Basura, responsabilidad social y alcaldía

La responsabilidad social es el compromiso y/o deber moral que tiene un individuo para consigo mismo, su familia, su entorno, incluidas sus instituciones.

Las organizaciones como por ejemplo, las empresas,  igualmente la tienen, en relación con su desarrollo y futuro, su personal y la comunidad o región que la circunda y dentro de la cual interactúa; el objetivo es  minimizar el posible impacto negativo de sus acciones, sobre ese envolvente medio ambiente; responsabilidad social es la obligación de funcionar y/o comportarse dentro de parámetros éticos, armónicos y estéticos, de esos que son de común y general aceptación.

Sobre responsabilidad social, se comenzó a hablar en los Estados Unidos, a partir de 1950, y en Europa, a partir de 1960, de modo tal, que este es un concepto aún poco trillado en el mundo.

En relación a este tópico, hoy queremos machacar una vez más sobre el tema tantas veces trajinado, como es el manejo de los desechos sólidos o basura. El mismo tiene varias aristas, que son: el cómo, el dónde, el cuánto y el cuándo; luego, el medio de transporte, el método de transformación y su disposición final.

La basura es, de todos los problemas que tenemos en Ciudad Guayana, el más fácil de resolver, aunque nos asfixia su cuantía. Se calcula que cada ciudadano produce muy cerca de un (1) kilogramo de ella, diariamente.

Si fuéramos un millón de habitantes, esos son los kilos diarios que de la misma deberíamos disponer. Para esta labor, afortunadamente, no requerimos de sofisticadas  tecnologías, ni tampoco de cuantiosas inversiones; de la misma manera, tampoco requerimos de empresas con experiencia; lo que sí se hace necesario, es:

1.  Voluntad política con visión; 2. Poder y deseo de organizar; 3. Disponer de mecanismos y elementos para la supervisión; y 4. El requerido control de esta necesaria y merecida gestión.

Se hace impostergable tener una alcaldía comprometida con esta cadena de acciones, para satisfacer esta necesidad fundamental de la gente y de la ciudad; y debemos acometer este trabajo, de forma metódica y eficiente, lo cual implica, calidad y bajo costo/precio.

Queremos  un ente capaz de hacer una programación, trazar rutas, recolectar desechos sólidos y disponer de ellos, bien sea en rellenos sanitarios modernos, diseñados con la lupa ingenieril, o en plantas de reciclado.

Estas son  las preferidas o deseadas por toda sociedad moderna. Para este último destino (reciclaje), en su forma más elemental, se requiere la construcción de instalaciones simples, dotadas con correas transportadoras y la organización de cuadrillas de trabajadores, estructuradas para realizar la selección y clasificación de los elementos que componen los desechos sólidos, como son: el papel, el vidrio, los metales, los plásticos y los orgánicos.

El reciclaje es necesario por varias razones: se recupera y recicla materiales que de otra forma, se perderían; se obtiene importantes ahorros, por su apreciable valor económico y  además, se contribuye de forma mucho más radical, al debido y necesario control de la polución ambiental.

Cualquier empresa de ingeniería puede realizar los estudios requeridos para elaborar los planos necesarios, a objeto de fabricar en Ciudad Guayana, las instalaciones y equipos precisos para esta actividad.

También existe localmente, el capital ocioso suficiente, como para un emprendimiento de esta naturaleza. Es solo cuestión de ofrecer las garantías suficientes que generen la confianza requerida para invertir en desarrollar este tipo de actividad.

Por otro lado, la alcaldía debe plantearse no crear el “monopolio de la basura”, para lo cual se debe invitar a varios operadores a licitar por diferentes sectores, cada uno con su propia planta de reciclado o  relleno sanitario correspondiente.

Un simple proceso de licitación, servirá para adjudicar el o los contratos respectivos. a por lo menos tres (3) empresas, preferiblemente, locales. No se necesita “importar este conocimiento”.

Lo más importante es satisfacer las necesidades del pueblo, al costo mas bajo posible, manteniendo los más altos estándares de salubridad posibles y la percepción de que no hay corruptelas de tipo alguno.

No hay razón para tener una ciudad afeada por  desechos, con mendigos hurgando en la basura, compitiendo con perros realengos y zamuros. Ustedes, alcaldes y concejales, fueron elegidos para servirles a sus electores; ellos son sus patronos; y este emprendimiento, que debe ser liderado por la alcaldía, no solo es por cuestión de salud pública, sino por una fundamental y básica: responsabilidad social, de obligatorio cumplimiento.

Finalmente y para cerrar el círculo relacionado con este proyecto de tener una ciudad limpia y bonita, los concejales de este municipio o los de cualquier otro que estableciera una filosofía de gestión similar a la aquí promovida, deberán aprobar Ordenanzas Municipales para:

1. Educar, entrenar y concientizar a la totalidad de la comunidad, sobre las mejores formas de preservar el medio ambiente en general y el manejo de la basura, en particular.

2.- Para normar sobre todos aquellos aspectos relacionados con la preservación del medio ambiente y el embellecimiento de la ciudad y sus parques.

3. También deberán legislar sobre la imposición de severas multas a quienes transgredan o incumplan  las normativas que al respecto se promulgasen.

Algunas de esas normas tendrán que ver con el mantenimiento y limpieza del frente de cada vivienda, su acera o la del establecimiento respectivo, así como el corte de grama, si la hubiera; estas son el enunciado de unas pocas normas, solo a modo de ejemplo, entre muchas  otras.

Es necesario hacer de nuestra Ciudad Guayana, una urbe más hermosa y más hermanada con la naturaleza.

CE.mgarciat84@gmail.com.

“El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria,  un poder que pretenda hacerse superior a las leyes”. Cicerón.

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