Opinión

El apagón mortal

“En la parte técnica he realizado algunos trabajos de acuerdo a los datos que me llegan y en todos, el factor fundamental es el deterioro del sistema”
martes, 12 marzo 2019

El apagón general que cubrió totalmente a Venezuela y que mantiene a gran parte de la población sin energía eléctrica, factor fundamental del sistema de vida actual, muestra a las claras la absoluta desidia en el manejo de los servicios en nuestra patria, por quienes asumen la responsabilidad de dirigirlos y mejorarlos.

En la parte técnica he realizado algunos trabajos de acuerdo a los datos que me llegan y en todos, el factor fundamental es el deterioro del sistema por falta de absoluta de mantenimientos preventivo y predictivo y todo se circunscribe a realizar el imprescindible mantenimiento correctivo y hasta esa área se ha dejado de lado y no se reponen los equipos que se deterioran y eso lo permite la permanente baja de la demanda industrial, por el cierre de las grandes fábricas e incluso las medianas. La zona industrial de Guayana, como ejemplo, tenía un consumo tres mil megavatios y ya no los requiere. La destrucción casi completa de uno de los emporios más poderosos en la producción metal metálica de Latinoamérica.

Cuando hace 20 años, quienes manejan a Venezuela, recibieron el sistema eléctrico con una demanda permanente de 19 mil megavatios, pero había capacidad de respuesta de 28 mil megavatios entre energía hidráulica y energía termoeléctrica. En la actualidad, según las nuevas plantas generadoras deberíamos contar con no menos de 35 mil megavatios, pero es evidente que no existen, sin Guri nada funciona. Qué sucede con los 1600 megavatios de Planta Centro; los 1100 megavatios de Tacoa en Caracas; los 2000 megavatios del estado Zulia y los 250 megavatios de Planta Páez en Barinas. No menciono a la termoeléctrica Josefa Camejo, de 450 megavatios en el estado Falcón porque desconozco cuanto genera, por la carencia de combustible. Además de eso, existen decenas de plantas térmicas que pudieran aportar miles de megavatios al sistema, pero no funcionan.

¿A quién se le puede ocurrir continuar utilizando el esquema de atribuirle a un enemigo ficticio, nuestra carencia de conocimientos y probidad en el manejo de las responsabilidades que debemos asumir cuando buscamos el poder y lo logramos? Solo a personas con poco respeto por aquellos que los eligieron, por ellos mismos y por toda la población que espera un buen desempeño en sus funciones. Simplemente son individuos a quienes no les importa nada distinto, que no sea su beneficio personal.

Miles y miles de hogares sin servicio eléctrico, tienen impedido proteger sus alimentos,- que no son muchos debido a la escasez-, por carencia de refrigeración y el otro gran escollo es que muchos cocinan con equipos eléctricos, porque encontrar una bombona de gas es casi imposible y prender leña en los apartamentos, si consiguen la madera, sería absurdo. Estas cosas parecen propias de una película de terror, pero es la realidad entre nosotros. Solo de pensar en los niños y adultos que mueren en los centros de salud por carecer de energía en equipos que funcionan con electricidad, imprescindibles para mantenerlos con vida, es algo escalofriante.

Venezuela, con este apagón general, confirma que se ha ido a pique como un país normal. Quienes nos gobiernan deben recapacitar y asumir que no deben continuar por el camino absurdo del poder solo por el poder, sin ningún tipo de responsabilidades con la población que gobiernan. Lo más racional es que entregaran el manejo de nuestra nación a personas con capacidad para resolver los gravísimos problemas que ya son imposibles de enfrentar con ellos en los niveles de decisión.

Esto no es cuestión de vanidad y orgullo. Llega el momento en el cual el ser humano está obligado a asumir decisiones difíciles, pero debe tener el valor y la dignidad para hacerlo. Ya es realmente imposible mantenerse en el poder, a menos que se obtengan recursos de decenas de millones de dólares y se asuma la reconstrucción de nuestra gran nación con mucho sacrificio y gran esfuerzo. Es un cambio total de actitud, donde la prepotencia y el aprovechamiento de las ventajas que da poseer la autoridad, no sean utilizados para castigar a quienes nos desafían en la política, sino vencerlos con obras y servicios que beneficien a todo el pueblo y no solo a quienes nos apoyan por recibir privilegios indebidos.

¿Por qué matarnos entre nosotros, si es posible resolver los problemas de manera racional y lógica, así sintamos que hemos perdido una batalla, pero no la guerra? ¡Buena suerte!

@dabega26

 

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