Opinión

El Arte de Ser Familia: Familia, una célula trascendente

Ante todo el panorama que rodea a nuestros sistemas familiares, se hace necesaria una re- acomodación o rediseño familiar que conduzca a su mejor a adaptabilidad y subsistencia para afrontar las situaciones de crisis sin desmoralizar los valores y la esencia humana.
jueves, 15 abril 2021

La familia desde su concepción más primaria, representa un sistema de constante interacción y evolución del ser humano ya que, cumple con un conjunto de funciones que revierten gran significado para sus miembros y que en base a sus interacciones sociales constantes son interiorizadas y constituyen un mapa de desarrollo personal para cada uno de ellos.

Es en el interior de este sistema de alta influencia donde cada individuo experimenta distintas situaciones e interacciones que influyen de manera decisiva en el desarrollo de su autoestima e identidad personal. Además en él se moldea el asumir responsabilidades y la resolución de los conflictos. Todo esto es lo que se considera el deber ser de la familia en el marco de sus funciones.

¿Cumple tu familia con estos principios?

Tengamos presente que la familia debe existir pese a cualquier contingencia o situación global tanto interna como externa, apegada a sus principios básicos, pues es en ese entorno crítico o de caos en el que se encuentre debe por encima de todo proveer de contención y atención a cada uno de sus miembros.

La familia define las circunstancias, no las circunstancias a la familia.

La premisa universal sostiene que la familia es la más importante red de apoyo psicosocial y emocional presente en las diversas transiciones vitales que han de transitar durante la vida; así como también para las crisis que en distintas circunstancias de los ciclos de vida puedan presentarse: separaciones, duelos, perdidas del empleo, inclusive situaciones como las que hoy aqueja a nuestra sociedad y al mundo.

Ante todo el panorama que rodea a nuestros sistemas familiares, se hace necesaria una re- acomodación o rediseño familiar que conduzca a su mejor a adaptabilidad y subsistencia para afrontar las situaciones de crisis sin desmoralizar los valores y la esencia humana.

La situación actual obliga en todo momento a revisar la estructura y funcionamiento del núcleo a reconducir su proyecto familiar, a desarrollar recursos interpersonales de comunicación, resolución de conflictos y negociación, además de recursos para el manejo de la experiencia emocional que antes se mantenía fuera del currículo de aprendizaje familiar y hoy día es materia obligada de curso y aprobación.

Sea cual sea el contexto que lo circunde la entidad familiar debe mantener presente sus funciones esenciales, respecto a los hijos y demás miembros:

– Brindar en el ambiente familiar un clima de afecto y apoyo que aporte un desarrollo psicológico sano. Es crear un ambiente donde todos se sientan inmersos, donde exista compromiso emocional y donde la expresión de sus emociones sea valorada auténticamente y no censurada, que el ambiente familiar sea su escuela para el manejo saludable y efectivo de sus emociones, por ende, aprendan sobre el respeto por las emociones ajenas.

– La familia es el centro donde sus miembros adquieren las herramientas para convertirse en seres con adecuados mecanismos de interrelación social e interpersonal, donde en esa interacción con el mundo desarrollen y fomente su capacidad resiliente para responder asertivamente a las demandas y exigencias que se expresan en su adaptación al mundo en que viven. Lo cual permitirá mitigar la influencia de los distintos factores de riesgo que puedan presentarse en su entorno.

Aun en época de pandemia la familia debe preservarse como la célula fundamental del evolucionar humano y social, he aquí la gran reflexión

¿Cómo hacer para cumplir con estos aspectos esenciales?

Lo primero que tenemos que hacer como padres, es revisar el plan familia, su misión, su visión, los objetivos y metas; evaluar si lo que hacemos hoy nos conduce a su logro.

Si nada de esto esta previamente planteado, entonces el momento, es AHORA, comienza ya a diseñarlo.

Otro paso importante es explorar los tiempos de compartir y atención que se dedica a cada miembro dentro de la familia. Pudiera ser que por estar en cuarentena pasemos en casa la mayor parte del tiempo, lo que no significa necesariamente que estamos para ellos.

Para nuestra pareja y para los hijos es perentorio que le dediquemos tiempo, para ellos nunca será suficiente, motivo por el cual se requiere construir alianzas afectivas fortalecedoras.

Establecer, nutrir y mantener estas alianzas demanda un compartir constante y relajado en distintos contextos y con diversos fines, es decir, jugar, hacer tareas, dibujar como medio recreativo, bailar, mirar tele, preparar una receta juntos, paseos, compartir un café o té con la pareja, una película, intimidad, etc.

Hoy la familia vive uno de los retos más imponentes de los últimos tiempos, el cual es sostener en vigencia una de sus funciones más nobles, y yo diría más esencial que tiene la familia es permitir y administrarse ante los cambios que puedan suscitarse en el interior de su sistema y así permitir que cada ser que la integra se expanda y desarrolle.

Ajustar los cambios que son producidos por factores sociales (crisis económica, política, pandemia) , para facilitar así el ajuste de la familia a su contexto y seguir evolucionando y que la esencia de la familia no se diluya ante dichos cambios. Y más aún no se diluya el individuo que dentro de ella se desarrolla y evoluciona. La familia es y siempre será una célula de trascendencia.

Lcda. Irma Vecchionacce
Psicóloga
Terapeuta Sistémico familiar
Coach Profesional
Especialista PNL
@irma.vecchionacce

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