Alacranismo y enchinamiento

Alacrán, es el término que en nuestra Venezuela política, utilizamos para referirnos al mercantilismo de oportunistas, a traidores y transfugas. A esos que venden su conciencia al oficialismo y a quienes no tienen empacho en entregar su alma.

Esos alacranes, nuevamente salen del albañal para darle un contundente zarpazo, no a Guaidó, sino a la verdadera democracia.

Los que indignamente representan a esos tres partidos, otrora importantes y hoy reducidos a migajas, levantaron el dedo para decapitar la legalidad de un poder opositor, reconocido nacional e internacionalmente; un poder que representaba los valores democráticos y el decoro de una perseverante resistencia y de un pueblo, que aún agobiado por la miseria impuesta, mantiene profundos idearios de libertad.

Cierto es que ese liderazgo opositor de Guaidó, fue poco brillante. La razón, dicen opiniones de prestigiosos personeros, obedeció a que el abanico opositor nunca fue capaz de amalgamar los intereses políticos que nos separaba.

Ese desventurado liderazgo estuvo diseñado para enfrentar y vencer al Gran Poder, que aún utilizando todos los artilugios y los abundantes recursos del Estado, pudo ser derrotado y no lo fue; nos venció la desunión promovida por el sectarismo, la ambición y el protagonismo.

Falló la unidad de criterios, la comunidad de estrategias y concordancia en el compromiso.

Ese grupo de mercenarios, que como Caballos de Troya, estuvo plantado en la Asamblea Nacional de 2015, se convirtió en indignos utiliteros del Psuv, por ignorancia unos y corruptos otros.

Lo cierto es que nunca dudaron en entregar su honor y dignidad a un poder ilegal, inmoral y autoritario, pero muy sagaz.

Esa falta de honor y patriotismo de estos arácnidos, pone en bandeja de plata, de un régimen obsceno, no solo la última cuota de poder que necesitaban, sino también cuantiosos activos como Citgo, el oro en el banco de Inglaterra y el prestigio moral a nivel nacional e internacional de un “poder opositor”, representado por Guaidó y su gobierno de transición.

Cierto es que este joven diputado, no fue un líder de prestigio debido a su inexperiencia y poco activismo; pero también, porque fue dejado a su suerte por los “tiburones que lo rodeaban”, esos cuya metamorfosis los transformó de escualos en alacranes: los que apostaron más al fracaso de la transición, que a su éxito.

Como consuelo engañoso, ese taimado grupo desertor, aduce que la presidencia interina, será ejercida por una comisión, como si el colectivismo, alguna vez hubiere funcionado a ese nivel.

Hay que ser contundente en esto: El destronamiento de Guaidó es la manera más efectiva que encontró la élite cubano-psuvista para hacerse de todo el poder, ese que fue cercenado gracias las sanciones y que estos maleantes, mal llamados opositores, entregan  a la inquisición política y al absolutismo gobernante.

Muchos honorables venezolanos han realizado un llamado a la protesta por la vileza que hoy habrá de concretarse; también nosotros nos sumamos a ellos para denunciar este nuevo ataque a la AN del 2015, “pequeña isla”,  donde aún prevalecía el ideario democrático de libertad y justicia, aún cuando cometieran errores.

Pero también aprovechamos la ocasión para hacer un llamado a los verdaderos opositores, amantes de esa justicia y libertad, a objeto de que unidos todos, contribuyamos a cambiar el rumbo que ocasiona  la desesperanza.

Debemos empeñarnos en participar libre y honestamente en una contienda electoral de primarias, cuyos resultados deberemos respetar.

CE.mgarciat84@gmail.com

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