Opinión

Bitácora Industrial

Pero saturada como está su capacidad de almacenamiento, ahora tienen dos opciones: ofrecen crudo con descuento, para reducir esos inventarios, o reducen su producción, con lo cual estarían ayudando en la estrategia de recorte de la Opep y sus aliados.
viernes, 30 octubre 2020

Baja demanda petrolera
Con el rebrote mundial de la pandemia del coronavirus, aumenta el riesgo de una nueva baja del precio del petróleo, debido a una reducción del consumo y a la existencia de grandes volúmenes de inventarios, acumulados por la producción sin mercado.

La Agencia Internacional de Energía estima que hay por lo menos 500 millones de barriles en inventarios en los países productores, sin contar Estados Unidos y China, y que ese volumen no bajará hasta por lo menos el primer trimestre de 2021, si para ese momento la pandemia ha retrocedido.

Los expertos consideran que hay tres factores que podrían hacer bajar los precios en las próximas semanas: El rebrote del coronavirus en muchos países, con el consiguiente retroceso en el consumo de energía; el insuficiente recorte de Opep Plus, que fue de solo 7,7 millones de barriles diarios, cuando debió ser de por lo menos 10 millones, y finalmente el incumplimiento de varios países de la cuota de recorte que pactaron.

En los últimos dos meses, los precios se han mantenido más o menos estables, más que por un aumento de la demanda, por la creencia de que el consumo aumentaría por el retroceso de los contagios de Covid 19, sobre todo en países de mayor consumo, como en Europa.

Muchos de esos países flexibilizaron la cuarentena para reactivar sus economías, lo que abrió la expectativa por un aumento del consumo de crudo, ante lo cual algunos productores optaron por guardar inventarios para tenerlos listos para cuando el mercado mejore.

Pero saturada como está su capacidad de almacenamiento, ahora tienen dos opciones: ofrecen crudo con descuento, para reducir esos inventarios, o reducen su producción, con lo cual estarían ayudando en la estrategia de recorte de la Opep y sus aliados.

No ha sido anunciada una reunión inmediata de la Opep para analizar el futuro de los precios, pero los expertos creen que ante el rebrote mundial del coronavirus es inevitable que baje el consumo y con ello los precios retrocedan, planteando un escenario similar al de abril, que obligó al acuerdo de recorte.

El otro elemento negativo es el costo que implica reactivar pozos que han sido cerrados temporalmente a causa de la pandemia. Según los expertos, la dinámica de explotación de los pozos es muy variable, y muchas veces hay que hacer inversiones elevadas en mantenimiento, de manera que permanezcan en condiciones operables.

Todos esos costos pesan a la hora de evaluar la rentabilidad de esos pozos, si los precios bajan por una sobreoferta cuando pase la pandemia y se vuelquen a los mercados todos los inventarios acumulados durante la baja del consumo. Para algunos países va a resultar un gran esfuerzo financiero recuperar plenamente su capacidad de producción, luego de la debacle económica provocada por la pandemia.

Vuelos privados al espacio
Lo que hace 20 años era tema solo para películas de ciencia ficción, hoy es una realidad: comprar un boleto en una nave privada, para un vuelo ida y vuelta hasta la Estación Espacial.

La NASA pagó a la empresa privada SpaceX, para que nave Dragon, llevara a sus astronautas Bob Behnken y Doug Hurley hasta la Estación Espacial Internacional, y los trajera de vuelta.

El vuelo de ida fue el 30 de mayo y el regreso el 20 de agosto, luego de haber estado 62 días en esa estación y haberle dado 1.024 vueltas a la Tierra.

Desde 2013, la NASA le había entregado 4.800 millones de dólares a la Boeing, y 3.100 millones a SpaceX, para el desarrollo de tecnología que permitiera construir naves capaces de realizar vuelos espaciales, ida y vuelta, hasta la estación internacional.

La Boeing desarrolló su nave Starliner, aún en prueba, mientras que SpaceX construyó con éxito su nave Dragon, que ya hizo su primer vuelo a la Estación Espacial.

