Varias víctimas de cocaína en Argentina murieron en su casa
La mayoría de las 23 víctimas por consumo de cocaína adulterada en Argentina fallecieron en sus domicilios o en la vía pública antes de recibir atención médica, según las autoridades. Todavía no ha sido identificada la sustancia utilizada, pero toxicólogos sospechan de un opioide que es letal en dosis elevadas.
En tanto, el sospechoso de liderar la banda narco que habría comercializado la droga se negó a declarar este viernes y continuará detenido.
Según la lista de fallecidos difundida el mismo día por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, 14 de ellos murieron en domicilio y dos en la vía pública entre la madrugada del miércoles y el jueves. En el mismo lapso, decenas de personas llegaban a las guardias de hospitales de los suburbios al norte de la provincia de Buenos Aires con un cuadro de intoxicación atribuido al consumo de cocaína.
Dos días después de que las autoridades provinciales emitieron una alerta epidemiológica por la dimensión de la intoxicación por consumo de drogas sin antecedentes en la historia del país sudamericano, los estudios de laboratorio todavía no identifican la sustancia con la que se habría adulterado la cocaína.
Los expertos, no obstante, apuntan al fentanilo, un opioide de efecto analgésico que habitualmente se mezcla con la heroína y es letal en dosis elevadas. Esta hipótesis se sostiene a partir de la sintomatología de los pacientes —shock, pérdida de conciencia, dificultad respiratoria, excitación psicomotriz, entre otras— y la eficacia del antídoto que se aplica para tratar las intoxicaciones con esta sustancia sintética.
“En Estados Unidos, México y Canadá es común la contaminación de heroína con opioides, como el fentanilo, para poder hacer más grande muestra”, explicó a The Associated Press Silvia Cortese, vicepresidenta de la Asociación Toxicológica Argentina. Esta organización colaboró con las autoridades sanitarias para dar con el tratamiento adecuado que permitió salvar la vida de la mayoría de los casi 100 hospitalizados por la intoxicación.
Según Cortese, en esos países “es común casos de 20, 30 pacientes que se mueren por heroínas contaminadas”. Y destacó que en más de 20 años como toxicóloga no recuerda casos de intoxicación por la combinación de cocaína con opioides en Argentina.
Los fallecidos son en su mayoría hombres de entre 20 y 50 años, oriundos de los suburbios bajos del noroeste. El gobierno de Buenos Aires informó que 30 personas continuaban hospitalizadas, de las cuales 10 están con asistencia respiratoria.
Por lo inédito del caso, los investigadores buscan determinar si hubo un error involuntario en la mezcla o fue adrede por un ajuste de cuentas entre bandas narco. Los intoxicados manifestaron haber consumido cocaína en dosis empaquetadas en una bolsa rosa y que se habrían distribuido desde una barriada pobre conocida como “Puerta 8” en el distrito de Tres de Febrero.
La policía detuvo la víspera a Joaquín “El Paisa” Aquino, un ciudadano paraguayo que es señalado como el presunto jefe de la banda narco que habría provisto la droga adulterada. Aquino se negó a declarar el viernes ante la justicia federal. El sospechoso, que tiene antecedentes en otras causas por narcotráfico, seguirá detenido.
La Dirección de Migraciones informó en un comunicado que Aquino será expulsado del país una vez que se defina su situación judicial. La medida no será de cumplimiento inmediato ya que si es formalmente acusado por la muerte de los consumidores deberá enfrentar juicio y condena.
En “Puerta 8”, una barriada pobre ubicada estratégicamente al costado de una autopista bonaerense, algunos de los consumidores intoxicados conviven con los “soldaditos”, niños y adolescentes que venden droga o montan guardia en los llamados “búnker” ubicados dentro de los mismos asentamientos precarios.
En el marco de los allanamientos y detenciones en la causa por la cocaína adulterada, cuatro de estos “soldaditos” fueron detenidos. Sus familias alegan que son inocentes e interrumpieron el tránsito de la carretera para exigir su libertad.
“Dicen que les quieren meter la muertes a los cuatro ‘esquineros’, por eso estaban haciendo los cortes y fuimos todos por los chicos”, relató a The Associated Press Soledad Campos, madre de Nicolás, de 18 años, uno de los detenidos. “Le quieren culpar a él, pero que se den cuenta que él trabajaba, era un perejil, un soldadito, trabajaba para los más grandes, así de una”.
Dentro de su pequeña vivienda precaria de ladrillos, los restos de un placar de madera dan testimonio de la redada policial que terminó con la detención de su hijo. En el piso hay platos con restos de comida y varios niños durmiendo en una misma cama. La mujer aseguró que si su hijo fuera un narcotraficante “tendríamos que tener todas cosas de lujo, acá no hay nada de lujo”.
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