Opinión

Cuenta la leyenda

"Después de cierto tiempo es cambiado al Hospital de Puerto Ordaz, por fin… fija residencia y nace en esta ciudad Mery".
Evelio LUCERO
sábado, 14 septiembre 2019

Dr. Dario Manuel Suquilanda Valdivieso: Se trata de uno de los primeros médicos que llegaron a la zona del hierro, nacido en la ciudad de Macana, Ecuador, muy cerca de la frontera con Perú, el día 25 de abril de 1912. Casado con la señora Olga Gonzalezrubio Vargas, también de origen ecuatoriano, cuando el doctor decide venir a Venezuela lo hace por el occidente del país, entrando por Maracaibo, estado Zulia, logra en aquel entonces como médico internista ingresar a la conocida (hoy día desaparecida empresa petrolera CREOLE) luego con la misma empresa es trasladado a Coro Estado Falcón, revalidando su título de médico en la Universidad Central de Venezuela, continua su recorrido y se desplaza al estado Monagas, a la localidad de Jusepin, ya para esta época la pareja Dario-Olga tienen tres hijos un varón y dos hembras, los dos primeros Bertha y Darío nacen en Ecuador y aquí en Jusepin nace Cecilia, su inquietud no se detiene y buscando un rumbo, donde pueda establecer su residencia fija, se viene a Ciudad Bolívar, después de cumplir con los requisitos exigidos pasa a ser nómina de la nueva empresa extractora del hierro la Orinoco Mining Company y lo envían a Ciudad Piar, ya el calendario marca el año 1952, después de cierto tiempo es cambiado al Hospital de Puerto Ordaz, por fin… fija residencia y nace en esta ciudad Mery, su cuarta hija, va pasando el tiempo y se da a querer y respetar por todas aquellas personas que iban a su consulta, instala una pequeña clínica, lugar donde demuestra y hace honor al juramento hipocrático, el valor de la consulta era de bolívares diez, si el paciente no tenía como pagar, el, amistosamente lo exoneraba y de complemento si tenía el medicamento adecuado se lo obsequiaba, los que tuvimos la dicha de conocer podemos dar fe de esta realidad, era un benefactor de la salud, sus amigos íntimos lo llamaban “El Gato” por el color de los ojos, sus gestos y la forma de su cara, yo personalmente lo llegué a llamar “El Medico del Pueblo”, El Doctor Suquilanda también pasó por la empresa Sidor como médico ocupacional y trabajó en Sanidad, llevando el control sanitario a las practicantes del oficio más antiguo del mundo. Al solicitar los servicios de un galeno, era el primero que venía a la mente, era una persona muy apacible de carácter moderado, en las tardes se le veía caminar muy despacio, cabizbajo, de aspecto bonachón desde su residencia hacia el Centro Cívico, para ir a ver una película en el Cine Ordaz, (primero que tuvo la ciudad) o al nuevo Cine Altamira en el Centro Comercial Caroní que se inició en el año 1967, lugar donde se concentraba todo lo necesario para vivir bien humildemente, podemos decir con toda confianza que el doctor Suquilanda tenía dos fuertes vicios el cine y la lectura, en conversación con su hijo Dario, me comentaba “Evelio, mi papá era un apasionado empedernido de los libros, en la casa, todo su tiempo libre lo ocupaba en estos menesteres”.
El doctor Suquilanda trabajó hasta los últimos días de su vida, al morir, su eterno amor: Olga, se encarga directamente del control familiar. Se despidió el día 22 de febrero de 1994, dejando una buena estela, será siempre bien recordado, de sus hijos el único que ha permanecido y vive en la residencia de toda la vida es Darío, sus hermanas Bertha, Cecilia y Mary, tienen muchos años que contrajeron matrimonio y decidieron trasladarse a vivir y hacer familia en otros países. Ya en el año 2007, su esposa fallece y va a encontrarse con su amado en el cielo. Para el Dr. Darío Suquilanda y su esposa Olga, en su memoria y QEPD.

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