Opinión

Bitácora Industrial

"La disminución de la capacidad importadora del gobierno, junto al retroceso de la producción nacional, son elementos que potencian el efecto de las sanciones de Trump, a lo que se agrega la baja en la producción de Pdvsa".
viernes, 10 mayo 2019

Petróleo y sanciones

Los expertos están analizando las posibles consecuencias de las sanciones norteamericanas sobre las operaciones de las empresas petroleras extranjeras en yacimientos de Venezuela, sobre todo en la Faja del Orinoco. La duda nace de que los países de origen de esas transnacionales pueden no estar de acuerdo con las sanciones, pero ello no las deja a salvo de la amenaza de Trump contra las empresas que negocien con Pdvsa o con el gobierno de Maduro. Algunos expertos opinan que como se trata de contratos suscritos años antes de la aprobación de las sanciones, es probable que en algunos casos estén exceptuados de su acatamiento. Pero estos mismos expertos consideran que es inevitable que de alguna manera las sanciones afecten aún más la producción de crudo en el país y que dificulten que esas empresas puedan negociar libremente en los mercados internacionales lo que puedan extraer en los yacimientos venezolanos. Uno de los objetivos adicionales de estas sanciones es impedir el suministro de crudo de Venezuela a Cuba, que son aproximadamente 50.000 barriles diarios. Según informaciones de la inteligencia norteamericana, el 10 y 12 de abril, desde el embarcadero del complejo petrolero Jose en las costas de Anzoátegui, salieron los buques Trident Hope con 600.000 barriles y S-Tropper con 400.000, que originalmente declararon otros destinos pero en el trayecto en el Caribe fueron desviados a Cuba. Ambos buques, como sus armadores, fueron vetados por Trump, pero además el Departamento del Tesoro sancionó a Jennifer Navigation Limited, con sede en Liberia y dueña del tanquero Nedas; a Lima Shipping Corporation (con sede en Monrovia), dueña del tanquero New Hellas; a Large Range Limited (con sede en Liberia), dueña del S-Trotter, y a PB Tankers S.P.A. (Italia) dueña de los buques Silver Point, Alba Marina, Gold Point, Ice Point, Indian Point y Iron Point. Todos estos buques llevaron crudo de Venezuela a Cuba desde enero de este año cuando fueron aprobadas las sanciones.

Un primer efecto de estas sanciones es el estrangulamiento de los ingresos de dólares al gobierno de Maduro y como consecuencia de ello la dificultad para el pago de las importaciones esenciales para el país. En una década, las importaciones se han reducido en más del 70 por ciento, mientras también ha retrocedido la producción de alimentos en el país: en la década del 2008 a 2018, la producción de azúcar bajó de 751.000 a 215.000 toneladas anuales, el arroz de 691.000 a 249.000 y el maíz de 1.860.000 a 720.000 toneladas. En 2013 las importaciones fueron de 11.200 millones de dólares, para retroceder a 2.400 en 2018. La disminución de la capacidad importadora del gobierno, junto al retroceso de la producción nacional, son elementos que potencian el efecto de las sanciones de Trump, a lo que se agrega la baja en la producción de Pdvsa. Pero aunque el blanco de las sanciones es el gobierno de Maduro, puede haber un daño colateral al reducir la cantidad y calidad de los alimentos que llegan a la población, sobre todo a la de menos recursos que recibe las bolsas Clap, pagadas con recursos provenientes de la exportación petrolera. Para los analistas políticos eso es algo que analizaron los asesores de Trump, que consideran que una escasez de alimentos aumentará el rechazo de la población al gobierno de Maduro y que no llegará a ser tan grave como para provocar una tragedia por hambre.

Economía venezolana sin petróleo
Luego de más de 100 años de haber sido iniciada la producción de petróleo en el país y con décadas dependiendo casi de manera exclusiva de su exportación, es difícil imaginar que podamos tener una economía sin explotar y exportar ese recurso natural. Pero muchos países, sin la vastedad de recursos naturales que tiene el nuestro, y sin petróleo, han logrado desarrollar economías perfectamente sustentables y ofrecer una excelente calidad de vida a sus pueblos. Por ello algunos intelectuales, entre ellos Uslar Pietri, plantearon que no están seguros que haya sido una bendición el descubrimiento de yacimientos petroleros en el país, que de alguna manera ralentizó el desarrollo agropecuario venezolano, cuando el trabajador y los productores del campo lo abandonaron para irse a la industria petrolera. El tema vuelve a plantearse, a propósito de la caída abrupta de la producción de Pdvsa, que según la Opep está ligeramente por encima de los 700.000 barriles diarios, luego de haber estado sobre los 3 millones hace 15 años. Toda la economía venezolana ha estado centrada en el petróleo, que era el 80 por ciento del total de exportaciones del país y que aportaba más del 60 por ciento de los ingresos fiscales. La producción petrolera no tiene sustituto en este momento porque su baja en la producción no es un hecho planificado. Según los economistas, lo ideal habría sido que la industria petrolera redujera su participación en la economía del país, en la misma medida en que otros factores de producción fueran creciendo. Aunque es difícil que la producción agropecuaria e industrial se equipare al ingreso petrolero en lo inmediato, a largo plazo puede generar importantes ingresos en divisas, con la ventaja que el país no tendría que agotar un recurso no renovable como el petróleo.


Metales de Irán

Los precios de algunos metales han tenido un ligero incremento en los mercados internacionales en esta semana y los expertos lo atribuyen en buena parte a las medidas adoptadas por Estados Unidos para impedir la exportación de hierro, acero, aluminio y cobre por parte de Irán. El año pasado Irán exportó 54.000 millones de dólares y de esa cifra un 10 por ciento corresponde a estos metales. Solo en mineral de hierro, sus exportaciones fueron 1.200 millones de dólares. Las medidas norteamericanas contra las exportaciones de Irán son un golpe demoledor a su economía, que solo podría ser mitigado si algunos países que compran sus productos desacatan esas sanciones. En el caso del mineral de hierro, el principal cliente de Irán es China, que ha sido un tradicional aliado de Teherán, pero que también es blanco de sanciones por parte de Trump. El otro cliente importante de Irán es la Unión Europea, algunos de cuyos países han anunciado que no están obligados a acatar esas medidas, aunque una cosa es que sus gobiernos tengan esa intención y otra es que las industrias privadas, que son las que le compran a Irán, se arriesguen a desafiar al Departamento del Tesoro norteamericano. Para citar solo un rubro, el precio del mineral de hierro llegó esta semana a 94 dólares la tonelada luego de estar en 70 dólares en diciembre.

 

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