Bitácora Industrial
Oro
Desde hace varios meses, ningún organismo del gobierno informa acerca de la producción de oro, ni la cantidad que semanalmente se compra a los mineros en Guayana, para entregársela al Banco Central.
Hasta mediados del año pasado, con cierta regularidad se le informaba al país la cantidad de onzas que compraban a los mineros y empresas explotadores en los yacimientos de Guayana, pero esta práctica se suspendió sin explicación alguna y ahora no se sabe cuánto se compra semanalmente, cuántas son las reservas nacionales en oro monetario, ni cuánto de ellas se ha vendido o canjeado.
El enero del año pasado, el ministro para la minería ecológica, Víctor Cano, anunció que la meta era cerrar 2019 con una producción de 30 toneladas, que sería agregarle casi 20 toneladas a la cifra de 2018, pero hasta la fecha se ignora cuánto oro se produjo el año pasado.
Según estimaciones oficiales, lo que llega anualmente al Banco Central es el 30 por ciento de todo el oro que se extrae en los yacimientos del sur de Guayana, ya que la mayor parte de lo que explotan los mineros independientes, se lleva al exterior de manera ilegal.
En la era chavista hasta 2018, el Banco Central de Venezuela había recibido 146,75 toneladas de oro, según las cifras del ministerio de minería. Dando como ciertas las estimaciones oficiales de que al BCV solo llega el 30 por ciento de los que explota, eso significa que se han llevado al exterior 250 toneladas de manera ilegal, que superan holgadamente las actuales reservas en oro monetario.
Una nueva reductora de aluminio
Mucho se habla y se hablado del potencial de producción de aluminio en el país, debido a la existencia de vastos yacimientos de bauxita. Pero en realidad eso no basta, porque se necesitan otros elementos para que un país pueda transformar la bauxita en aluminio.
Muchos países tienen bauxita, pero carecen de plantas para transformarla en alúmina, y de electricidad para alimentar las celdas de reducción, que finalmente transformen esa alúmina, en aluminio.
Pero por encima de todo, teniendo bauxita y electricidad, se requieren grandes inversiones para el montaje de las plantas industriales necesarias para producir aluminio.
En la actualidad, con la crisis financiera por la que atraviesa el país, no hay dinero para invertir en la recuperación de las celdas de Venalum, y mucho menos como para construir una nueva planta de aluminio. Tampoco tenemos recursos para recuperar la planta de alúmina, que pudiera ser una vía para levantar dinero que permita la construcción de una nueva reductora, aunque sea de 100 mil toneladas anuales.
El otro tema es la electricidad, que en este momento es deficitaria. Los técnicos dicen que si se logra terminar Tocoma, su carga pudiera ser usada en Guayana, porque no hay capacidad para sacar esa electricidad a otras regiones del país, debido a que las líneas de transmisión están al máximo de su capacidad de transporte.
Por supuesto estamos hablando de un proyecto a futuro, porque este gobierno le cerró las puertas a proyectos de esta envergadura, opuesto por razones ideológicas a las inversiones de capital extranjero.
Pero no hay otro camino que una asociación con capital extranjero, porque la fuente de financiamiento de todo el proyecto industrial de Guayana, fue el petróleo, que hoy dejó de ser el soporte de desarrollo del país.
¿Pero es rentable producir aluminio en Guayana? Muchos países ganan dinero produciendo aluminio, aunque en algunos han cerrado plantas reductoras debido al alto costo de la electricidad, o porque la que hay tiene que ser destinada a consumo humano.
En nuestro caso, no solo se pudiera ganar dinero, sino que se aprovecharían los recursos naturales como bauxita, gas, potencial hidroeléctrico, y además se daría trabajo bien remunerado a miles de personas, y el país tendría un cierto ingreso de divisas.
Hubo años en los que la industria integrada del aluminio le entregó al país más de 1.500 millones de dólares. Aún pagando sueldos en dólares, la industria del aluminio en Guayana sería muy rentable.
El maíz
En Venezuela el cereal de mayor consumo es el maíz, y desde 1960, cuando se cosecharon 400 mil toneladas, la producción nacional fue aumentando gradualmente hasta llegar a 3 millones de toneladas en 2008, camino a un autoabastecimiento total del consumo, estimado en 4 millones de toneladas anuales, entre maíz blanco y amarillo.
En nuestro país, el maíz blanco se usa solo para consumo humano, mientras que el amarillo se usa también para la fabricación de alimentos concentrados para animales.
En el año 2007, la producción nacional permitió cubrir el 100 por ciento del consumo de maíz blanco y el 40 por ciento del amarillo. Ese año se cosecharon 2,4 millones de toneladas de las dos variedades. De esos 3 millones de toneladas en 2008, la producción bajó a 720.000 toneladas en 2018 y el año pasado cayó a 500.000 toneladas según Fedeagro y un millón según las cifras del gobierno.
Pero cualquiera que haya la cifra de la producción nacional, la realidad es que el país tiene que importar maíz para alimentar a la población, cuando tiene tierras, clima y recurso humano suficiente para autoabastecerse.
Para lograr este objetivo, sería necesario sembrar 800.000 hectáreas en todo el país, y mejorar el rendimiento del promedio actual de 2.500 kilos por hectárea, hasta 4.500 o 5.000 kilos.
Pero los productores reclaman además que se les dote de todo lo necesario para poder cultivar: maquinaria, pesticidas, créditos, semillas y fertilizantes, que en este momento no tienen en cantidad suficiente.
Uno de los problemas que más han llevado a la baja de producción, es que el encaje bancario dispuesto por el Banco Central, prácticamente eliminó los créditos necesarios para financiar la siembra.
De igual manera, el gobierno restringió mucho la importación de semillas de primera calidad, lo que obliga al uso de semilla nacional, que redujo mucho el rendimiento por hectárea.
Para Fedeagro, el punto de inflexión de este retroceso, fue la expropiación de la empresa de suministros agrícolas, Agroisleña, que una vez estatizada pasó a ser Agropatria, pero que no ha tenido capacidad para sustentar toda la producción agrícola.
Dirigentes de Fedeagro expresan que la producción de maíz en el país está, según sus cifras, en el nivel del año 60, y puede descender más si no se cambian las políticas oficiales al respecto.
Precios internacionales
Solo como referencia y en US$/TM.
Aluminio (1.746) 1.745
Al. Prem. 1.745 + 264
Al. Alloy (1.578) 1.510
Alúmina (274) 269
Al. Chat. (530 538
Oro onza (1.897) 1.888
Plata onz.(24,30) 23,82
Platino onz. (874) 864
Cobre (6.546) 6.525
Níquel (14.470) 14.570
Zinc (2.418) 2.357
Acero USA (576) 635
Acero China (508) 498
Cabillas (455) 450
Cemento (Brasil) 60
Acero chat. (299) 286
Hierro (124,70) 121,91
Briquetas (210) 210
Arroz (369) 369
Café Qt. (70,84) 73,10
Cacao (2.974) 2.974
Azúcar (360) 351
Maíz (122) 122
Trigo (191) 191
Avena (179) 179
Sorgo (119) 105
Soya (310) 302
Petróleo
Vzla. (25,04) 25,04
Opep (41,46) 40,33
West T. (40,05) 40,61
Brent (40,75) 42,76
Gasolina (120) 121
Gas1.000p.(2,54) 2,57
Coque pet. (30) 30
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