El arte de ser familia: ¡Familias altamente felices!

Hoy conmemoramos el Día Internacional de la Familia y quiero hacer una entrega muy especial para consolidar mi deseo de contribuir a que todas las familias del mundo se consoliden como núcleos saludables, armoniosos y ecológicos. Ser padres, proteger, cuidar, observar y guiar el desarrollo de la vida de nuestros hijos exige determinadas conductas y actitudes de las que no siempre somos conscientes, pero son fundamentales. Requiere de observar como actuamos y que resultados obtenemos para adaptar nuestros comportamientos a la forma de ser de nuestros hijos y a las situaciones en las que nos encontramos. Es asumir que cada una de nuestras conductas, actitudes y emociones en el presente pueden ser determinantes para el futuro de nuestros hijos.

Por ello en este día tan especial quiero compartir un contenido muy valioso que segura estoy será de gran aporte. Stephen Covey en su libro los 7 Hábitos de las Familias Altamente Efectivas afirma que las familias sólidas no surgen espontáneamente, sino que sus miembros necesitan combinar energía, talento, voluntad, visión y empeño. Por ello formuló siete principios que al ponerlos en práctica con compromiso, confianza y responsabilidad pueden dar un giro inolvidable a tu realidad familiar.

Entre estos hábitos o principios están:
Hábito 1. Ser proactivo: sea lo que sea que se presente en tu vida y en tu dinámica familia tú tienes la libertad de elegir como actuar y dar respuesta a esa circunstancia. La tendencia por lo general es a ser reactivo, se necesita activar el botón “pausa” para permitirse evaluar lo que se está experimentando y elegir que hacer y cómo actuar, para evitar luego arrepentirnos por acciones inadecuadas. Ser proactivo dentro de la familia capacita para aprovechar las oportunidades, y triunfar.

Hábito 2. Comenzar con el fin en la mente: este hábito suma importancia a la familia ya que orienta hacia el Ser Familia, hacia una imagen clara de su misión y su visión, la cual luego va a orientar el camino de consolidación de la familia. Y toda acción y decisión que se asuma estará en concordancia con esa imagen que se quiere lograr como familia. Te invito a diseñar como dice Covey tu visión y misión.

Hábito 3. Poner primero lo primero: no hay nada que sea más importante que la familia. Ni el trabajo, ni la economía, ni tus hobbies, entre otros pueden estar por encima de tu núcleo. Poner primero lo primero es darle prioridad a la familia teniendo presente esa misión y visión, así como un GPS orienta el camino.

Hábito 4. Pensar Ganar-Ganar: es un principio que requiere de esfuerzo y compromiso para centrar el interés del otro, entender sus necesidades, sus deseos, sus preocupaciones. Sustentar las relaciones en un esfuerzo en equipo donde todos son importantes, donde las vinculaciones se basan en el respeto mutuo, el entendimiento, y la cooperación creativa de cada miembro de la familia.

Hábito 5. Buscar primero comprender y, después, ser comprendido: su clave es la comunicación, el desarrollo de habilidades sociales que permitan que sus miembros sean empáticos, desarrollen capacidad de escucha activa y consciente, en el cual la comunicación sea positiva sin matices de juicios o críticas y burlas que causan malentendidos o heridas emocionales. Desde la aplicación de este principio se logra una convivencia armónica y saludable. .

Hábito 6. Sinérgica: en la familia cada miembro es una unidad humana particular, por ello, siempre habrán diferencias que se pueden valorar, y sinergizar para lograr buenos resultados. La clave es aprender a valorar y celebrar las diferencias. Desde esa sinergia la familia se acopla como un conjunto de personas creativas, colaboradoras y cooperativas entre sí. Este principio se complementa con el anterior.

Hábito 7. Afilar la sierra: mantén siempre presente el cuidar tu familia, tu tesoro más valioso. Todo lo que no se cuida conscientemente ni se renueva acaba rompiéndose, desordenándose o estropeándose. Cada día es importante sumarle valor a la convivencia, a los contactos, a las vinculaciones, disfrutar el compartir, reír, bailar, cantar, disfrutar de la presencia de unos y otros, los abrazos, las caricias, todo en conjunto son abonos que se hacen a la cuenta emocional de cada miembro de la familia.

Pon en práctica algunos de estos principios o todos y evalúa los cambios, te aseguro que serán valiosos. No olvides que la historia de los hijos comienza en y con nosotros. Amarlos no es suficiente.

Lcda. Irma Vecchionacce
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irmavcoach

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