Cuenta la Leyenda: Billo, solamente Billo
En este 15 de noviembre del año 2020, se cumplen 105 años del nacimiento de un hombre que nació para triunfar, me refiero a Luis María Frómeta Pereira, más conocido como “Billo”.
Aclaro, “Billo” se refiere a cuando se habla del maestro y “Billo´s” es cuando se refiere a la orquesta.
Recuerdo que en mi infancia, cuando hice pasantía en la ciudad de Maracaibo, cuando apenas tenía 8 años de edad, se escuchaba en las emisoras Ondas del Lago, Radio Calendario, Ecos del Zulia, etc. una voz interpretando “Las Pilanderas”, “Mayba”, “Boda Gris”, “Romance del Campesino”, “Pesar”, “El Bananero”, entre otros éxitos, ese cantante, era un dominicano llamado Alci Sánchez, quien había grabado estos temas con la novel orquesta de otro dominicano que se había venido a Venezuela a buscar un futuro.
Aun no se podía pensar que dicho hombre con el tiempo se convertiría en un venezolano, pero que nunca se nacionalizó y que se convertiría en el Cronista Musical de esta patria que lo adoptó.
Sí, el señor Billo, lo que me extraña es que los primeros temas que sonaron en el Roof Garden, no fueron los de Alci Sánchez, más adelante en las rockolas existentes en el barrio, se escuchaba a Ernesto “El Negrito” Chapuseaux con “A que sabrá tu boca”, “La Burrita de Petare”, “Cuando yo te quería”, “Eres todo en mi vida”, “Así son la mujeres”.
La historia comienza cuando Luis María, (nacido en Macorís el día 15 de noviembre del año 1915) tenía 15 años de edad y fue nombrado Capitán honorario del Cuerpo de Bomberos de la República Dominicana, fundador y director de la banda musical, se relacionó amistosamente con otros músicos: Francisco Simó Damirón, Ernesto “El Negrito” Chapuseaux, Cecilio Compres, Cuto Esteves, José Jerez, Medardo Guzmán, Nando Frómeta (su hermano), Turenne François, Mario Peralta, Juan Carbuccia, Julio González, Ñiñí Vásquez y Freddy Coronado, este último (excelente ejecutor del violín) es la persona que enciende la chispa e inquietud cuando le comenta a Luis María, que, en Caracas, habían buenas oportunidades para la presentación de nuevas orquestas.
Mientras tanto este nutrido grupo pertenecía a la Orquesta del presidente de la Isla, el general Rafael Leónidas Trujillo, conocido como “Chapita” y esta orquesta se identificaba como “Santo Domingo Jazz Band”.
Salir de la isla no era tarea fácil, sumado a la parte económica, pero después de dialogar logran que “Chapita” les conceda el permiso, con la condición de que donde se presentaran debía llevar su nombre, no lo pensaron dos veces, recogieron lo poco que tenían y se embarcaron saliendo del Río Ozama, en un barco carbonero llamado el Sordwagen, el capitán del barco les permitió viajar ubicados en las bodegas de la nave, ya que no había otro espacio y lo que pudieron llevar para alimentarse eran naranjas, panes, algo de queso, latas de sardinas y leche condensada.
En el transcurso de la navegación se encontraron con una fuerte tormenta, lo que obligó al capitán del barco a cambiar el rumbo y llegan al puerto de la Isla de Curazao, donde el Cónsul dominicano logró que esa misma noche tocaran en un local nocturno llamado el Chobo-Lobo, ganándose por la actuación 50 dólares, lo que sirvió para comprar algunos útiles necesarios para cobijarse, tales como: batas de baño e impermeables; ya que les habían comentado que en la capital venezolana había mucho frío en la madrugada así como también que había una neblina en la que no se distinguía a una persona a diez metros de distancia.
Al día siguiente continuaron el viaje y llegaron al Puerto de La Guaira el 31 de diciembre del año 1937, hubo retraso en la oficina de identificación motivado a los días festivos, y ellos tenían un compromiso por cumplir, el que había logrado “Titi”, un tío de Freddy Coronado, (quien trabajaba en Caracas en una empresa petrolera) en un lugar llamado el Roof Garden, propiedad de los hermanos Sabal, ubicado en la esquina de la Torre en el hotel Madrid, pleno centro de la capital venezolana.
