Cuenta La Leyenda: El nombre de Guayana

Juan González, fue nombrado nuevamente por Ordaz, para continuar la exploración del río, suministrándole hombres y armas.

Después de navegar varias leguas, llegó a la boca del Caroní o desembocadura en el Orinoco, donde los hispanos fueron recibidos por los indios de una ranchería gritando ¡UAYANA! ¡UAYANA! ¡UAYANA!

Como los españoles mostraban pedacitos de oro o plata, preguntando a los naturales donde dónde se encontraban esos metales, ellos respondieron Uayana.

Dice Tavera-Acosta significaba en lengua indígena, amarillo pálido. Probablemente querían decir que los recién llegados eran hombres blancos, y como éstos les presentaban los trocitos de los metales nombrados, inquiriendo dónde se hallaban, los aborígenes contestaron así, en referencia quizás al color de los mismos.

Los castellanos llamaron desde entonces Guayana a esta tierra, nombre que después denominaría a una extensa región venezolana al Sur del Orinoco.

Posteriormente, en 1596, Sir Walter Raleigh, difundiría por toda Europa, ese nombre en su célebre libro: “Descubrimiento del grande, rico y bello Imperio de Guayana con la relación de la grande y dorada ciudad de Manoa” escrito una vez efectuada su primera expedición por el Orinoco, a su regreso a Londres.

El nombre de Guayana está vinculado desde su origen a la riqueza. Ordaz pasó por Uriaparia, donde está hoy San Rafael de Barrancas.

González informó al Gobernador de lo que había encontrado, penetrando entonces éste más arriba del Orinoco. Ahora con 200 hombres y 18 caballos; hay escasez de provisiones, algunos soldados mueren.

Ordaz prosiguió la remontada del rio, pasando frente a la confluencia Orinoco-Caroní, llegando posteriormente a Caburutu, la Cabruta de hoy. Ya habían transcurrido 50 días de navegación y no halla riqueza alguna: hasta la obtención de alimentos se hace imposible.

Ha tenido encuentros con los Caribes, derrotándolos. Se aproxima al raudal de Carichana, cerca de la boca del Meta: allí fue informado por un indio que más arriba había oro, piedras preciosas, sal y abundante comercio.

Las riquezas del Nuevo Reino de Granada (actual Colombia), son conocidas a través del Meta.

Después de oír los consejos de sus tenientes, Ordaz, optó por regresar a Paria, de donde pensaba, ¡descabellada idea! Organizar una expedición para alcanzar el remoto Meta, cuya riqueza lo atraía. Un biógrafo del Comendador, Fr. Casiano García, cree que Ordaz no llegó al Meta, hazaña que realizaría más tarde, en 1535, Alonso de Herrera, costándole la vida.

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