10 años de cárcel para las enfermeras que cobraron

Lo que sucede en Venezuela es algo realmente asombroso, creo que no existe otro país en el mundo donde la justicia se aplique con tanta severidad para corregir los abusos de los funcionarios que cobran por prestar sus servicios a quienes deben servirles de gratis, por cuanto el Estado es quien los contrata y les cancela su trabajo.

En lo personal me siento orgulloso y satisfecho por saber que para obtener una partida de nacimiento de inmediato o lograr que entreguen al pasaporte lo más rápido posible, los funcionarios se entreguen al trabajo sin requerir ningún beneficio adicional. Quienes tratan de desacreditar a los servidores públicos, diciendo cosas indebidas, deben ser castigados de manera severa, aquí en Venezuela, todo se rige por las normas y procedimientos establecidos para prestar los servicios que requiere la población.

Esto que estoy exponiendo se comprueba con el auto de detención decidido por un juez penal del estado Portuguesa.

Determinó encarcelar a tres enfermeras por corrupción propia, por cuanto cobraban 60 dólares por prestar sus servicios a quienes se los solicitaban fuera de su horario de trabajo. Han debido incorporarse de gratis a cubrir la falta de personal y además las acusan de no suministrar los medicamentos y venderlos, aunque esto lo van a averiguar.

Lealmente me asombra que estas enfermeras hayan aceptado realizar sus servicios profesionales ante la solicitud de los familiares que las contrataron, debieron decirle que lo harían sin ningún costo porque el servicio médico es gratuito y nadie debe cobrar, incluyendo a los médicos.

Frente a esta situación tan escabrosa, presumo que la dirección del hospital donde murió una paciente que atendían estas enfermeras, debe presentar el informe de supervisión que se realiza cada día, donde se revisa el expediente médico del paciente y se comprueba si le aplicaron los medicamentos requeridos. Eso es algo normal dentro de todos los centros de salud.

Cuando el juez penal decidió encarcelar a las tres enfermeras y no juzgarlas en libertad, asumió que eran personas muy peligrosas, que podían escaparse hacia otros países y ningún código rojo de INTERPOL lograría detenerlas. Ese, presumo, fue su criterio, por cuanto él exclusivamente tiene la potestad de hacerlo, ninguna otra persona interviene incluyendo fiscales del Ministerio Público ni tampoco los abogados defensores, es una decisión jurídica producto de un análisis profundo de la situación.

En realidad desconozco las miles de sentencias contra los empleados públicos que reciben dinero por prestar sus servicios, aunque sean diferentes al caso de las enfermeras que no cobraban por atender a los pacientes en su turno de trabajo, eran contratadas aparte, sino que son personas que se aprovechan de la necesidad imperiosa de la población para lograr que se le resuelva algún problema.

En adelante, según se conoce por este caso, todos nosotros tenemos derechos que no asumimos, pero que los tenemos y los debemos hacer respetar en todas las áreas de la administración pública. Todavía no salgo de mi asombro, debo reconocerlo.

¡Que Dios nos agarre confesados! ¡Buena suerte!

Notas.- La muerte del destacado político y sindicalista, el abogado Noel Grillet, ha enlutado a una gran familia de Guayana, donde se incluyen sus amigos. Fue una persona fuera de serie, murió en las instalaciones del hospital de la FERROMINERA, infectado por el Covid/19. Paz a sus restos. Otro gran amigo, que cada mañana me enviaba un saludo, Nelson Caraballo, también se lo llevó el terrible virus. El último mensaje que recibí fue de su situación de salud, el 6 de octubre. A los pocos días murió, que Dios lo tenga a su lado.

Hace relativo poco tiempo murió el doctor Frank Artiles, un gran amigo y un gran cirujano en el área de la ginecología, muy reconocido y muy generoso. Él junto con otros médicos se internaba en las selvas para atender a los indígenas y llevarles medicamentos, comida y vestidos. Era un grupo muy especial. Lo menciono porque voy a contar algo que pocos conocen.
Ya todos sabemos de la lamentable muerte del exitoso empresario José Kabche, más conocido como Joseito por la población.

Me contaba el doctor Frank Artiles, cuando se supo de la enfermedad de José Kabche, que muy pocos conocían de su inmensa generosidad. Siempre le entregaba recursos al doctor Artíles para pacientes y eso era algo muy privado. Pero me contó de tres operaciones que José Kabche financió pagando los gastos de la clínica, incluyendo el quirófano. Esto era un secreto extremo, porque lo acusarían de estar regalando el dinero ganado con tanto esfuerzo. Es posible que no lo hicieran, pero él no quería que se supiera esto. Una de estas pacientes se recuperó y tuvo mucho éxito económico y quiso que el doctor Frank Artiles le presentara a José Kabche para conocerlo. Se reunieron y Joseito no sabía que la señora era una de las pacientes a la que había ayudado.

La señora al presentarle al amigo José Kabche le dio un abrazo y con lágrimas en los ojos le agradeció la ayuda. Joseito, según el doctor Frank Artiles estaba sorprendido. Se sentaron y la señora le dijo que no tenía cómo pagarle ese inmenso favor que le salvó la vida. La única respuesta de Joseito fue que sí tenía como pagar, ayudando a quien lo necesitara.

Algunos pensarán que José Kabche me ayudaba de manera económica. Jamás recibí un céntimo de su parte, cuando eso yo ganaba suficiente dinero, pero me invitó varias veces a desayunar en su casa y conversábamos algún tiempo. Desconozco por qué le agradaba conversar conmigo y con otros más. Ahora, a través de este poderoso medio de comunicación social, hago conocer lo que muchos no sabían y lo consideraban una persona ambiciosa, enamorado del dinero y miserable. Era un personaje excepcional, muy generoso, pero no voy a contar nada más.

@dabega26

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