…Caminar hacia el compromiso
Días atrás en un artículo que titulamos …una flor para Bolívar sobre su ejemplo de liderazgo resiliente y estratégico para el proyecto nacional y nuestramericano, lo dejamos en París, -a comienzos de 1805, con 21 años, viudo, desconcertado, sin propósito cierto, dando tumbos en su búsqueda de sosiego interior-, en el momento cuando acepta la invitación de su amigo y maestro Simón Rodríguez para hacer un viaje desde esa Ciudad hasta el monte de los dioses en Roma, pasando por los Alpes de Saboya, Ginebra, el Piamonte y la Lombardía, Turín, Milán, Venecia y la infinidad de pueblos grandes y pequeños intermedios que, ubicados a distancias caminables, van encontrando durante ese recorrido de abril a agosto.
Si pensamos en nuestro hoy histórico, equivale al tiempo que llevamos en este Gran Confinamiento Planetario del 2020. De nuevo les invito a encontrarnos en nuestros propios sueños, emociones y acciones con la edad de Simón de la Trinidad en estos momentos de su vida.
¿Por qué ese viaje tan largo y al monte de los dioses? París desde 1789 es un
hervidero de ideas, debates, acciones controversiales, que le hacen referente de la inquietud histórico-social del momento.
La Enciclopedia, Rousseau, Montesquieu, Dantón, Robespierre, Marat, jacobinos, girondinos, Luis XVI el rey capeto en la guillotina, el hambre en el pueblo de Francia y las banderas ahora levantadas con los triunfos y la gloria de Napoleón en nombre de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, que tienen en jaque al orden monárquico de toda Europa.
Entre esos eventos de París, quiero destacar la “revolución de los iguales”,
inspirado por la rebelión de la plebe acontecida en el monte de Júpiter y los dioses en la Roma de los años 140 antes de nuestra era, que habían protagonizado los Gracos, “tribunos de la plebe”, junto a soldados para forzar al Senado a concederles el estatus de “ciudadanos romanos” que otorga diversas ventajas en aquella sociedad de distinciones entre el ius civitas y el ius gentium.
En 1795, Nicolás Babeuf, un ardoroso partidario de la revolución se declara “Gracus” y “Tribuno del Pueblo”; con su ejemplo y con sus “Carta …a todos los descamisados de París” incita a la rebelión de los iguales y encrespa las aguas sociales de los millares que luchan por conseguir media libra de pan en el París de fines del siglo XVIII.
El 27 de mayo de 1797, muere en la guillotina, gritando frente a todos “Abajo
los tiranos¡”. En París, durante varios años quedó entre los desposeídos esta
historia, con un deseo contenido en la expresión “volver al monte sacro” Simón Rodríguez, de 33 años empedernido dromómano, con sus compañeros de viaje Simón Bolívar de 21 y Fernando Rodríguez del Toro de 23, emprenden la ruta el 6 de abril, en el fino comienzo de la primavera del año 1805, y lo hacen caminando la mayor parte de ella; el ejercicio físico recupera el ánimo del cuerpo y su sensación de bienestar, buena respiración e inspiración para conversar y aprender, por caminos que reverdecen con el clima fresco de la estación fecunda en brotes de vida nueva.
Ese prolongado andar da tiempo y motivos a largas conversaciones, porque esos mismos lugares fueron recorridos en diferentes épocas por distintos viajeros con diversos propósitos.
El trío de viajeros conoce las “Vidas Paralelas” de Plutarco, donde resalta el carácter moral de sus héroes y otras obras del escritor romano de la época de Augusto, quien resurgió en el siglo XVIII como uno de los inspiradores éticos de los hombres de la Ilustración, al punto de ser señalado como responsable indirecto de la Revolución Francesa.
Voltaire y Rousseau forman parte de las pláticas de esas jornadas, junto a César en las campañas de la Galia y el paso de los Alpes por Aníbal y su ejército, los procesos del medievo al renacimiento con sus luchas de religiones, del humanismo y el libre pensamiento.
El entramado del poder y la propuesta de institucionalidad republicana,
Maquiavelo, Montesquieu. La aclamación fervorosa de los pueblos a la estrella de la gloria de Napoleón Bonaparte, cuya nueva coronación en la catedral de Milán también como rey de los lombardos, con la apoteósica parada militar en los campos de Montechiaro, han podido presenciar en su paso por la ciudad.
Es así como, deslumbrado, lleno de entusiasmo, impresionado por la vida de los pueblos recorridos, con la conciencia ampliada de la historia humana en su
búsqueda de libertad y equidad, con el alma sosegada y el cuerpo saludable,
fortalecido de las enseñanzas en el viaje, el 24 de julio, Bolívar cumple 22 años.
Alojados en Roma, una tarde del ferragosto los tres viajeros hicieron el paseo a las afueras de la ciudad hasta el monte sagrado, allí el alma liberada del dolor de la muerte, inflamada de amor libertario y exultante de historia humana, afina su propósito existencial y declara compromiso con juramento de fidelidad, a la razón que va a animar su vida para convocar a sus paisanos de nuestramérica con su palabra actora y con el acero afilado del ejemplo de su vida, a la suprema tarea de la libertad, de la dignidad y de la felicidad.
Resumo sus palabras: “…con que éste es el pueblo de Rómulo y Numa, de los
Gracos y los Horacios, de Augusto y Nerón, de César y de Bruto, de Tiberio y de Trajano…” “…la civilización… ha demostrado aquí todas sus fases, ha hecho ver todos sus elementos… más en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad parece que el asunto ha sido desconocido y que el despejo de esa misteriosa incógnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo…”.
“Juro delante de Ud; juro por el Dios de mis padres; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”.
Convoca al dios de sus ancestros, a la historia de Roma y el viejo mundo, a las
ideas emergentes de su tiempo histórico y a la realidad de su pueblo sometido,
para Jurar su Compromiso, delante de sus más cercanos amigos con quienes ha compartido la experiencia de expansión de la visión del mundo y la transformación de la mirada sobre su propósito existencial.
Imaginen cómo le brillaban los ojos en la mirada refulgente. Con esa nueva visión, les sugiero releer atentamente, el juramento del monte sacro el 15 de Agosto de 1805, que Simón Rodríguez, uno de los testigos presentes, dejó para la historia.
Caminar hacia el compromiso, es una tarea esencial para desarrollar liderazgo. Líder es quien logra para sí y consigo mismo aquello que está llamado a promover y desarrollar en los demás, dadas las exigencias del tiempo histórico que les toca vivir.
Liderazgo ético hacia sí mismo y hacia afuera para recoger la angustia colectiva y devolverla en organizada propuesta convocante; para impulsar y
ayudar a multiplicar la visión estratégica en muchos otros, para concurrir con ellos al propósito común;. para sobre montar la adversidad, para lograr un desempeño superior en condiciones de extenuación y también, para lograr éxito a pesar de los momentos difíciles y los eventos adversos.
En esta hora trascendental para la humanidad en nuestro país y el mundo,
rescatemos esas cualidades que permitan desarrollar liderazgo resiliente
colectivo, cambiar la mirada desde el antropocentrismo individual hacia el
biocentrismo social, para cuidar la vida, la libertad y la justicia y así, celebrar
con dignidad el referente de la vida ejemplar de Simón Bolívar.
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