Opinión

El arte de ser familia: Decir adiós con inteligencia emocional

“La gestión saludable de las emociones libera de la acumulación desordenada y caótica de emociones”
jueves, 21 marzo 2019

Asumir el fin de una relación como alternativa definitiva sea como sea siempre traerá consigo un duelo. Duelo que representa el encuentro con la herida y, al mismo tiempo, lejano a los que muchos piensan y hacen en la práctica real que buscan evadir el dolor, hay que entrarle de cabeza y vivirlo con inteligencia emocional, esa habilidad que nos reta a la búsqueda de recursos internos que desplieguen el potencial para aprender de las derrotas y adquirir sabiduría, y al mismo tiempo nos proporciona como siempre valiosos recursos personales para transitar mucho mejor por esos eventos vitales tan adversos.
El dolor emocional por una ruptura, una pérdida… puede además de causar algún trauma o trastorno psicológico, influir negativamente en el desarrollo interpersonal bloqueando la capacidad de crear vínculos saludables con otras personas en cualquier contexto y, si no es asumido con inteligencia emocional, se convierte en una jaula que encarcela a la persona y lo hace presa de sus heridas, de sus pensamientos y comportamientos, que en su mayoría son negativos. Por ello, convertirnos en seres inteligentemente emocionales es todo un reto.

Centrarse únicamente en el propio sufrimiento es como caminar en círculos. El dolor al final terminará tomando el control, para llenar cada espacio, cada fibra y recoveco de nuestra real existencia. Y eso, eso es algo que debemos evitar.

Ante experiencias de alto impacto emocional sea cual sea el evento, la inteligencia emocional es un mapa de ruta pare el desempeño más saludable de sí mismo y permite gestionar el dolor, los traumas y hacer que la experiencia sea más creativa y vivificante; así como también nos permite sanar, integrar y avanzar para seguir disfrutando de manera consciente de las relaciones e interacciones positivas. Uno de los caminos más saludables para cerrar una relación con inteligencia emocional es, conectarse de forma saludable con las emociones, con esa caja activa que se manifiesta dentro de cada uno.
¡Reconocer que duele es importante!, sin embargo, quedarse únicamente en el enfoque de cuanto duele, de cuan frustrado se está, lo que hace es avivar el sufrimiento, la decepción, la culpa por lo hecho y dejado de hacer, por tanto nubla y bloquea, agrandándose mucho más el agujero de la amargura.
Ya conectados con las emociones, identificadas, reconocidas y aceptadas, el paso siguiente es canalizarlas para transformarlas a nuestro favor, para impedir que nos bloqueen hay que darles dinamismo para que sean ellas las que nos permitan reaccionar. Cada emoción tiene su propio lenguaje y código para manifestarse si la decodificamos es viable canalizarlas, al hacerlo nos empoderamos. Cada emoción que se logre identificar sea rabia o tristeza es vital canalizarla, para ir aliviando su peso día a día hasta que duela menos y permita reponerse. Por el contrario, si se llega a identificar miedo, por lo incierto que percibes tu realidad inmediata o futura, o porque el cierre está siendo tóxico, busca ayuda, apóyate en una o más personas cercanas que te transiten contigo durante el proceso y puedas sentir confianza y seguridad.

 

La gestión saludable de las emociones libera de la acumulación desordenada y caótica de emociones, que cuando no son reguladas conducen a tener comportamientos disfuncionales y llenos de sufrimiento. Cerrar una relación con inteligencia emocional es una invitación a ser empático consigo mismo y afianzar la seguridad personal. Conlleva a ser compasivos y protectores del propio ser, facilitando sanar y poner orden, identificar, canalizar y usar las emociones a nuestro favor. Trabaja el perdón y el afecto por ti mismo, recupera tu seguridad personal y diseña un plan de acción para tu nueva realidad. La curación emocional es un combustible para el crecimiento personal. Esta curación emocional es algo así como el proceso de digestión, donde se asimila lo que es nutritivo para el cuerpo y se desecha lo innecesario, ahora bien, cuando no se logra una gestión saludable las emociones negativas se quedan estancadas y causan enfermedades.

¡Lo decidido ya está! Sin dar marcha atrás a partir de ahora la gran misión será, entonces darle salida a los efectos de un abandono, una ruptura, un amor no correspondido o la angustia de estar en una relación infeliz. Debe procesarse de forma saludable para habilitarnos, este concederá firmemente la posibilidad de crecer en madurez y responsabilidad.

Actuar con inteligencia emocional no es un proceso sencillo, que llevamos al practica de forma inmediata, para algunos será fácil para otros no, lo importante es aprender que es una habilidad que requiere de mucha autorresponsabilidad, apertura al cambio, de crear conciencia, de fortalecer la valía personal y autoconocerse. Hacerlo imprime valor al ser y genera impacto en cualquier ámbito de la vida.

Decir adiós con inteligencia emocional es un modo de domesticar nuestros miedos para recordar las valías y esa necesidad imperiosa por sobreponernos, para permitirnos salir adelante con mayor aplomo y libertad.

 

(*) Terapeuta Sistémico familiar Coach Profesional

Especialista PNL

@irmavcoach

 

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