Todo sobre el avión venezolano que está retenido en Ezeiza

Un avión de carga Boeing 747 de la empresa venezolana Emtrasur fue retenido el 8 de junio al aterrizar en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, Argentina. La aeronave, que transporta repuestos de automóvil, tenía una tripulación excesiva, según las autoridades: 19 personas, 14 venezolanos y cinco iraníes.

El aparato fue vendido hace un año a Venezuela por la empresa iraní ¡Mahan Air’, que es investigada desde 2011 por Estados Unidos por tener posibles nexos con la Guardia Revolucionaria de Irán y con la Fuerza Quds, la unidad especial del ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica.

Venezuela e Irán, que mantienen estrechas relaciones bilaterales y que firmaron el 11 de junio un acuerdo de cooperación por 20 años, enfrentan fuertes sanciones por parte de Estados Unidos. El Gobierno argentino, liderado por Alberto Fernández, critica las sanciones estadounidenses contra Venezuela.

Según un documento del Ministerio del Interior de Argentina conseguido por la agencia de noticias Reuters, las autoridades argentinas habrían tomado la medida de retener la aeronave debido a las sospechas sobre el motivo de la entrada de la misma en el territorio.

El martes, las autoridades inspeccionaron el hotel donde se alojaban los tripulantes por orden del juez federal investigador del caso, Federico Villena, pero hasta el momento no han encontrado ninguna irregularidad.

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, dijo que uno de los tripulantes compartía el nombre con un miembro de la Fuerza Quds, pero nada más.

El diputado argentino Gerardo Milman presentó una denuncia ante un juez pidiendo que se tomen las huellas dactilares de la tripulación y se comparta la información con la Agencia Federal de Inteligencia.

Según él, que es miembro de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Argentina, “se trata de un avión que ha venido a hacer inteligencia”.

Las autoridades locales dijeron que no hay detenidos y que todos los tripulantes fueron alojados en hoteles con permisos temporales de estadía.

De todas maneras, a través de un habeas corpus se pide a la justicia argentina “la liberación del avión venezolano, inmovilizado en Ezeiza y la devolución de pasaportes a la tripulación iraní”, documentos que fueron incautados previamente por las autoridades.

Según fuentes de la agencia de noticias AFP, las embajadas de Irán y Venezuela fueron informadas “por la vía diplomática, en el marco de la Convención de Viena de relaciones consulares, sobre la presentación del habeas corpus”.

La Dirección Nacional de Migraciones indicó que a los tripulantes se les pueden devolver los pasaportes si abandonan el país en un vuelo regular de línea mientras continúan las investigaciones.

La ruta del avión de Emtrasur

Según las investigaciones, el avión cargó piezas de automóvil en México y se detuvo en Venezuela antes de llegar a Argentina. El 6 de junio aterrizó en la ciudad argentina de Córdoba debido a la niebla que cubría la capital.

Luego, la aeronave, continuando con su trayecto, intentó aterrizar en Uruguay el 8 de junio, pero la entrada al espacio aéreo de este país le fue denegada, por lo que regresó a Argentina.

El ministro de Defensa de Uruguay, Javier García, dijo que obtuvo una información por parte del “Ministerio del Interior de agencias extranjeras”, por lo que ordenó a la aeronave retornar “si no había una razón humanitaria”.

García no aclaró cuál era la información que tenía en sus manos, pero los medios uruguayos afirmaron que se trataba de las sanciones impuestas por el Tesoro estadounidense sobre Irán y Venezuela.

El Gobierno de Nicolás Maduro, a través de un comunicado, expresó que la “lamentable acción” de Uruguay pudo haber “causado una tragedia, vidas humanas y daños a ambas naciones”, y añadió que “exige explicaciones sobre este terrible hecho al gobierno uruguayo”.

En la vecina Paraguay, la numerosa tripulación había levantado sospechas el mes pasado tras el aterrizaje del mismo avión en Ciudad del Este, cerca de las fronteras con Argentina y Brasil, entre el 13 y 6 de mayo, según informó el ministro del Interior paraguayo, Federico González, quien alertó a las agencias de inteligencia de la región sobre el avión y su tripulación.

Israel aplaude la retención

La embajada israelí, a través de un comunicado, elogió la “rápida actuación” de las autoridades argentinas, que “identificaron en tiempo real la potencial amenaza” que suponía el avión, y agregó que “está particularmente preocupada” por las aerolíneas iraníes “que se dedican al tráfico de armas y al traslado de personas y equipos para la Fuerza Quds, que están bajo sanciones de Estados Unidos por estar involucradas en actividades terroristas”.

Además, dijo que, “los recientes acontecimientos evidencian los reiterados intentos de la República Islámica de Irán, a través de la Guardia Revolucionaria y la Fuerza Quds, de continuar consolidando su influencia en todo el mundo, incluyendo Sudamérica, como base para las acciones terroristas en el continente”.

Por su parte, el embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley, en un comunicado dijo que su Gobierno está “siguiendo con gran interés las investigaciones judiciales y policiales sobre la tripulación y el avión” y agradece “los esfuerzos de investigación de las autoridades argentinas para aclarar la situación”.

Argentina entiende como controversial la presencia de viajeros iraníes en su territorio, tras las investigaciones que han señalado a Irán de los dos atentados terroristas que sufrió Buenos Aires: el primero, una explosión en la Embajada de Israel en 1992; y el segundo, un atentado mortal en la organización judía Amia en 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y unos 300 heridos.

Irán, por su parte, ha negado cualquier implicación en los hechos.

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