dinámica de vida.

En el hogar se comparten las distintas áreas de jerarquías, por ejemplo, mama asume el ritmo de las obligaciones escolares y extracurriculares y papa lo concerniente a los permisos, horarios de sueño.

Es preciso comprender que en los ambientes familiares y en cualquier estructura sistémica cuando no existe una jerarquía bien delimitada se presta a confusiones, desordenes ocasionando fuertes conflictos e incluso un estancamiento de la familia. Sin embargo, la jerarquía ha sido en muchos contextos mal entendida y distorsionada, en esta oportunidad quiero mostrarte como pueden ser las relaciones que se establecen de acuerdo a la jerarquía sea con la pareja o los hijos:

Relaciones Complementarias: existe uno que manda y otro que se somete. En estas se da el conflicto a causa del resentimiento que genera sentirse sometido y donde no se le considera importante el pensar y sentir del otro bajo ninguna circunstancia. Se usan expresiones como: ¡Aquí mando yo!, porque soy la mama o papa! ¡Yo soy tu papa y así lo decido!

Relaciones Simétricas: la pareja actúa en partes iguales en el ejercicio jerárquico, de igual manera se dan con los hijos en muchas familias, actúan como socios. La gran complicación en estas relaciones es que se genera competencia o lucha de poderes en la dinámica relacional familiar y se pierden los límites.

Relaciones Paralelas: se avista como la más idónea, y es el resultado de una mezcla equilibrada de las dos antes mencionadas determinada según el contexto. Sin embargo, es la más difícil de establecer.

En una familia siempre será necesario que los hijos se relacionen con sus padres, quienes son los que dirigirán la manera de relacionarse y haciéndole ver que son los padres quienes tienen más jerarquía en el hogar. Por lo general pasa mucho que algunas familias delegan el poder en los hijos o en uno solo de ellos, heredándole el poder de mover la dinámica según su deseo, aun sin tener la edad suficiente para asumir este rol, cediendo el poder totalmente. Esto trae como consecuencia caos al interior de la familia.

Ausencia de jerarquía es igual a ausencia de límites. Existen muchos hogares que no ponen límites a sus hijos en el espacio de jerarquía que les corresponde por sentimentalismo; “pobrecito mi hijo” “déjalo ser” llegando incluso a subestimar su capacidad de entender lo que se le demanda.

El creer que ponerle límites o normas afectara su acervo emocional y llega a dársele tanta libertad por temor a perder su cariño sin valorar que en algún momento este hijo puede llegar a sentir en algún momento que no fue querido, que fue abandonado a su suerte, por ello no tuvo guía de sus padres para enseñarlo positivamente.

Lo que traerá consecuencias a su vida en el futuro. Una razón muy común para explicar la falta de autoridad dentro del sistema familiar, es la comodidad de los padres, el pensar que los hijos saben lo que hacen y si se equivocan ya saben lo que pasara, claro está los padres no admiten que son cómodos, pero los hechos cotidianos lo dibujan claramente.

Estando en su zona de comodidad le permiten al hijo decidir lo que quiera, no supervisan sus actividades, acciones y relaciones en general, no supervisan nada. La comodidad es más fácil que tener que estar al día lidiando con normas y conflictos, con diferencias y negociaciones, así que lo mejor es dejarlos ser.

Comprender lo importante que es ejercer y más que ejercer delinear ante cada uno de los miembros de la familia las figuras de jerarquía, el que los hijos asimilen quien lleva las riendas del hogar no de manera aplastante, sí, de forma equilibrada le proveerá un aprendizaje de funcionamiento estructural que será luego proyectado en otros espacios de su vida como la escuela y la empresa, convirtiéndose en individuos con posiciones claras de respeto para con el otro, para consigo mismo y para con la autoridad.

¡Para ser amigos de los hijos primero debemos comenzar por cumplir con nuestra función de ser padres!

Lcda. Irma Vecchionacce
Psicóloga
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irma.vecchionacce

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