Opinión

Circo sin pan ni gasolina

Lo peligroso del poder es cuando se pierden los controles y las limitaciones.
martes, 25 febrero 2020

En Venezuela, como en cualquier parte del mundo, celebramos eventos que nos permiten des estresar la rutina normal de nuestro sistema de vida. Eso es algo absolutamente normal, pero cuando convertimos la diversión de pequeños segmentos sociales en una propaganda, para mostrar que somos felices a pesar de todas las desgracias y carencias que aniquilan a los pueblos, se hace necesario rectificar y buscar soluciones concretas, por cuanto llegará un momento, absolutamente inevitable, donde todo será destruido y será imposible detener la debacle. Es mi simple opinión y muy pocos la meditarán.

Lo peligroso del poder es cuando se pierden los controles y las limitaciones. Allí comienza la desgracia con el abuso de quienes gobiernan y todo se circunscribe a los aciertos o fracasos de quienes manejan las instituciones.

Para mostrar unos pequeños pero terribles ejemplos, podemos observar cómo sin ninguna orden de un juez se puede ingresar a la residencia de un ciudadano y arrebatarles sus propiedades y luego crear indicios de que allí se cometen delitos. Para mí, un juez, sin ataduras políticas que arriesguen su estadía en el cargo, es la piedra fundamental de cualquier sociedad, es lo máximo que se puede esperar. Crear delitos ficticios pero que no se puede demostrar lo contrario y nos llevan prisioneros sin que exista manera de defendernos adecuadamente, son desgracias terribles para los habitantes de cualquiera nación del mundo.

Para mí, las carencias son casi normales a lo largo y ancho del universo, pero para nosotros los venezolanos, es algo absolutamente anormal por cuanto podemos tenerlo todo y nos encontramos peores que la mayoría de los países del mundo. Nuestro mayor problema es que nos acostumbramos a las dádivas y facilidades y solo pensamos en quien me dio y el que no me dio. Los gobiernos están para asistirnos dentro de nuestras necesidades normales, pero no para cubrir nuestros requerimientos cuando estamos en capacidad de producir.

La población venezolana, en la actualidad, sobrevive porque hubo momentos en que tuvimos bienes y ahorramos algo, pero todo se agota y vamos a la desgracia absoluta si no se concretan acuerdos políticos donde regresemos a que el producto del esfuerzo, el trabajo y la disciplina, sean lo que se establezca como forma de vida.
No se puede repartir sin producir.

Continuamos repartiendo y haciendo propaganda sobre esta anormalidad. Se reciben bonos que provienen de la nada y ese dinero va al mercado donde existe la misma cantidad de productos y esto incrementa la inflación, trayendo la desaparición del supuesto beneficio y la diminución del poder de compra de quienes se esfuerzan para lograr sus ingresos.

En la actualidad surtirnos de gasolina es de una dificultad extrema, por lo cual se encarece el transporte y la comida sube de precio y se nos hace cada día más difícil adquirirla, pero siempre obtenemos algo, pero existen millones de compatriotas que ya se les hace imposible sostener a sus familias. Algunos arrancan hacia otros rumbos, incluso a mendigar y de esa humillación dejan algo para repartir con quienes dejaron aquí. Esto parece un drama ficticio, pero es la sencilla y auténtica realidad.

Aquí en Guayana, el problema eléctrico es de poca relevancia, aparentemente, pero poco a poco vamos hacia un mundo de oscuridad si no detenemos la evolución de la desaparición de los repuestos para sustituir a los equipos que se van dañando, ya cuesta reponerlos. Hay sectores que carecen de servicio eléctrico y no encuentran la solución para reintégralo.

Las fallas en el suministro de agua es algo normal. No es que quienes manejan el servicio sean incapaces, es que no tienen los recursos para que los equipos funcionen correctamente y esto es peor cada día que pasa.

Pero esto no impide que se inviertan grandes cantidades de recursos en inmensas fiestas donde se muestran espléndidas carrozas, pero no hay transporte colectivo y todos disfrutando al máximo y olvidando sus responsabilidades fundamentales.

El carnaval, para algunos, es simplemente maravilloso, pero también piensen en su descendencia y comencemos a reconstruir a nuestra patria, donde la ley sea respetada y sea un juez quien decida quién es el que tiene la razón. ¡Buena suerte!

Nota.- Se hace imprescindible la formación de un gobierno provisional, integrado por todos los factores políticos y sociales de nuestra maravillosa nación.
Simplemente es urgente.

@dabega26

 

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