CVG Interalúmina
Interamericana de Aluminio C.A., fue registrada en 1979, y sus socios fueron, Swiss Aluminun Ltd., con 2 % del capital y la CVG-FIV con 98 %). Aunque su primer presidente fue el ingeniero Argenis Gamboa, muy pronto se nombraría al ingeniero Manuel Pulido, para sucederle.
Una de sus primeras actuaciones fue comisionar el reclutamiento de estudiantes de ingeniería, en su último año, de los becados en Estados Unidos, mediante el plan Gran Mariscal de Ayacucho.
Efectivamente, se precontrató un grupo de 50 jóvenes, académicamente destacados, quienes convinieron continuar con un extenso período de entrenamiento adicional, en Gove, Australia o en Ormet, Luisiana, USA, en las áreas vitales, de plantas productoras de alúmina, similares a la que habría de construirse en Venezuela.
A Gove se destinarían aquellos jóvenes que posteriormente trabajarían en las áreas de “molienda, digestión y sedimentación”, y a Ormet, los que trabajarían en la parte final del proceso o área blanca.
Ese fue un comienzo inteligente por parte de Interalúmina, pues de ese “vivero” saldrían posteriormente, los profesionales más destacados que habrían de ocupar los cargos de superintendente y gerente de esa planta, por cierto, por muchos años, muy exitosa.
Para darles una idea de lo que significa producir alúmina, les describiré, a grandes rasgos, las etapas del proceso productivo que nos ocupa, de modo tal que puedan ustedes inferir el grado de complejidad y responsabilidad requerido para la producción de este bien.
Este proceso Bayer, ha sido desde inicio del siglo XX, el más efectivo para producir alúmina, y el que, en esencia, utiliza nuestra empresa. En todo proceso Bayer, se cumplen cinco (5) etapas, a saber: la primera, tiene que ver con la “preparación de la bauxita”, que consiste en molerla muy finamente y mezclarla con licor, haciéndose una pasta aguada.
La siguiente etapa es la “digestión”, en la cual esa pasta es disuelta con ayuda de soda cáustica a alta temperatura, formando así una solución. Esta es, tecnológicamente hablando, una etapa complicada.
El tercer paso, es la “dilución y separación de residuos”. En esta etapa, los lodos rojos que se forman, son extraídos y el líquido “preñado” (como le llaman), rebosa del tanque que los contiene y pasa a una siguiente etapa, denominada “precipitación”.
Aquí, tiene lugar un enfriamiento de la solución y con la ayuda de la “siembra de cristales”, se precipita el hidrato. Posteriormente se filtra y lava el producto y es entonces enviado al “calcinador”, última etapa del circuito, donde alcanza temperaturas por encima de los 1000 grados Celsius; este último, es también, un proceso delicado y muy importante.
Así es como, a trazos gruesos, se puede describir el proceso de producción de la alúmina, en una planta de este género.
Para obtener alúmina mediante el proceso antes descrito, normalmente, se requiere una fuerza laboral de unos 1.200 trabajadores, gran parte de ellos laborando en tres turnos, por la continuidad de esa operación.
En Venezuela, por algunas características típicas de nuestra cultura, llegamos a consolidar una nómina de algunos cientos más.
Incremento de la capacidad productiva de Interalúmina. En 1992, Interalúmina incrementó su capacidad de producción, de un millón de toneladas métricas por año a 1,3 millones y luego, a 2 millones.
Se hizo, fundamentalmente, optimizando procesos, e incrementando la capacidad de almacenamiento y transporte.
La alúmina tiene múltiples usos en la industria. Se emplea en la fabricación de pinturas, para disminuir su punto de inflamación; en la industria petrolera, como catalizador en procesos de refinación; es también un componente de la pasta dentífrica y en la fabricación de prótesis dentales; con ella, se elabora la parte aislante de las bujías de automóviles y muchos de los refractarios para hornos; es también utilizada en la industria de los esmeriles, para eliminar rebabas y pulir; pero es materia prima fundamental, en Venezuela y gran parte del mundo, en las plantas reductoras, para la elaboración del aluminio primario.
Integración del Grupo Aluminio. Interalúmina, Bauxiven y las reductoras, Alcasa y Venalum, fueron objeto, en los años 90′, de un plan de reorganización e integración y por un cierto tiempo, todas siguieron la dirección de una gerencia integrada.
Este experimento fue truncado y pronto se asumió, como fracasado. No es fácil agrupar, gerencialmente hablando, a un número de empresas con diferentes culturas; como sabemos, cada una de esas organizaciones, tenía visiones, misiones y valores distintos, y debían, entonces, unificar y seguir un liderazgo único.
