Opinión

Despenalizar el aborto

En una interpretación exhaustiva la sentencia en sí ni prohíbe ni niega el derecho al aborto, solo que contrario a lo que venía ocurriendo en los laberintos judiciales desde aquel año de la interpretación, en el que se invocaba y parafraseaba la sentencia matriz como mantra para aplicarla a cada caso.
lunes, 04 julio 2022

Conflicto histórico mundial que parece no tener fin, dilema moral, ético, religioso, jurídico y social, muchas aristas de una misma mole, debates sociales y legislativos se viven en distintos países del mundo en este instante, sin que se vislumbre en un futuro cercano una idea que capitalice los saberes para resolver la queja histórica, no sabría decir con exactitud el fin de la controversia ni la forma de acabarla, pero seguro estoy que la que dará mejores resultados ha de ser una de diseño ecléctico.

Mucha tinta y verbo se ha consumido en la tramitación de este conflicto social a nivel mundial, desde las posiciones más ortodoxas que por lo general son la expresión de las corporaciones religiosas, hasta las más liberales de algunas organizaciones feministas, lo cierto es que cada vez se polariza más y más el debate, degradando con ello las posibilidades de resolución en corto plazo.

Para darle más sazón al asunto los Estados Unidos, país con denotada deferencia histórica en pro del derecho al aborto, que lo ha exhibido como derecho adquirido según interpretación de la décima cuarta enmienda Constitucional, su Corte Suprema de Justicia se lo ha barajado en una revisión de la Sentencia que le dio rango Constitucional, sobre un caso que cuya controversia data del año 1978.

En una interpretación exhaustiva la sentencia en sí ni prohíbe ni niega el derecho al aborto, solo que contrario a lo que venía ocurriendo en los laberintos judiciales desde aquel año de la interpretación, en el que se invocaba y parafraseaba la sentencia matriz como mantra para aplicarla a cada caso, ahora los Estados pueden decidir por sus propias convicciones, atomizando el espectro para nuevas discusiones y debates a nivel local, es decir, se demolió el carácter absoluto de la Sentencia Roe Vs. Wade, para darle paso a la relatividad que podrá ser aplicada según se promulgue en cada Estado de la Unión o por la libre interpretación de los Jueces en los casos que les ocupen.

A mi entender ésta es la génesis de este y otros conflictos sociales mundiales, el empeño de querer que todo sea absoluto, cuando realmente la mayoría de las cosas son en lo sumo relativas, de suyo es que las posiciones más ortodoxas del mundo conservador consiguen en el absolutismo la herramienta perfecta para zanjar cualquier conflicto, o es blanco o es negro, no existen los matices, el mundo se divide según esa porción, entre los que tienen la razón y los que están equivocados, que por lo general son siempre los liberales a su decir.

Nuestras constituciones, sobre todo las modernas, han zigzagueado con este y otros conflictos de semejantes profundidades, debido a que ellas no son más que el resultado de acuerdos políticos donde se persigue que estén bien los unos y también los otros, pero en algunos aspectos sobre todo en los que deben tomar posiciones férreas, exageran en lo metaético y algunas asumen que solo existe un lado correcto y es donde ocurre el yerro, al concluir equivocadamente desde la ética normativa, que no existirá caso alguno en el futuro donde esa posición seguramente se desdibuje, cayendo nuevamente en el juego de los que tienen la razón versus los equivocados, siendo éstos últimos los que lleven la peor parte, pues su caso no podrá verse entonces a través de un cristal distinto al del microscopio de lo absoluto.

Contrario a lo que muchos han opinado, acerca de si hubo o no un retroceso en un derecho conquistado, yendo en reversa incluso al principio de positividad o progresividad, que se traduce como la imposibilidad de derogar o limitar un Derecho ya creado e insertado en una norma, considero más bien un avance en cuanto a la delegación de la responsabilidad de interpretación a cada estado con sus representantes, para que en discusión doméstica desde lo legislativo y a cada Juez en lo Judicial, puedan darle la interpretación correcta a cada caso, sin vestir la apretada camisa de fuerza de la vetusta sentencia del 78, por ello mi percepción es que esta vez gana una importante batalla lo relativo sobre lo absoluto, Albert Einstein seguramente en su tumba habrá hecho un guiño.

Otro asunto que me ocupa sobre este espinoso tema del Aborto, es la posición que asume el Estado desde su pináculo moral con respecto a las pocas o nulas alternativas que ofrece, si bien la vida como Derecho, vista nuevamente como un Absoluto, ha de ser el mayor de los Derechos jerárquicamente hablando, de poco valor resultará si no se garantiza con las amplias garantías que exige el ejercicio libre de ésta, en palabras concretas, que alternativa tendría una mujer abortista frente a esa Tutela del Estado a la vida intrauterina, cuando ni siquiera se tienen, en el caso Venezuela, la garantía de que los procesos sean de calidad y expeditos por ejemplo en materia de adopción. Visión alternativa ¿deseamos darle un giro interesante al tema del aborto? Intentemos aligerar los procesos de adopción, comencemos a hacer trabajo social de campo de calidad y estudiemos con profundidad crítica los indicadores.

Por último pero no menos importante está el análisis desde lo jurídico y acá retoma fuerza el carácter ético normativo de la ley, en nuestro caso la Constitución, que hay que decirlo desde el inicio de este debate con letras mayúsculas, cualquier propuesta a futuro sobre la despenalización del aborto debe pasar por la odiosa relatividad de un absoluto y esto es, bajar del pedestal normativo en el que se encuentra el Derecho a la vida el cual arropa la intrauterina, para desde allí decir, el estado garantizará la vida, salvo en los casos siguientes…

Esto no es algo inédito, que ya lo hicieron aunque no correctamente, cuando en el Código Penal, ley de menor rango que la Constitución valga resaltar, se establece por el ejemplo la única modalidad de aborto permitida, el aborto terapéutico, relativizándose un absoluto y a la calladita sin ensuciar las paredes blancas de la Constitución. ¿Se quiere despenalizar el aborto? Debemos comenzar por sincerar las posiciones y eliminar los sesgos tradicionales, no está fácil.

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