ACV: Más allá de tres letras
Nuestro cerebro, aunque equivale al 2 % del peso corporal, requiere el 20 % de la sangre que circula por todo el organismo, y es que en ella se transportan sus elementos básicos, el oxígeno y la glucosa, sin lo cual la función se deteriora rápidamente, al punto que con apenas entre 4 a 8 minutos sin oxígeno ocurre lesión cerebral que acarrea daños irreversible del tejido encefálico.
El accidente cerebrovascular (ACV), denominado también ictus, derrame cerebral, ataque cerebrovascular o enfermedad cerebrovascular (EVC), es una emergencia médica, caracterizada por un cuadro neurológico que ocurre cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes, lo que deriva en muerte celular.
El ACV tiene como base estructural una lesión circunscrita del encéfalo de etiología vascular y de naturaleza isquémica y/o hemorrágica.
Algunas personas pueden tener solo una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro, conocida como un ataque isquémico transitorio (AIT), que no causa síntomas duraderos.
Esta patología representa la tercera causa de muerte en el mundo occidental, la primera causa de invalidez permanente entre las personas adultas, aunado a la duración, gravedad, variedad de las secuelas, repercusión en la calidad de vida de los afectados y familiares, concomitante las consecuencias económicas y productivas, lo que convierten al daño cerebral adquirido, en uno de los problemas de salud pública más importantes.
El accidente cerebrovascular isquémico, es el tipo más común y se presenta cuando los vasos sanguíneos del cerebro se estrechan o se bloquean, generalmente por ateroesclerosis o bien por un émbolo que procede de otra localización, fundamentalmente el corazón (fibrilación auricular) u otras arterias y causan una importante reducción del flujo sanguíneo (isquemia).
En cambio, el accidente cerebrovascular hemorrágico, ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra dentro del cerebro, comprimiendo y afectando así al tejido circundante.
Dentro de los factores relacionados con el accidente cerebrovascular hemorrágico se encuentra la hipertensión arterial no controlada, los aneurismas cerebrales, traumatismos craneales y las malformaciones arteriovenosas, entre otros.
Aproximadamente, una de cada seis personas que tiene un accidente cerebrovascular, tiene un ACV hemorrágico.
Por lo general, el evento vascular cerebral hemorrágico afecta más a las personas mayores, pero puede ocurrir a cualquier edad.
Los síntomas de un ACV son muy variados, y están relacionados en función del área cerebral afectada; pueden ser síntomas puramente sensoriales o motores o una combinación de ambos.
Dentro de los signos y síntomas más frecuentes del accidente cerebrovascular se describen:
1. Dificultad para articular las palabras o expresarse (hablar), entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible.
2. Pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara, frecuentemente afecta solo un lado del cuerpo.
3. Problemas para ver en uno o ambos ojos. Puede presentarse visión borrosa o ennegrecida en uno o ambos ojos, o diplopía.
4. Dolor de cabeza súbito, intenso e inusual, que puede estar acompañado de vómitos, mareos o alteración del conocimiento, casi siempre acompañado de otros síntomas.
5. Dificultad al caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación.
Debemos resaltar que numerosos cuadros de accidente cerebrovascular (ACV) de baja intensidad y duración pasan inadvertidos, con presencia de debilidad de un grupo muscular poco específico (parestesias), episodios amnésicos breves, pequeña desorientación y otros.
Son estos síntomas menores los más frecuentes, y tienen una gran importancia, porque dan un alerta acerca de la patología subyacente.
En caso de presentar signos y síntomas sugestivos de ACV, llamar inmediatamente a un servicio de asistencia médica y amerita ser traslado a un centro de salud de urgencia.
Se recomienda control preventivo con su médico de confianza, quien evaluará aquellos factores de riesgo relacionados con su estilo de vida, además de practicarle evaluaciones clínicas, y en caso de considerarlo podrá remitirlo al especialista en Neurología o Medicina Interna.
Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com
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