El arte de ser familia: Amarse para amar

Dentro del clima de las relaciones de pareja desde el enamoramiento hasta la convivencia cotidiana, la autoestima es un factor que cobra importancia en la existencia y configuración de la persona y su concepto de sí misma incluso en la configuración de las relaciones conyugales. La autoestima, es el valor que le doy a mi propio ser. Este valor se cultiva en la familia de origen, cada palabra, cada gesto o expresión y acción que nos proveían nuestros padres o las personas significativas que formaban parte de nuestro entorno de crecimiento, nos transmitía un mensaje que potenciaba o debilitaba el valor hacia nosotros mismos. En esencia la familia debe abonar a la importancia de quererse y valorarse.

En aquellas familias donde se cultiva la aceptación de cada uno de sus miembros tal cual es, la tolerancia, la comunicación abierta y existen reglas claras y flexibles, se comparte y participa activamente existe una gran posibilidad de que florezcan los sentimientos positivos y adecuados al amor que le dan valía personal a cada uno de sus integrantes.

Mientras más alta sea nuestra autoestima menos dependientes seremos de un compañero u otra persona para sentirnos importantes. Seremos autónomos e independientes, dueños de nuestros espacios personales y no necesitamos suplir las deficiencias de nuestro valor propio a través de un tercero o elementos externos, como las adicciones del tipo que sean.

Por ello, dentro de la configuración de familia, la fase de enamoramiento reviste gran importancia para la pareja, aunque en la realidad no se le considera de esta manera, sino que se vive como una etapa fugazmente pasional. Es en la etapa del enamoramiento donde se da paso al verdadero amor, cada uno poco a poco va construyendo una base mediante la aceptación de las carencias y limitaciones propias y las del compañero. Sin reducir al otro a nuestros antojos y deseos, sino aceptar que cada uno es un ser real, no un objeto imaginado. En esta etapa tenemos la oportunidad de que cada uno realice los ajustes que sean necesarios en lo personal para canalizar sus propias necesidades emocionales. Si la autoestima de uno de los miembros de la pareja o de ambos fue baja durante su infancia, y así se mantiene en su adulto dentro de nueva unión emocional, muy probablemente el vinculo que se establezca representara una codependencia, donde le resulte muy difícil estar consigo mismas y tengan mucho miedo a la soledad, a ser abandonadas o ignoradas. Las personas bajo este perfil en su interior mantienen un monologo constante donde el reproche hacia sí mism@ es permanente. Y perder al compañero provoca una inundación de angustia y falta del sentido por la vida. Entonces para ti, para mí y para todo aquel que se mantenga en una unión es valioso dilucidar que sea cual sea la figura bajo la cual nos mantengamos unidos, esta contribuirá a mejorar a los que estemos con una autoestima consolidada o aceptable y empeorara a quién no. Es decir, de cada uno depende que el vínculo funcione o no, cada uno aporta un 50% y un 50% por ciento para el gran 100% de la relación.

Para saber con quién unir mi vida y construir un proyecto de vida como familia, debo en primer lugar sostener la importancia de valorarme y quererme, haciéndose responsable de la historia personal y familiar, debe tenerse claro quién soy, que quiero y hacia donde quiero ir y con quien; solo así estaré en capacidad de elegir desde mi plena libertad y esto podrá llevarme a que el compartir con el otro sea más sostenible y duradero, solo así podremos comprometernos profunda e íntimamente con nuestra pareja y caminar juntos construyendo día a día el puente hacia la felicidad. El punto de partida será Amarse para Amar!.

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