Un carro fue comprado con $100 y se vendió a Elon Musk por casi un millón
Este Lotus Espirit fue comprado por una pareja que ignoraba su valor, en un remate de desechos sin dueño. Había sido un auto de James Bond y al saber de su existencia, el CEO de Tesla pagó 997.000 dólares por él.
Las famosas ventas de garaje, nacieron en EE.UU. como una costumbre enraizada en una práctica muy común, como es la de almacenar objetos hasta que ya no hay espacio donde guardarlos. Pero así como la gente junta electrodomésticos, juguetes, valijas, ropa y tantas cosas como el consumismo exagerado se los permite, también hay una costumbre de juntar herramientas, máquinas medianas y muebles, que se almacenan en garajes alquilados para tal fin, en lugares donde nadie vive, sino simplemente hay depósitos de este tipo. Y cuando estos se llenan, también se hacen ventas al público, aunque como se trata de cosas viejas y algunas que ya no funcionan, muchas veces, después de un tiempo, son abandonados por sus dueños. Entonces, al dejar de pagar el alquiler del espacio, un buen día el propietario decide poner todo en remate como un lote completo, sin revisarlo siquiera, con el portón cerrado.
La historia dice que algo así sucedió con una pareja en Long Island, New York, que decidió comprar por solo 100 dólares, un stock cerrado de uno de estos garajes que no tenía dueño reclamando su propiedad y se había puesto en subasta. Lo que nunca imaginaron los compradores, era que en el fondo del garaje hubiera un auto tapado debajo de unas lonas. La mayor sorpresa fue que al verlo, descubrieron que se trataba de Lotus Espirit de los años 70, un auto muy especial, aunque en pésimo estado de conservación.
El nuevo dueño decidió reparar algunos daños que el auto tenía, y entonces lo cargó en un camión de remolque para llevarlo a un taller de chapa y pintura, pero en su camino le pasó algo que podría ser escena de una película, pero difícilmente de la vida real. Mientras hacía el traslado del auto, el chofer del camión empezó a recibir mensajes en su equipo de radio. Eran de otros camioneros que lo alertaban de la “joya” que estaba transportando. Lo habían identificado por la matrícula PPW 306R. Era el Lotus Espirit S de 1976 que había sido conocido como “Wet Nellie”, el auto submarino que James Bond utilizó en la película “La espía que me amó”, con Roger Moore en el papel del agente 007.
Lotus había construido dos autos para el rodaje de la película en 1977. Dos completamente equipados para las escenas de acción, y otros seis que solo estaban conformados por la carrocería sin mecánica, destinados a grabar escenas sin acción. Pero de los dos autos completos, solo uno había sido modificado por la empresa norteamericana Perry Oceanographics, con sede en Florida, dotándolo de mecanismos para hacer que sus ruedas sean retráctiles y luego cubiertas por unos apéndices de carrocería con aletas, que le permitieran viajar como un submarino.
Al enterarse del valor de colección que podía tener su Lotus, su propietario decidió conservarlo lo más original que fuera posible, solo reparándole las partes dañadas, pero sin cambiar nada más. Y mayor fue la sorpresa aún, cuando fue contactado por un señor llamado Doug Redenius, uno de los cofundadores de la Fundación Ian Flemming, que lleva el nombre del autor de la historia original de James Bond. Redenius le dijo al matrimonio que “el 9 de septiembre, prepárense porque tu vida, la de tu esposa y la de tus hijos va a cambiar dramáticamente. En primer lugar, pasarás a la historia como el tipo que encontró el coche de James Bond. Pero, además, si se vende por lo que esperamos, ese dinero te dará la oportunidad de vivir cómodamente por el resto de tu vida”.
Redenius localizó al fabricante original del auto y consiguió que fuera a verificar con total autoridad, que efectivamente ese era el auto de la película, y una vez que lo confirmó, puso en contacto a los nuevos potenciales ricos, con la casa de subastas RM Auctions.
El auto salió a subasta en Londres en 2013 y el comprador pagó 997.000 dólares por él. En principio no se conocía su identidad, como en la mayoría de las operaciones de mucho dinero, pero poco después, el propio Elon Musk, el CEO de Tesla, confirmó que el auto había sido adquirido por él, y que pensaba terminar el trabajo y convertirlo en un auto submarino real. Esto es debido a que, si bien funcionaba debajo del agua, el auto no era completamente hermético, y para tripularlo, había que estar vestido con traje de buzo y tubo de oxígeno.
Pero más allá de ese tema del que nunca más se supo nada, varios analistas aseguran que fue el Lotus Espirit S de James Bond, la inspiración en la que se basó la pick up eléctrica Cybertruck, que Tesla espera comenzar a vender a finales de 2022 o comienzos de 2023. Y si uno mira en detalle el diseño de carrocería de ambos vehículos, verdaderamente se puede apreciar una semejanza conceptual interesante.
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