Todo este andamiaje, culturalmente diverso, como es lógico suponer, acarrearía desencuentros que parecieron, a corto plazo, irreconciliables.
Todo proceso de integración, siempre requiere de un acucioso plan, con homologaciones armónicas, supervisión continua y una enérgica determinación para lograr con éxito, la integración paulatina de culturas.
Esto fue entendido, por la Unión Europea; ellos saben que no resulta muy fácil “integrar” a veintisiete países. Aún después de más de 20 años, siguen experimentando dificultades para comunicarse y peor aún, en muchos aspectos, entenderse.
Construcción o fortalecimiento de un nuevo Polo de Desarrollo en Caicara. Desde el punto de vista político, económico y social, pareciera tener lógica el fortalecimiento de un Polo de Desarrollo en el municipio Cedeño, cuya capital es Caicara. Esta, dista unos 60 kilómetros de los Pijigüaos.
Allí está el asentamiento de Bauxiven, y aunque muchas de sus instalaciones requiere remozamiento, la mina como tal, solo necesita ensillarla con nuevos equipos, para iniciar producción.
Sí, tenemos una planta de alúmina y dos reductoras arruinadas, pero además requiriendo refacciones profundas, quizás pudiera pensarse en una integración vertical de esta industria, en esa zona del municipio Cedeño.
Allí se construiría la refinería de alúmina y una gran planta de aluminio primario.
Por supuesto que ello obligaría al Estado, a tener que invertir inicialmente, en infraestructuras para la culminación del puente sobre el río Orinoco, la construcción de una vía férrea de Los Pijigüaos a puerto de aguas profundas, en el Caribe (Guanta) y una línea de alta tensión, desde el Guri hasta su respectiva subestación, en el sector seleccionado para el desarrollo industrial y urbanístico respectivo.
Por su parte, el sector privado, deberá igualmente hacer inversiones importantes para desarrollar la infraestructura industrial auxiliar requerida.
De no tomarse esta decisión tempranamente y con determinación, no solo no ampliaremos el número de polos de desarrollo en el país, sino que no habremos resuelto el problema del alto costo de la bauxita por efectos de un transporte fluvial ineficiente, y menos aún, el de los lodos rojos, generados por el proceso Bayer.
El costo del aluminio, disminuiría, pues en vez de pagar flete y peaje por utilizar el canal del río Orinoco, solo lo haría por el transporte vía férrea, que siempre será más barato.
Esta es una corriente de opinión que bien vale la pena considerar, a la luz de una recuperación de este sector. Algunas realidades.
En pocas palabras, se dice que Bauxiven, Interalúmina, Alcasa y Venalum, “fueron destruidas”. Lo cierto es que ninguna de ellas produce.
Se dice que fueron inicialmente abatidas, por la falta de energía eléctrica. Siguió la lógica cadena de desmembramiento.
Escasearon las materias primas, también los repuestos y el mantenimiento; a esto le siguió la creciente carencia de recursos financieros y por último, se desvirtuaron y resquebrajaron, el compromiso, la voluntad y el clima.
Hay quienes mantienen la opinión, que estas empresas fueron empujadas al despeñadero; otros, pensamos que esta destrucción acelerada y masiva, se inicia con la falta total de emprendimiento, seguida por la incapacidad de reorientar el curso de los hechos y finalmente, nos atrapó la corrupción, ineptitud, la indiferencia y mucho del borreguismo politiquero, tan en boga.
La pregunta que todos debemos hacernos es: ¿Por qué nadie levantó una voz de protesta ante esta inquisición? Los pronunciamientos de colegios profesionales nunca se escucharon y el de los sindicatos, solo tomaron cuerpo, aquellos que, ladina y ovejunamente, apoyaron el vil desmembramiento industrial.
Hay mucho que desear de estos liderazgos y esperamos que la justicia, algún día se quite la venda.
Estas empresas, en algún momento volvieran a levantarse y lo harán empinándose sobre los sueños de nuevos e intrépidos emprendedores.
A estos habrá de seguirles, visionarios y decididos ciudadanos con el suficiente músculo político como para comprometer al Estado, quien a su vez, tendrá que hacerse acompañar de cautos e inteligentes inversionistas privados.
En cualquier caso, la construcción de nuevas industrias, no sólo nos obligará a impartir conocimiento administrativos y tecnológicos a toda la población de trabajadores, sino que deberá imponerse, igualmente, el perfeccionamiento y estructuración de valores y su general aceptación, no por obligación, sino por convencimiento.
“Una nación que olvida su pasado, no tiene futuro”. Sir Winston Churchill.
(1)Juan Rafael Turpial Itriago. (2) Elibeth Cabrera.
Manuel García Tamayo.
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