Bitácora Industrial
Industria y contaminación
Cada día crece la presión de los ecologistas para que se adopten medidas urgentes que frenen la contaminación ambiental, que ha producido el cambio climático y de manera particular el calentamiento global que, entre otros efectos perniciosos, está derritiendo el hielo en los polos de la Tierra y haciendo subir el nivel de los mares.
Los científicos ecologistas establecen una relación causa-efecto entre el desarrollo industrial y la contaminación ambiental, por lo que sostienen que para reducir esta última, es imprescindible reducir la producción industrial y garantizar que las plantas que se mantengan activas reduzcan al mínimo sus emisiones contaminantes.
Esto está siendo planteado desde hace décadas, pero no ha sido posible porque la actividad industrial es el sostén de la economía mundial y es lo que ha permitido un mejor nivel de vida para buena parte de la población del planeta.
Los que se oponen a medidas drásticas de reducción de la producción industrial sostienen que sin industria no hay confort y el ser humano tendría que volver a la vida que tenía a mediados del siglo XVIII.
Los expertos señalan sin embargo que las grandes corporaciones industriales del mundo no reducen sus emisiones contaminantes porque se niegan a hacer las inversiones que ello requiere.
Para ellos, se trata simplemente de un problema económico porque con las inversiones necesarias la contaminación se podría reducir hasta en un 30 por ciento en un período de 10 años.
Pero los economistas opinan que eso no es tan sencillo porque si se hicieran esas grandes inversiones los productos tendrían que subir sus precios de manera importante y muchas empresas perderían mercado frente a las empresas que se nieguen a realizar esas inversiones.
Tendría que ser un compromiso de todas las industrias del mundo, y eso para los economistas es prácticamente imposible, por lo menos en este momento.
Según estudios que han realizado algunas universidades, el costo agregado por razones ambientales sería en muchos casos superior al costo actual de fabricar un producto.
Numerosas encuestas en países desarrollados han evidenciado que más del 50 por ciento de la población estaría dispuesta a aceptar un cierto incremento del precio para proteger el ambiente, pero habría que ver si está dispuesta a pagar más del doble del precio actual.
En Europa desde hace años se venden vegetales cultivados sin productos químicos, pero su precio en muchos casos es el doble de los otros.
La industria de alimentos
La mayoría de los alimentos llegan a los hogares gracias a la industria del sector, que es la que permite que las cosechas de los campos sean procesadas y llevadas hasta los sitios de gran consumo.
El habitante de la ciudad no tendría posibilidad alguna de alimentarse, si no fuera por el proceso industrial que permite que un producto vegetal o cárnico sea tratado de forma tal que se conserve durante un tiempo determinado y que pueda ser transportado y distribuido en zonas alejadas de su sitio de producción original.
Muchas de las industrias alimenticias generan desechos que pueden ser contaminantes, pero sus beneficios son enormemente superiores.
Mucho más contaminante que la industria alimenticia es el uso generalizado de agentes químicos en la actividad agrícola, como fertilizantes, insecticidas y herbicidas, que sin embargo son indispensables para mantener la producción en los niveles que permitan alimentar a la creciente población mundial.
Si se suprimiera totalmente la industrialización de alimentos, moriría de hambre dos terceras partes de la población mundial.
Pero con los mismos argumentos habría que parar la industria farmacéutica, y eso reduciría otro alto porcentaje de la población mundial. Para reducir a cero la contaminación ambiental la humanidad tendría que regresar al estilo de vida de la Edad Media.
Pero es obvio que hay que reducir los niveles de contaminación actuales, para garantizarle a las futuras generaciones un planeta en el que aún puedan vivir los seres humanos y los demás animales.
Medidas contra contaminación
El acelerado cambio climático ha forzado a muchos países a adoptar urgentes medidas contra la contaminación, estimulados por la Organización de Naciones Unidas y ONG dedicadas a la preservación de la naturaleza.
En diciembre de 2015, 187 países suscribieron el Acuerdo de Paris para que el calentamiento global no supere 1,5 grados sobre el promedio de la temperatura del planeta en la era pre industrial.
Los científicos han establecido que la temperatura del planeta ha subido más de dos grados en relación con la que tenía antes de iniciar el gran desarrollo industrial.
La aplicación de este acuerdo ha sido tan complicada que Estados Unidos se retiró este año, alegando que casi ningún país lo está cumpliendo y es muy costoso, tanto para el sector productivo como para la población.
El país que ha logrado mejores resultados en la lucha contra la contaminación ambiental es China, que en 5 años ha reducido un 32 por ciento la concentración de partículas en el aire en sus principales ciudades y destinó 120.000 millones de dólares para reducirla más en Pekín, Shanghái y Cantón; cerró minas de carbón, limitó el número de vehículos en varias ciudades, obligó a las industrias a instalar filtros que redujeran sus emisiones a la atmósfera, redujo a la mitad la quema de carbón para calefacción en los hogares; paulatinamente han ido cambiando de carbón a gas y gasoil las plantas termoeléctricas y tiene un proyecto para sustituir totalmente los vehículos de combustible por eléctricos, a mediano plazo.
China produce cada año 24,5 millones de vehículos y solo en autobuses quema diariamente 750 mil barriles de gasoil.
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