Desde 2011 cuando la NASA suspendió el vuelo de sus transbordadores, sus astronautas estaban viajando en las naves rusas Soyuz, a razón de 86 millones de dólares por cada asiento, ida y vuelta. Para no seguir dependiendo de los rusos, más por razones de patriotismo y seguridad, que económicas, la NASA decidió subsidiar la investigación tecnológica de estas dos empresas, para que los astronautas viajaran en naves norteamericanas.

La ganadora de esta carrera tecnológica fue SpaceX, una empresa del empresario Elan Musk, dueño también de Tesla. A cambio de la suma entregada a SpaceX y Boeing, la NASA tendrá derecho a 12 vuelos espaciales, aparte del vuelo de prueba ya realizado, con 4 astronautas en cada uno de ellos.

Los expertos dicen que, a la larga, los vuelos espaciales en naves privadas serán mucho más baratos que cuando se hacían en naves de la NASA, porque una de las características principales de SpaceX es que en cada vuelo recupera partes importantes de la nave, como el cohete impulsor inicial, y el gigantesco tanque de combustible, lo que es un ahorro de costos.

Lo mismo pasará cuando Boeing tenga lista su nave. Pero estos costos han provocado críticas, porque obviamente cada asiento en ambas naves costará muchísimo más que lo que la NASA le estaba pagando a Rusia para volar en la Soyuz.

Pero son críticas que se estrellan contra el argumento de que el viaje de astronautas norteamericanos, en naves norteamericanas, no tiene precio, y la posibilidad de que, por razones de política interna, geopolíticas, o de seguridad nacional, Rusia suspenda los vuelos de norteamericanos en sus naves Soyuz, lo que dejaría a la NASA sin conexión con la Estación Espacial Internacional.

El “sueldo” de un astronauta
Mucha gente cree que los astronautas ganan sumas millonarias, ya que requieren una elevada preparación y entrenamiento, aparte de que arriesgan sus vidas.

Esto último es cierto, porque para ser elegible como astronauta, se requiere título universitario en ciencias, ingeniería o matemáticas, con tres años de experiencia profesional o 1.000 horas de vuelo en aviones a reacción, en el caso de los pilotos, aparte de un elevado coeficiente intelectual y una serie de habilidades.

Según algunos expertos, ser elegido como astronauta es 74 veces más difícil que entrar en la universidad de Harvard. Como ejemplo se puede citar que en 2018 fueron precalificados 18.300 aspirantes, pero solo 12 lograron ingresar.

Al entrar a la NASA, un astronauta gana 66.167 dólares anuales, aparte de seguro de salud y vida, automóvil y en la mayoría de los casos vivienda asignada.

Pero a medida que va adquiriendo preparación, su salario va ascendiendo y puede llegar a ganar hasta 180.000 dólares anuales. Un 60 por ciento de los astronautas son militares, y por ello conservan beneficios tales como subsidio de vivienda, bonos, ascensos en el grado militar, y otras ventajas.

Precios internacionales
Solo como referencia y en US$/TM.
Aluminio (1.842) 1.801
Al. Prem. 1.801 + 264
Al. Alloy (1.580) 1.550
Alúmina (269) 270
Al. Chat. (530) 530
Oro onza (1.926) 1.878
Plata onz.(25,11) 23,37
Platino onz. (876) 874
Cobre (6.814) 6.694
Níquel (15.791) 15.819
Zinc (2.485) 2.522
Acero USA (654) 662
Acero China (506) 508
Cabillas (448) 448
Cemento Bra. (60) 60
Acero chat. (295) 289
Hierro (121,56) 120,45
Briquetas (210) 241
Café Qt. (70,84) 73,10
Cacao (2.974) 2.974
Azúcar (360) 351
Arroz (369) 369
Maíz (122) 122
Trigo (191) 191
Avena (179) 179
Sorgo (119) 105
Soya (310) 302
Petróleo
Vzla. (25,04) 25,04
Opep (41,04) 39,22
West T. (40,35) 35,65
Brent (42,09) 37,33
Gasolina (115) 105
Gas1.000p. (3,03) 3,24
Coque pet. (30) 25

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