El arte de ser familia: Esculpir la resiliencia
La vida es como un caleidoscopio que ante cada movimiento se presenta con nuevos matices, la experiencia de vivir nos dejara algunos sinsabores y dolor y otros mucha alegría y satisfacción, así es la vida… Y lo es porque está diseñada para pulirnos como gemas valiosas ante las distintas circunstancias que no corresponde vivir. Para algunos vivir ha derivado experimentar extremas situaciones más en los últimos tiempos, para otros quizás la vida ha sido más ligera y suave, todo también es parte del vivir y del diseño consciente o no, que hemos hecho de nuestra vida por una parte, por la otra tiene que ver de alguna manera con nuestros propios sistemas familiares y sus historias. Y así vamos viviendo y ocupando los distintos roles que nos corresponde a medida que avanzamos en nuestros ciclos vitales.
Entre todos esos roles esta la gran labor de ser padres donde son muchos los retos a asumir y sobre todo que nos demanda “estar presentes” en el aquí y en el ahora y mostrarle a nuestros hijos e hijas que de la naturaleza de vivir se desprenden muchas polaridades; la vida-muerte, amor-dolor, justicia-injusticia, calma-inquietud, respeto-irrespeto, tristeza-alegría y, muchas muchas más. Esto es inevitable y en el transcurso de crecer y vivir a todos nos tocara experimentarlas, por ello debemos desarrollar nuestra capacidad de afrontar con firmeza y fortaleza las vicisitudes y educar a nuestros hijos con certeza a cómo afrontarlas, esculpir en ellos resiliencia. Muchas veces nos preocupa o nos atemoriza que nuestr@s amados hijos tengan que pasar por momentos duros, tristes, por perdidas, duelos, despedidas, caídas, fracasos y nos esforzamos arduamente en evitarles estos momentos, sin embargo, con esta actitud no hacemos más que debilitarles bajo el escudo de un amor sobreprotector, los inhabilitamos restándole a su potencial humano. La consecuencia se evidencia en como hoy día vemos jóvenes más duros y encorazados pero frágiles y vulnerables ante presiones y situaciones que les resultan adversas. Lo ideal como padres es esculpir en los hijos la habilidad de ser como esa pelota que rebota y rebota y no pierde su forma ni el objetivo, ni su propósito de vida sea lo que sea que le toque experimentar.
Papá y Mamá somos los únicos responsables de esculpir en los hijos la capacidad de responder asertivamente ante las adversidades, de ser resilientes permitiéndoles desarrollar sus actitudes y aptitudes. Mostremos que la vida está llena de pruebas y en medio de esas pruebas y cada una de ellas servirá de experiencia, y lo entendamos o no serán para su bien; aunque no sea fácilmente entendible que podamos ser felices aun en medio de las pruebas. Cada situación adversa reta la capacidad de recuperarnos de ella que, primero existe “oposición en todas las cosas” y segundo, obtener cualquier cosa que sea de gran valor a menudo requiere gran sacrificio y mas que sacrificio, esfuerzo. Conforme los hijos llegan a ser fuertes y capaces de recuperarse ante la adversidad, entienden y aceptan esos dos hechos. Reconocen que la vida está llena de desafíos y que cambia de manera constante, pero tienen la confianza y la seguridad de que pueden lidiar con esos desafíos y cambios. Ven los errores y las debilidades como oportunidades para aprender y aceptan que, para ganar, quizá tengan que perder primero, en algunos momentos. Esto realmente es convertirse en Seres Resilientes.
Para esculpir resiliencia comienza por:
1.- No pretender que tus hijos sean perfectos, dale espacio para vivir sus propias equivocaciones y las consecuencias de las mismas, recuerda que ellos hijo no valen solo por su talento, sus notas, su desempeño; sino que además poseen una riqueza mayor dale espacio para que la aflore.
2.- Háblale de éxito pero también de fracaso e incluso compárteles alguna experiencia de tu vida u otra persona donde le ilustres estas polaridades. Si solo lo educas para el éxito y en algún momento le toca afrontar alguna limitación se frustrará y esto lo debilitará.
3.- Enséñale que el éxito requiere de esfuerzo, disciplina, constancia y responsabilidad.
4.- Enséñales a auto aprobarse y auto valorarse, desde esta perspectiva aprenderán a ser más flexibles consigo mismos y no se condenaran cuando cometan algún error, siendo sus propios tiranos.
5.- Esfuérzate por aprender que sus errores y los fracasos son oportunidades para aprender. No les critiques o recrimines cuando comete una falta, hazle ver su falla y guíalo a asumir sus consecuencias. Modélalo!!
6.- Permite que exprese sus sentimientos de manera libre y espontanea sin juicios, si lo reprimes lo endureces por fuera pero lo debilitas internamente. Recuerda que el también tiene emociones.
7.- Crea espacios de intercambio y comunicación donde puedas explicarles las circunstancias rudas que están a su alrededor, dale solo los detalles que se ajusten a su capacidad de comprensión de acuerdo a su edad.
8.- Exprésale tu amor dedicándoles tiempo en cantidad y calidad, con tu presencia, con tu ánimo y con tus palabras pero no evitando que consiga cosas por sí mismo, esforzándose y superándose.
10.- Enséñale a enfrentarse a la injusticia, la muerte, la despedida, los duelos, las tristezas; esto lo ayudara a forjar sus sensibilidad y valor por la vida y lo que le rodea, además de labrar sus propias habilidades emocionales para asumirlas cuando le toque vivir alguna.
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