Autopsia de turista brasileña que cayó en volcán revela que murió “muy rápido”
La autopsia de Juliana Marins, la joven brasileña que murió tras caer durante una caminata en el volcán Rinjani, en Indonesia, reveló que sufrió traumatismos contundentes en casi todo el cuerpo, lo que provocó una hemorragia interna letal.
La bailarina y publicista de 26 años había sido hallada sin vida el 24 de junio, tres días después de su caída.
Según el informe citado por News.com.au, la causa de muerte fue el daño en los órganos internos, especialmente en el sistema respiratorio, con un importante sangrado en la cavidad torácica. “Murió muy rápidamente por sus heridas”, afirmó el forense Ida Bagus Putu Alit, quien también descartó hipotermia como causa, al no hallarse signos de necrosis en las extremidades.
La autopsia fue realizada el jueves 27 de junio en el Hospital Bali Mandara, adonde el cuerpo fue trasladado desde Lombok tras ser recuperado del monte Rinjani. El informe médico determinó que Marins murió por “traumatismo contundente”, con lesiones en casi todo el cuerpo, especialmente en el tórax y la espalda, lo que provocó una hemorragia interna masiva.
Múltiples impactos
El forense explicó que las heridas más graves afectaron el sistema respiratorio y dañaron múltiples órganos vitales. “Vimos una gran cantidad de sangre acumulada en la cavidad torácica”, detalló el especialista encargado de la necropsia.
El examen también reveló que Marins había sufrido una lesión en la cabeza, aunque no fue considerada la causa principal de muerte. Según los médicos, la joven falleció en un plazo estimado de 20 minutos tras el impacto. Las autoridades aclararon que las lesiones eran compatibles con múltiples impactos, lo que refuerza la hipótesis de una segunda caída luego del descenso inicial. El informe final incluirá resultados toxicológicos que estarán listos en las próximas semanas.
El 21 de junio, Marins, oriunda de Río de Janeiro, realizaba una travesía por el monte Rinjani, el segundo volcán más alto de Indonesia, de 3.726 metros. Cuando transitaba por un sendero junto al cráter, resbaló y cayó por una ladera de más de 300 metros.
El accidente ocurrió en la isla de Lombok, a unos 1.200 kilómetros de la capital indonesia, Yakarta. Unos excursionistas que escucharon sus gritos la divisaron días después, aún con vida pero atrapada en una garganta rocosa, sin agua, comida ni abrigo.
El equipo de rescate fue alertado y movilizado, pero al llegar al sitio el 24 de junio, la encontraron muerta.
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