Nación

Caminante venezolano: Me voy o me mata el hambre

"¿Cómo se cumplen las metas, a corto y largo plazo, si lo que uno gana no alcanza ni para comer?, expresaba una de las viajeras.
jueves, 15 octubre 2020
Cortesía | Según la mayoría de los propios caminantes la ayuda ha sido constante

Cada día son más los caminantes que arriban a la frontera por el estado Táchira para migrar por los caminos verdes a Colombia.

En el trayecto son muchas las experiencias que viven: algunas positivas, otras no tanto.

“No tengo miedo en migrar en tiempos de pandemia”, aseveró Scarlet Mijares, de 19 años, quien duró más de tres días en camino para llegar a la zona. Es proveniente de Guarenas y se dirige a Bucaramanga.

Mijares  explicó que lo más complejo ha sido lidiar con los guardias nacionales porque  “Ellos no ayudan en nada. Es muy lamentable la actitud de ellos”.

También comentó que es la primera vez que sale del país; está acompañada de siete personas, incluido un niño de tres años y medio, quienes se fueron uniendo en la ruta.

Lo que la empujó a esta a dejar el país se debe a “los pocos objetivos que se pueden lograr, pese al arduo trabajo que se haga” y ayudar a su madre.

“¿Cómo se cumplen las metas, a corto y largo plazo, si lo que uno gana no alcanza ni para comer?, agregó mientras descansaba en una banca, en el barrio 5 de Julio, en San Antonio del Táchira.

“Muchos nos ayudaron”

“En Barinas nos colaboraron bastante. Si no fuera por ellos, aún estuviéramos en el camino”, agradeció, algo conmovida, Rosalía Vargas, también de 19 años.

Según la mayoría de los propios caminantes la ayuda ha sido constante

“Ahí vamos, luchando. Ya con tanto que hemos rodado, el miedo se ha ido. Nos hemos quemado con el frío y el calor. Esto ha sido rudo”, subrayó la joven.

Gerson Prieto, de Caracas, lamentó tener que migrar en tiempos de pandemia y es consciente del riesgo que se corre.

“Pero no tengo de otra, o me voy o me mata el hambre”, aseguraba. También comentó que es padre de tres niños y que su madre los cuidará.

“Yo voy a probar primero. Me dirijo a Bogotá. Allá tengo una hermana, me va a recibir y tender la mano, mientras consigo un trabajo”, aseguró Prieto.

Por las trochas

Desde Sábana Potrera, en el municipio Bolívar, y hasta La Mulata, en el municipio Pedro María Ureña, hay aproximadamente 135 trochas, de las cuales más de la mitad han sido deshabilitadas por los organismos de seguridad.

De los caminos verdes activos, la mayoría está por Llano de Jorge, La Guadalupe, Lagunitas y La Libertad.

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