Opinión

Einstein socialista

"Einstein hacía referencia a que la humanidad permanecía en “la fase depredadora” del desarrollo humano"
José Viznel ÁLVAREZ
lunes, 10 junio 2019

Monthly Review es una revista socialista independiente fundada en 1949, que se publica 11 veces al año en Nueva York; Paul Sweezy, uno de sus fundadores fue descrito por The New York Times como el intelectual y publicador marxista líder de la nación durante la Guerra Fría y la era del Macarthismo en los años 50, motivo por el cual fue señalado como activista subversivo y perseguido, cuyo caso llegó a la Corte Suprema de Estados Unidos y es considerado un hito en la lucha por la libertad de expresión. Actualmente la dirección editorial está a cargo de John Bellamy Foster, siempre bajo la línea editorial antimperialista.
En el primer número de Monthly Review se publicó el mítico ensayo de Albert Einstein titulado «¿Por qué el socialismo?», en el que el célebre científico establece diferencias metodológicas entre las leyes de las demás ciencias con la ciencia económica, la cual –decía-, es afectada por múltiples factores que son difíciles de evaluar por separado.

Einstein hacía referencia a que la humanidad permanecía en “la fase depredadora” del desarrollo humano, cuya superación era el principal objetivo del socialismo, el cual está guiado por un fin ético-social concebido por personas con altos ideales que la ciencia no puede inculcar en la mente de los seres humanos, sino meramente proveer los medios para lograrlo.

Allí Einstein planteaba que la sociedad humana estaba pasando por una crisis y que su estabilidad había sido gravemente dañada (Recordemos que el ensayo fue escrito en 1949 y el en el ambiente todavía gravitaba el olor a pólvora y muerte tras la II Guerra Mundial). Cabe preguntarse si ha habido algún cambio desde aquella época hasta nuestros días. Si algo ha cambiado son los métodos pero la crisis es la misma, con el agravante de que hoy son miles de millones más los que sufren. El hombre –decía- es un ser solitario y un ser social cuyo ambiente en el que se desarrolla, entre otros factores, determina el carácter que adquiere a través de muchas influencias culturales que pueden cambiar con el tiempo. Es en esa dependencia de la sociedad en que vive el hombre donde reside la esencia de la crisis de su tiempo, porque no ve dicha relación como un hecho positivo sino como una amenaza incluso para su existencia económica y es allí, en la anarquía económica de la sociedad capitalista donde Einstein veía la verdadera fuente del mal, donde los medios de producción son legalmente y en su mayor parte, propiedad privada de particulares quienes compran la fuerza de trabajo del trabajador que produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista, donde lo esencial del proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado y que lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda de los capitalistas de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Además el capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, resultando una oligarquía de dicho capital de incontrolable poder, ya que los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte por los capitalistas privados, y en consecuencia los representantes del pueblo no protegen precisamente a esa parte de la población. De igual forma los capitales privados controlan los medios de información, amputando la conciencia social del ciudadano individual que no puede hacer uso inteligente de sus derechos políticos. Al final de su ensayo Einstein dice estar convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista acompañada por un sistema educativo orientado hacia metas sociales, en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se daba en aquella sociedad (Y continúa dándose hasta la actualidad). Una economía en la que los medios de producción sean poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada, que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad y distribuya el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantice el sustento a cada hombre, mujer y niño.

Sin embargo –cierra-, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia? Gran pregunta, mi querido Einstein.

viznel@hotmail.com

 

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