Cuando llegaron al hotel, de inmediato les informaron que debían estar en tarima a las 9:00 P.M. como también les dijeron que el nombre de la orquesta sería “Billo´s Happys Boys”, a lo cual accedieron, no les quedó otra opción, pero con el temor de que Rafael Leónidas Trujillo se enterara, aunque así sucedió, por lo cual no regresaron, ya en tarima comenzó la orquesta y la voz es la de Ñiñí Vásquez interpretando “Caña Brava” y “El Negrito” Chapuseaux se lució con “Taboga”, mientras había otro interprete que se incorporó posteriormente cuyo nombre era Luis Manuel Sánchez, apodado Kuroki Sánchez; ya con esta primera presentación tenían el futuro asegurado.
Y ahí es donde viene mi duda, el por qué Alci Sánchez salió primero sin haber sido cantante oficial de la orquesta y dejó para la posteridad dos Long Play acompañado con la orquesta del maestro Billo.
Poco a poco se fueron adaptando a la ciudad y al país, el maestro fue infectado por el tifus, no pudo viajar y tuvo que quedarse mientras algunos músicos habían regresado a sus terruños y así se disolvió la orquesta.
Damirón y Chapuseaux se unieron y es cuando sale a los salones de baile el piano merengue.
Ya es el año 1940 y Billo fundó oficialmente la orquesta que nos ha hecho bailar todos los años, especialmente en diciembre la “Billo´s Caracas Boys” a la cual el radiodifusor Juan Francisco Rodríguez bautizó con el eslogan “La Orquesta más popular de Venezuela” y así quedo para toda la vida.
Se escuchó la voz de un hombre nacido en La Victoria, Estado Aragua, Rafael Galindo Oramas “El Ruiseñor de la Radio” interpretando hermosos temas como “Ven”, “Un Sueño”, “Mattinata”, “Quién fue el que mató a Consuelo”, “Enamórame” y un sinfín de hermosos boleros románticos, culpables de muchos enamoramientos y matrimonios venezolanos.
En la parte rítmica teníamos al margariteño Víctor Pérez, con “Los Gustos de Víctor Pérez”, “Maraquita”,”El Caimán”, “Guarachando”, “La negra del solar”, “Despacio se va lejos”, “Al fin y al cabo que” y el muy sonado “Ron con Coca-Cola”, que venía de ser un calipso.
Luego salió Rafa Galindo de la orquesta y lo sustituyó Miguel Briceño, una voz muy similar a la de Rafa y es a quien el maestro “Billo” le entrega la letra de “Caracas Vieja”, la cual de inmediato se transformó en un ícono musical.
Ya transcurridos varios años, la orquesta se volvió referencia nacional, en el año 1947 ingresó a la orquesta un cubano que había llegado a Caracas con una empresa vendiendo publicidad, su apellido en ese momento no lo apoyaba mucho.
Manuel Dagoberto Alemán Monterrey, de inmediato pasó a ser “Manolo Monterrey” y “Billo” lo rebautizó como “El Ciclón Antillano”, interpretaba música moruna, boleros, guarachas, cumbias, merengues y se adaptó rápidamente a las exigencias del maestro, “Swing con Son”, “Caprichito”, “Ariel”, “Camilo se está muriendo”, “Mi saxofón”, “Falda larga”, “Caminito de Guarenas”, “Mamá yo quiero un cadete”, “Cállate, muchacha”, “Magdalena”.
Ya para esta fecha “Billo” se le había declarado a su novia (Caracas) a quien le compuso decenas de canciones, como de igual manera a otros lugares venezolanos, a los personajes emblemáticos, a la autopista, al metro etc.
Mientras tanto, existían otras orquestas, la de Luis Alfonzo Larraín, con quien tuvo una gran amistad, la de Chucho Sanoja, la de los Hermanos Belisario, Los Peniques, Rafael Minaya “Tatán”, Aldemaro Romero, Filo Rodríguez, Leonard Melody, Pedro J., Belisario, Aníbal Abreu; en estos años funcionaba la AVADE (Asociación Venezolana de Artistas de la Escena) y la directiva, decidió sancionar a “Billo”, porque tenía solamente músicos extranjeros (esto no fue más que una acción para evitar la competencia la cual era demasiado buena) no podía tocar en espectáculos, no podía grabar y en fin, ¿Qué hace “Billo”?, pues en un pequeño local en Sabana Grande abrió un restaurant llamado “El Rincón de Billo”, el cual tuvo una vida efímera, ya que contaba el periodista y cronista Oscar Yanes, sus amigos llegaban, comían tomaban y firmaban, llevándolo así a la quiebra, pero en ese mismo lugar llegó un joven vendedor y publicista a proponerle que él quería montar una orquesta, pero quería que su admirado maestro “Billo” le hiciera los arreglos y se compartieran las ganancias.
