Opinión

Cuenta la Leyenda: El año imborrable

Dicho año pasará a la historia contemporánea y hablaremos nosotros y nuestras generaciones de relevo, de todo lo acontecido.
sábado, 12 diciembre 2020

En mis 78 años de edad, los cuales he vivido desde el gobierno del General Isaías Medina Angarita, hasta la actualidad nunca había visto un año tan maltratado como este 2020.

Dicho año pasará a la historia contemporánea y hablaremos nosotros y nuestras generaciones de relevo, de todo lo acontecido, hemos sido mundialmente atacados por una pandemia que jamás se pudo imaginar causada por el coronavirus COVID-19; una enorme e impresionante cantidad de víctimas, algunas cercanas a nosotros, de nuestro entorno que se han despedido de este mundo y hemos perdido la noción de quiénes y cuántos han sido.

Por otro lado la carencia de alimentos, electricidad, empleos, dinero en efectivo, salud, combustible el cual ha sido tan necesario, no solamente para los vehículos sino para el suministro del gas doméstico, así como también la notable deficiencia en las telecomunicaciones, la suspensión temporal de medios de transporte.

Hemos regresado al pasado por lo menos 60 años, cocinando con leña, alumbrándonos con lámparas y velas; vamos a los ejemplos: basta con realizar un pequeño tour por la ciudad y atravesar una plaza, donde se puede observar la miseria humana; cada día nos parecemos más a aquella Isla que fue una referencia mundial como la más visitada y alegre del Caribe, hoy día sumergida en un total abandono, ya que el hambre, la desidia se apoderó de ella hace ya más de 60 años y nosotros vamos por la misma senda. ¿Qué le podemos ofrecer a nuestros pequeños hijos y nietos?

Lo primero será recuperar nuestros valores, pero eso es tarea de todos, empezando por el respeto y la forma de expresarse, como también cuidarse cada día más de no caer en falsas promesas.

Tratar de guiar con consejos y dar facilidades que no puedan corromperse más de lo que ya están a aquellos niños abandonados que rondan por las calles, convirtiéndose así en futuros delincuentes, practicando arrebatones y/o agresiones.

A pesar de las prevenciones recomendadas para evitar el contagio del ya mencionado virus, existe la problemática de muchas personas que no guardan el distanciamiento social, ni utilizan los tapabocas, realizan largas colas en establecimientos, aglomerados en microbuses, las enormes colas que realizan por varios días para lograr surtir unos míseros 10 litros de combustible.

No es un secreto que hay hambre, hay desempleo, hay miseria, una masiva cantidad de indigentes alrededor de nuestro territorio, pero también hay muchas personas influyentes ofreciendo de todo a cambio de algo que se supone que es decisión personal. A esas personas, les recomiendo, que en vez de prometer cambios, los practiquen.

Ya llegó diciembre, el último mes del año, (el que se supone que está lleno de alegría) con una gran diferencia al ayer por el cual nosotros transitamos, tratemos de cambiar, nada cuesta intentarlo, para que el mundo pueda cambiar, primero debes cambiar tú mismo.

Que los próximos años sean de recuperación. ¡Sí se puede!, pero eso está de parte de todos, no consiste en comernos unos a otros, practiquemos los valores básicos Y volveremos a ser lo que antes fuimos, ya que “No hemos nacido solamente para nosotros”

La honestidad: “Espero tener suficiente firmeza para conservar lo que considero el más envidiable de todos los títulos: el carácter del hombre honesto”.

La tolerancia: “No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”

La libertad: “La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo”.

El agradecimiento: “Solo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud”.

La solidaridad: “Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga”.

La bondad: “El mundo es amigable para las personas que también lo son”.

La justicia: “Quien no es más que justo es duro”.

La amistad: “Todas las glorias de este mundo no valen lo que un buen amigo”.

La responsabilidad: “Pensar y obrar; obrar y pensar es la suma de toda sabiduría”.

La lealtad: “Los caminos de la lealtad son siempre rectos”.

El respeto: “Nadie es lo suficientemente pequeño o pobre para ser ignorado”.

La Fortaleza: “He sido un hombre afortunado, nada en la vida me fue fácil”.

La generosidad: “Da y tendrás en abundancia”.

La laboriosidad: “Más se estima lo que con más trabajo se gana”.

La humildad: “Para ser humilde se necesita grandeza”.

La perseverancia: “Sin prisa, pero sin descanso”.

La prudencia: “Confiamos porque somos precavidos”.

La paz: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/GGEskt8fXoU1z5i6W4V6bv

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia

error: