Opinión

Ciudad Guayana, ¿otro Detroit?

Detroit llegó a tener una población de más de dos millones de habitantes, en la actualidad no pasa de 700 mil. ¿Qué sucedió allí?
martes, 14 julio 2020

Si comparamos a Ciudad Guayana con Detroit, la que fue la más grande productora de vehículos del mundo, con Ciudad Guayana, el emporio metalmecánico más importante de Sudamérica, es como si fueran hermanas gemelas. Detroit no es la capital de Míchigan, EEUU, pero es la ciudad más poblada, igual que Ciudad Guayana del estado Bolívar en Venezuela.

Detroit llegó a tener una población de más de dos millones de habitantes, en la actualidad no pasa de 700 mil. ¿Qué sucedió allí? Si comparamos esto con Ciudad Guayana, será algo exactamente igual si no se regresa su potencial de empleos que permita volver a la prosperidad que tuvimos hasta hace poco tiempo atrás.

Ciudad Guayana, según el Censo Nacional, no pasa del millón de habitantes, pero por los índices de consumo de agua y energía eléctrica supera el millón quinientos mil habitantes. Quienes han estado frente a las instituciones de gobierno, no analizan a fondo la realidad para la toma de decisiones apropiadas.

Si asumimos una serie de factores que eran elementos vitales entre Ciudad Guayana y Detroit, es algo sorprendente su similitud. Altísimos ingresos comparados con otras partes del territorio nacional y sindicatos extremadamente exigentes. En Detroit la hora de trabajo llegó a los cinco dólares, mientras en el resto de EEUU, no llegaba a la mitad. Aquí en Guayana con un sistema de remuneración diferente, los trabajadores, además de altos ingresos, contaban con una cantidad de beneficios contractuales completamente superiores al resto de Venezuela.

La gran diferencia es el racismo, en Detroit se mantiene la discriminación de los negros en la actualidad, aunque parezca mentira. La colocación de paradas de autobuses ha tenido una dificultad extrema debido a la lucha para que no las coloquen y no se preste el servicio a los negros, es algo absurdo, pero eso no se puede esconder, ni negar, existe. Aquí en Guayana, como en toda Venezuela, todos somos iguales y nos respetamos de acuerdo al comportamiento y no al color de la piel.

La debacle de Detroit comenzó con el aumento del precio del petróleo debido al cierre del canal de Suez, este obligaba a construir motores con alto rendimiento por consumo de combustible y las fábricas eran emporios industriales envejecidos y los costos de producción no permitían la competencia con otras partes del mundo, incluyendo a México y China.

De los doscientos mil empleos de la industria automotriz, en la actualidad no pasan de veinte mil. Algunos creen que regresará a la prosperidad poco a poco, pero miles de edificios se encuentran desocupados y no existen comparadores a pesar de los precios casi regalados que tienen.

En Ciudad Guayana intervienen factores adicionales para el derrumbe de las gigantescas empresas básicas y las miles de empresas que dependían de ellas directa e indirectamente.

La sequía del río Caroní debido al fenómeno del NIÑO, impedía que llegara agua suficiente las grandes represas y hubo que dosificar las salidas hacia las turbinas que normalmente requieren de unos cuatro mil metros cúbicos por segundo a menos de la mitad, por cuanto la cuenca del Caroní no aportaba casi nada, cuando normalmente supera la demanda y se hace necesario abrir las compuertas para que no rebase el nivel de los 72 metros de las inmensas lagunas artificiales.

Ahora se calcula que pueden ingresar al canal Nekuima cerca de 13 mil metros cúbicos por segundo debido a las lluvias. Si a esto le sumamos que el sistema termo eléctrico del país no respondía por haberse descuidado su mantenimiento, para no racionar en grandes proporciones, asumieron utilizar los tres mil megavatios de las empresas básicas y allí comenzó el derrumbe.

Aparte de la readquisición de SIDOR por parte del gobierno y la liquidación total de líneas de celdas de VENALUM y ALCASA. La locura total y a esto se le agregó el llamado Control Obrero, algo insólito pero no les importó absolutamente nada. Primero la política que Venezuela. La desgracia total.
Guayana pudiera convertirse en algo similar a Detroit, estamos al borde del abismo y sobrevivimos por los empleos ficticios que se pagan a miles de trabajadores con capacidad técnica de primera línea, pero que carecen de los instrumentos para desarrollar su potencial y muchos ya se han ido hacia otros destinos del universo.

En la actualidad se ve imposible recuperar a Ciudad Guayana y a toda la región, pero apareció una comisión de gente preparada, muy preparada, para reconstruir lo que fue esta grandiosa parte de Venezuela, dirigida por un ejecutivo reconocido por el mundo entero como calificado para emprender la recuperación y no es otro que el ex presidente de VENALUM cuando esta producía 420 mil toneladas anuales de aluminio y era una especie de mina de oro, el ingeniero Enrique Castells. Ejecutivos de este perfil no abundan y ojalá llegue pronto el momento de comenzar a revivir a estas grandes empresas.

¡Buena suerte!

@dabega26

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