Bananos, inversión y futuro
El cambur, plátano o banano, como también se le denomina, es una planta herbácea que produce un fruto sorprendentemente excepcional; hay dos tipos de ellos: el que se consume crudo como fruta o postre, y el que se sancocha, hornea o fríe (plátano).
Existe más de mil variedades de cambures, siendo el Cavendish la más cultivada, con un 47 % del mercado.
Este fruto puede contribuir a combatir el deficit alimentario de nuestro pueblo, pues contiene vitamina A, B1, B2, B6, B12, C, E, riboflavina, calcio, hierro, fibra, fósforo, magnesio, potacio, zinc, azufre. cloro, niacina y ácido fólico.
Es un alimento altamente nutritivo, económico y abundante, por cuanto el mismo se produce en casi toda la superficie de la geografía nacional.
La reproducción del banano es fácil; sólo se necesita una “semilla” que consiste en tomar un hijo de la planta, abrir un hueco de 30 cms. de ancho por 30 cms. de largo y 30 cms. de profundidad, en tierra suelta, franco arenosa o franco-arcillo-arenosa, abonar (abundante materia orgánica) y mucha humedad; el fruto se obtendrá entre los 9 y 11 meses posteriores a su siembra.
El mismo consistirá en un racimo de hasta 10 “manos” con un promedio de 13 kilos por racimo. El mantenimiento y desarrollo de un cultivar de cambures o plátanos, tiene escasas exigencias: Un poco de abono balanceado aplicado mensualmente, unos tres desmalezamiento anuales y abundante humedad.
Esta planta es originaria del Asia Meridional (Afganistán, la India, Sri Lanka, Maldivas, etc). De allí fue llevada a las Islas Canarias y durante el siglo XV, los españoles la diseminaron por Las Américas. Los países productores de cambures más importantes, a nivel global, son la India con 30 millones de toneladas anuales, China con 19 millones, Indonesia con 7, Brasil con 6.7, y Ecuador con 6.5 millones; sin embargo, los principales exportadores del mundo, son Ecuador con 3.500 millones de dólares, Filipinas con 1.600 millones, Costa Rica con 1.080 millones y Colombia con 990 millones, entre otros.
Por otra parte, los mercados más importantes, son los de Europa, Estados Unidos-Canadá y el Oriente Medio.
Venezuela pudiera convertirse en una potencia bananera, por su clima, por sus suelos, por sus recursos hídricos y hasta por su localización geográfica, con puertos en el mar Caribe, para los mercados del Norte y de Europa, y cerca del canal de Panamá, para el acceso a los mercados del Pacífico.
Escándalo e inversión.
Los medios señalan que fueron TRES MIL MILLONES DE DÓLARES ($ 3.000.000.000), los sustraídos por la corrupción, por algunos de esos que se autoproclaman “revolucionarios”, y que generaron éste último escándalazo de PDVSA-GOBIERNO-ENCHUFADOS.
Pues bien, la nación, con esa cantidad, habría podido fundar, de la mano del sector privado, unas 800 fincas bananeras, de 500 hectáreas cada una, para un total de 400.000 hectáreas de cambures; habrían podido perforar unos 1600 pozos de agua profundos, con sus correspondientes estaciones de bombeo para riego; varias decenas de kilómetros de cable vías para el transporte de los racimos; unos 2.000 kilómetros de vía rural; 800 galpones para procesamiento y empaque de bananos y sus correspondientes viviendas.
¡Todo un potencial productivo! Se calcula que una hectárea de cambures, puede producir unas 2.000 cajas de éste fruto, a 20 kilos por caja y a $6.50 dolares, cada una; ello arrojaría una producción anual aproximada de cinco mil doscientos millones (5.200) de dólares, es decir que en muy poco tiempo, se recupera el capital invertido.
Por otro lado, en estos cultivos, se suele emplear una persona por hectárea, lo cual arrojaría empleo para unos 400.000 trabajadores. Si cada uno de ellos devengare unos 250 dólares americanos mensualmente, estaríamos hablando de una cantidad de cien millones ($100.000.000) de dólares mensuales que contribuirían a reactivar la economía.
Este es sólo uno, de los muchos rubros que se puede desarrollar por y para la Venezuela no petrolera, esa que estos obligados a reconstruir.
Todavía hay materias primas para financiar el desarrollo del campo, de la pesca, de la industria, de la construcción de infraestructuras, pero sobremanera, de la educación integral y la salud.
Todo ello sería posible, sólo se se invierte racional y honestamente, los r
ecursos del país y siempre que se vaya de la mano de un sector privado honesto.
También se requiere la reestructuración de un sistema judicial, anclado en sólidos fundamentos éticos.
Todo ello, contribuirá con el verdadero desarrollo de la nación.
CE.mgarciat84@gmail.com
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