25 minutos del 23 a 7 meses de aquel 23…

Efectivos, certeros, emotivos, motivantes, directos, precisos, son algunos adjetivos, entre muchos otros más, que pueden calificar la vibrante alocución de Juan Guaidó el 23 de julio en “sesión de calle” del Parlamento Nacional.

Poca, o ninguna duda, deja el eficaz discurso del presidente Guaidó, sobre la inminente caída del régimen que usurpa el poder.

ACLARA e indica, en ataque frontal a los usurpadores, los caminos y escenarios del momento, así como los que se aproximan.

REIVINDICA los logros alcanzados y señala con firmeza las derrotas y decadencia del régimen usurpador.

ACUSA sin tapujos de “dictadura cruel y asesina” al régimen y califica de “cómplices” a países que explotan las riquezas nacionales a quienes se les deja clara advertencia y “exigencia formal” de rendición de cuentas y devolución de nuestras riquezas…

DESTACA, reverencialmente, la importancia de los trabajadores, al señalar los ataques dirigidos por el régimen a los sindicatos y la pretensión de su destrucción.

POTENCIALIZA la firme idea del gobierno de unión, encuentro y reconciliación que tendremos los venezolanos con amplias garantías de gobernabilidad.

Así como agradece, propio de buen estadista, ¡insta y exige a la comunidad internacional y sus organismos a actuar ya!… “el momento de Venezuela es ya, no esperemos la catástrofe (…)”

Minuto final con fraseo sólido, contundente y estimulante, palabras que marcan y reafirman la esperanza cierta, viable de la caída del régimen usurpador…

CUESTIÓN DE TIEMPO!!… Expresión que conduce a deducir con seguridad, la inminencia de hechos por ocurrir, cuando categóricas realidades, irrefutablemente, revelan su cercanía. En cuanto a esto, hay quienes sostienen que el futuro puede saberse con técnicas simples que rozan lo paranormal.

Quien escribe sostiene que, por ley natural, a los humanos no se nos ha facultado para determinar hechos o sucesos por ocurrir en el tiempo y en el espacio; sin embargo, es aceptable que, mediante la aplicación de protocolos y juicios analíticos, con la concurrencia de determinados factores, son superables muchas dudas que puedan impedirnos predeterminar hechos futuros.

En el proceso político venezolano que se empezó a vivir a partir del 23 de enero del presente año, cuando Juan Guaidó aceptó asumir, constitucionalmente, competencias interinas de la presidencia de la República, se producen hechos inmediatos claramente definitorios de desconocimiento de Nicolás Maduro en dicha presidencia, tal cual el pronunciamiento oficial e irrevocable de más de 50 países del planeta.

Adicionalmente, y en secuencia, concurren hechos y eventos relevantes relacionados a la crisis política generada, lo cual confirma y comporta un proceso de desenlace irreversible a futuro, en marcha sostenida e indetenible
¡¡Venezuela será libre… lo vamos a lograr!! cuestión de tiempo!!

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