Cuando no entienden se alborota el manicomio

La reapertura de la frontera entre Venezuela y Colombia y los helicópteros que los EE UU le regaló a Colombia ” y que para el cuido del medio ambiente’, ha traído consigo una serie de comentarios separatistas de parte de muchos “y que revolucionarios venezolanos” vagos de las redes sociales, que cisañean estar mosca con Petro por qué habla mucho de capitalismo y eso, ellos lo consideran traición o no se sabe qué…?

La pregunta es ¿Dónde está la traición? Si muchos de ellos han sido traidores una y mil veces.

Pregunto: Tendrán el mismo criterio si los EE UU, le regala unos helicópteros a Venezuela para cuido del medio ambiente..?

Miren, cuando Gustavo Petro dijo que en Colombia había que desarrollar al menos el capitalismo, la izquierda de cafetín salió corriendo a atacarlo.

Llamó “de cafetín” a ese sector de colombianos y venezolanos que saben lo que se debe hacer pero en sus mentes y para que lo hagan otros. Además, considera que esos camaradas deben inmolarse para ellos ir a los funerales a dar discursos.

Ese sector que se arrecha porque Maduro no se ha dejado tumbar. Para esa izquierda, ser verdaderamente revolucionario, es dejarse matar en el intento suicida de avanzar sin correlación de fuerza o sin recursos.

Petro habló de desarrollar al menos el capitalismo, porque recibo una Colombia feudal, donde en las zonas agrícolas hoy (en pleno siglo XXI), terratenientes que pagan con pasta de coca a los campesinos que explotan, o con gramos de cocaína, para luego instalar, ellos mismos, una bodega de provisiones donde, a cambio de esa pasta, les entregan productos alimenticios de manera racionada.

Petro recibió una Colombia con la mayor tasa de migrantes a escala planetaria, solo superada por la de Palestina, una Colombia con fuerzas militares paralelas al ejército regular; y que administra territorios, cobra impuestos y mata gente.

Una Colombia con siete bases militares norteamericanas formales y unas sesenta no formales, con la inflación más alta en los últimos treinta años y en un marco jurídico de virreinato, con un parlamento y una fuerza armada totalmente controlada por la oligarquía que, otrora defendió los intereses de Fernando VII y hoy defiende los de Estados Unidos.

No pretendas entonces la derecha, presentar los índices de migración, inflación, guerra civil, desempleo, masacres etc. Diciendo que se trata de la gestión de Petro, ni pretenda tampoco nuestra izquierda de cafetín, que nunca ha organizado ni un bingo bailable para financiar al partido, decirnos que Petro es “tibio” porque no se inmola hablando de la contradicción capital trabajo antes de atender los problemas de miseria material y espiritual con las que recibe el bastón de mando.

A Petro le toca construir fuerzas productivas más allá del feudalismo, pacificar Colombia buscando objetivos de consenso donde pueda avanzar y construir una nueva mayoría amplia que le dé a Colombia carácter de nación, como alternativa al carácter de colonia que tiene actualmente… En fin, llegó la hora de amarrar a los locos.

Hasta el próximo.

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