Anorgasmia
La sociedad está bajo la presencia de un halo de hipersexualidad y la razón es porque la respuesta sexual del individuo se asocia a placer; pero cuando se evidencia ausencia o dificultad de respuesta sexual, se traduce en la presencia de un problema.
Toda persona que ha vivido un orgasmo puede reconocerlo o tener una idea de su definición, en razón de su interpretación subjetiva; pero si para ello ha tomado como referencia las imágenes que se ven y los audios que se escuchan en algunas obras de producción cinematográficas tales como aquellas de índole pornográfico o del género novelesco, entonces puede estar asumiendo que padece de anorgasmia.
La manera y forma de experimentar un “orgasmo” varía entre una persona a otra, incluso en una misma persona puede diferir un orgasmo a otro.
En nuestro cuerpo durante el coito, una vez que la excitación sexual asciende a un máximo, llega el orgasmo con el límite de tensión sexual, sensación transitoria de placer intensa acompañado de contracciones involuntarias uterinas, en los músculos pélvicos y ano, aceleración cardíaca, aumento de tensión arterial, la respiración se entrecorta y hay una pérdida parcial sobre el control de la musculatura, además el organismo libera gran cantidad de sustancias relacionadas con el bienestar.
La anorgasmia o el orgasmo inhibido, es un término médico para definir la ausencia, dificultad regular, permanente o recurrente de alcanzar el orgasmo después de una fase normal de excitación o estimulación sexual suficiente y deseo, durante la relación sexual.
Aunque la anorgasmia es un trastorno que puede afectar a ambos sexos, su incidencia en las mujeres es claramente mayor.
En los hombres practicamente ni se consideran, pues aún pudiendo darse el caso es poco frecuente y va acompañada de alguna otra disfunción estrictamente ligada, como puede ser la impotencia.
Los orgasmos varían en intensidad, frecuencia y la mayoría de las mujeres requiere un cierto grado de estimulación del clítoris directa o indirecta, al no alcanzar el clímax solo con la penetración.
Respecto a la fuente que causa la anorgasmia puede ser tanto por razones orgánicas, culturales cómo psicológicas, siendo las de origen psicológico las más comunes, de hecho, el 90 % de los casos tienen su origen en cuestiones psicológicas y emocionales, mientras que solo el 7 % corresponde a causas físicas tales como enfermedades, cirugías ginecológicas, medicamentos, alcoholismo, tabaquismo y el envejecimiento.
Dentro de los factores psicológicos que pueden originar anorgasmia se describen los trastornos de la salud mental, ansiedad, depresión, estrés, diversas creencias culturales, religiosas y el abuso sexual o emocional en el pasado, entre otros.
La anorgasmia es tratable y dependerá de la causa y usualmente el tratamiento va dirigido a:
1) Eliminar las actitudes negativas y prejuicios en torno a la sexualidad y el orgasmo en particular.
2) Aportar información sexual para contrarrestar los mitos sexuales.
3) Mejorar la relación de la pareja a través de la comunicación.
4) Aplicación de programa de habilidades sexuales, que consiste en una serie de ejercicios específicos para esta disfunción.
5) Tratamiento de enfermedad de base.
6) Terapia farmacológica.
La mayoría de los casos pueden tratarse satisfactoriamente, motivo por el cual se recomienda, en caso de signos sugestivos de anorgasmia, consultar con su médico de confianza, quien podrá remitirlo al Ginecológo y equipo de salud mental para establecer diagnóstico definitivo e indicar el tratamiento.
Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com
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