Este joven admirador y gran amigo del maestro, era Renato Capriles, entre ellos nació una gran amistad, el nombre lo colocó “Billo”, la orquesta “Los Melódicos” y los dos primeros LP´s de esta orquesta fueron obras del maestro, el éxito fue de inmediato, pero se tuvo que informar a los amantes de esta música que era una nueva orquesta, ya que muchos la confundían y decían “no vale, ese es Billo´s”.
Luego Luis María se va a Cuba, logró colaborar con Bebo Valdés y los hermanos Castro, a lo que después realizó algunas grabaciones con Alberto Beltrán, Pio Leiva, Carlos Díaz y se llevó de Venezuela a “El Negro” Víctor Piñero, con quien también grabó y causó la disolución de la sociedad que mantenía con Renato Capriles.
También grabó con Magdalena Sánchez, Alfredo Sadel., Mario Suarez, Adilia Castillo, Candita Vásquez, Héctor Murga, Sarita Arceo y la recordada Olga Teresa Machado; decidió regresar a Caracas, había terminado el veto aplicado por la AVADE y fue el momento cuando logró encontrar un guarachero maracucho que se colocaría en los primeros lugares de inmediato, Cheo García y un joven muy tímido a quien nadie conocía e interpretaba boleros, Felipe Pírela, dicho joven impactó de inmediato con aquella voz melodiosa que lo acompañaba, más adelante llevó a otro maracucho, Joe Urdaneta.
La orquesta, estaba teniendo una seguidilla de éxitos, los mosaicos, los boleros, las guarachas, merecumbes, los contratos, las ventas de LP´s y con el tiempo Felipe se fue a buscar nuevos horizontes y quien cubrió la vacante es “El Puma” José Luis Rodríguez, después llegó el intérprete de música moruna “El Gitano Maracucho” Memo Morales.
Luego ingresó un bolerista nacido en Barquisimeto quien en la actualidad se mantiene en la orquesta con 49 años ininterrumpidos, Ely Méndez, sobrepasando al guarachero Cheo García quien tuvo el record de 21 años en la orquesta.
En su vida personal, el maestro dejó 13 hijos, siendo el mayor Luis Vicente “Charlie” Frómeta y quien aparte de ser ingeniero agrónomo es músico profesional académico; una hija que ha seguido los pasos de papá musicalmente hablando cuyo nombre es Magdalena Frómeta, ella constantemente presenta espectáculos musicales, donde recuerda a su querido padre y ha homenajeado a otros artistas como es el caso de Daniel Santos.
También está la hija de Charlie llamada Mary quien tiene un grupo musical en Houston, Estados Unidos.
En los 50 años de vida musical, al maestro Billo, se le rindió un homenaje en un conocido hotel capitalino (Hilton) donde se hicieron presentes un centenar de amigos, excantantes de la orquesta y autoridades de la republica Dominicana, entre ellos Francisco Simó Damirón, Simón Díaz, Víctor Pérez, Manolo Monterrey, Héctor Monteverde, Oscar D´ León y el embajador de Santo Domingo quien le concedió la medalla al Mérito.
El maestro estaba totalmente emocionado y feliz, la orquesta la estaba dirigiendo su hijo “Charlie” a quien Luis María, de manera simbólica le había “entregado la batuta”, todo fue felicidad e historia, también hay que recordar que en el año 1987 la orquesta “Billo´s Caracas Boys”, congregó en la Isla de Tenerife más de 250.000 personas en un baile en la calle, convirtiéndose en record Guinness y repitiendo la hazaña el año 1988.
El maestro siempre se mantuvo presente en los mejores momentos y fechas en Venezuela, cuando le brindaron la oportunidad para dirigir la Orquesta Sinfónica de Venezuela, lo cual fue un reconocimiento a sus años como músico y amante de Venezuela.
Se entregó por completo a los ensayos preliminares en la sala Ríos Reina del Teatro Teresa Carreño, donde presentaba un tema al cual había titulado “Un Cubano en Caracas” este se inició con “Alma Llanera” de Pedro Elías Gutiérrez y finalizó con el Manisero del cubano Moisés Simmons.
Lamentablemente en uno de sus ensayos el día 27 de abril de 1988 (el último ensayo programado) los integrantes de la orquesta se levantaron a ovacionarlo, en este preciso momento sus extremidades no le responden, se debilitaron cayendo sorpresivamente frente a los músicos, quienes lo llevaron a una clínica ubicada en la avenida Libertador, donde no se recuperó, falleciendo el día 5 de mayo de 1988.
Con la muerte del maestro se cierra una página muy importante en la historia musical venezolana, su orquesta animó al espíritu nacional.
Paz a sus restos.
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