¡Detengan la lucha! ¡Traigan las vacunas!

En Venezuela, la lucha política nos ha enceguecido totalmente, no existe nada distinto a destruir al considerado enemigo, sin pensar que existe un pueblo hambriento y absolutamente desprovisto de todo, que requiere que se tomen decisiones que vayan más allá de controlar el poder político, la ventaja suprema de cualquier ser humano.

En nuestra maravillosa nación ha colapsado casi todo y en el área de la salud nos encontramos desguarnecidos frente al gran peligro para nuestras vidas de la exterminadora pandemia producida por el mortal virus Covid/19.

Realmente el terror va llegando a lo más profundo de nuestras mentes, aunque existen segmentos que se creen inmunes, pero que al contagiarse propagan la enfermedad y generan el derrumbe de los servicios médicos, no solo a nivel público, sino que incluye al sector privado.

Frente a esta terrible calamidad, no existe ninguna otra cosa distinta que enfrentarla de la manera que es imprescindible, y es recurrir a las armas que permitan liquidar al enemigo o al menos controlarlo y la única alternativa es crear la muralla que permita fomentar lo que llaman la inmunidad del rebaño, y en estas circunstancias, lo fundamental son las vacunas que engendren los antídotos para que el cuerpo se defienda de los ataques del virus.

Nos encontramos en una guerra de verdad, no es un juego. Nuestro ejército no es otro que los médicos, enfermeras y personal de apoyo logístico que les permitan doblegar al peligroso enemigo. Sus únicas armas son sus conocimientos y destrezas que les facilitan utilizar los medicamentos y equipos de manera apropiada y su única protección es cubrirse hasta donde puedan, pero el virus no se detiene y ataca a nuestros héroes y los va liquidando sin ningún tipo de consideración, son cientos de ellos los que han entregado su vida por nosotros y seguramente nos olvidaremos que lo hicieron y no es porque seamos desagradecidos, es que nuestra vida es así. Simplemente olvidamos.

En cualquier otro momento, cuando Venezuela era un país próspero, éramos capaces de enfrentar cualquier emergencia por más terrible que fuese, siempre aparecían los recursos y de paso también le dábamos apoyo a otros pueblos, a otras naciones.

En este momento, los recursos existen, han aparecido aparentemente de la nada, pero existen y nos sentíamos aliviados y esperanzados porque muy pronto llegarían las vacunas y nosotros descongestionaríamos el sistema de salud y regresaríamos a las emergencias normales. Pero apareció el enemigo número uno de nuestra población, la lucha política de manera indebida e irracional.

Las necesidades de nosotros no existen, nada distinto a ellos mismos existe, todo es la lucha por mostrar quien es el que puede o no puede traer las vacunas.

En nuestra patria se ha sembrado una profunda decepción, poco a poco vamos desconfiando de todos y nos vamos convirtiendo en lo equivalente a un enjambre de langostas, que sin ningún tipo de liderazgo se van agrupando y comienzan a devorar todo de una manera organizada y terrible. Vamos rumbo a la nada por cuanto las individualidades que tienen el poder de decisión, solo piensas en sus privilegios y ventajas, sin que la población tenga ningún otro derecho que sobrevivir como pueda.

Se hace necesario e imprescindible, que aquellos que tienen el control institucional y político de nuestra gran nación, comiencen a pensar que la vida es corta y no pasa de pequeños espacios del disfrute total. Deben tomar decisiones de gran envergadura, que dobleguen los instintos del odio y el rencor, permitiendo que emerja la grandeza de los espíritus nobles que se esconden dentro de nosotros y nos impulsan a convertirnos en protectores de aquellos que dependen de nuestras decisiones.

¡Que Dios los ilumine y piensen en nosotros, el desprotegido pueblo venezolano!

Notas.- No voy a negar que la gran mayoría de la población venezolana, que adversa al gobierno actual, se haya decepcionado de los líderes opositores que se enceguecieron pensando que se hacían del poder político ellos solos y exclusivamente ellos. Lo han perdido casi todo, pero les queda rectificar y volver a la unión total, la alternativa no existe.

El gobierno ha logrado una ventaja muy grande. Muchos de los que se dicen opositores atacan a la oposición dentro de la misma oposición. Es algo insólito y quienes los enfrentan deben luchar contra ellos mucho más fuerte que si fuese un chavista auténtico, realmente son maduristas haciéndose pasar como opositores. Atacan al gobierno dentro de la oposición y eso no perjudica en absoluto al gobierno, pero debilita el ánimo de la oposición. Si a uno del gobierno se le ocurre hacer lo mismo dentro de sus grupos, lo desaparecen y lo destruyen.

@dabega26

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