Carcavones diabólicos
Más que las cárcavas, son los carcavones los que están convirtiendo a Ciudad Bolívar en un desbarrancadero que, de seguir su perversa acción destructora, se constituirán en su sepultura urbana, para lo cual la falta desidiosa de los drenajes pluviales constituye la causa-efecto de tanto malestar a la Angostura orinoqueña y a su buena gente por décadas.
Problemas serios que la maltratada capital sigue arrastrando “bombardeada” por un sismo urbanístico inmerecido.
Estos verdaderos precipicios, altas cimas de pendientes escarpadas, han llegado a ser toda una calamidad nefasta para su normal desarrollo urbanístico tal como acontece desde hace muchísimo tiempo ante la inobservancia de funcionarios no idóneos que jamás han asumido con voluntad creativa, y menos con decisión, su misión primordial como lo es la de velar siempre por mejorar permanente y eficazmente las cosas colectivas.
Utilizando el término cárcavas en vez de “carcavones”, que es lo correcto, ha tomado bastante e inusitado auge el tema en cuestión como si su problemática devastadora se hubiese presentado súbitamente en la ciudad, cuando su aparición se remonta a varias décadas atrás y ha sido la falta de aplicación de imprescindible Plan Rector, único instrumento confiable para regular el crecimiento y desarrollo ordenado de toda urbe y en segundo término la falta casi absoluta del Sistema de Drenajes para las aguas de lluvia, cuyo pírrico servicio no llega al 20%; es decir, en un 80% de la superficie total de Ciudad Bolívar(230 kms2) las aguas pluviales caen sin tener canalización técnica adecuada su escorrentía, por lo cual busca la salida “fácil” y es así como las precipitaciones, poca o intensa, se convierten en las ” madres” de los carcavones, erosionando a su antojo todo lo que encuentren a su paso destructor y convirtiendo las calles, avenidas y sitios públicos en un angustiante orinoco urbano.
Por todo ello, resulta indispensable acometer, previa o paralelamente al reinicio de la construcción de lo drenajes que con urgencia requiere la capital, el tratamiento técnico de una secuela perniciosa de cárcavas profundas (carcavones) que se han venido acentuando peligrosamente en varios sectores urbanos al no tener las aguas la debida canalización, ocasionando enormes perjuicios a sus habitantes y a muchos bienes públicos y privados, además de obstaculizar el normal flujo peatonal-vehicular : las urbanizaciones El Perú, Sabanita, Aceiticos, La Lucha, Agosto Méndez, Las Beatrices y zonas adyacentes padecen esta proliferación dramática de carcavones que exigen tratamiento inmediato como única salida al caos urbano de gravísimas consecuencias.
Ninguna autoridad ha tocado nunca el tema…y el urbanicidio (barrancos infernales) bolivarense cada día se extiende…a menos que a la voluntad y sensatez las acompañe un revolucionario y ansiado renacer..
Otro Sí : Bienvenida la opinión democrática del gobernador Angel Marcano a través de su nueva columna todos los lunes en Primicia…y punto y aparte..
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