Técnicas para limpiar zapatos blancos
Los zapatos blancos se ven lindos y brillantes cuando están nuevos y limpios, pero tienden a ensuciarse con facilidad y se desgastan con el uso.
Para mantenerlos con un aspecto fresco, debes limpiarlos de manera frecuente.
Aunque es mejor la limpieza a mano para conservar la tela, puedes probar diversas soluciones limpiadoras como el agua jabonosa, el bicarbonato, la lejía y la pasta de dientes.
Una vez limpios, tus zapatos volverán a verse como nuevos.
Con agua y jabón
Mezcla jabón para platos con 1 taza (250 ml) de agua tibia. Cualquier jabón líquido de lavar platos será útil para limpiar los zapatos.
Utiliza 1 cucharadita de jabón, de modo que el agua esté espumosa pero clara.
Revuelve la solución de limpieza con un cepillo de dientes para lograr una mezcla uniforme.
El agua jabonosa es ideal para todo tipo de zapato, incluso el cuero blanco.
Puedes sustituir el jabón para platos con 1/2 taza (125 ml) de vinagre blanco.
Luego de que hagas el agua jabonosa, usa el cepillo de dientes para frotar las partes sucias del zapato.
Lo ideal es que lo hagas con movimientos circulares.
Ya limpios los zapatos, quita el exceso de agua con papel absorbente.
Utiliza un trapo o papel absorbente para retirar el agua jabonosa y la suciedad dando toquecitos en los zapatos.
Evita frotar el papel absorbente en la tela del zapato, puesto que podrías volver a esparcir la suciedad en ella.
No intentes secar por completo el zapato con el trapo. Solo levanta el exceso de solución limpiadora de la superficie.
Con bicarbonato
Prepara una pasta con bicarbonato, vinagre y agua caliente.
Mezcla 1 cucharada de agua caliente, 1 cucharada de vinagre blanco y 1 cucharada de bicarbonato en un bol.
Sigue revolviendo la solución hasta que se forme una pasta espesa.
El bicarbonato reaccionará con el vinagre produciendo burbujas.
El método del bicarbonato es ideal para limpiar zapatos de lona, malla o tejido.
Añade 1 cucharadita de bicarbonato si la pasta queda líquida.
Aplica la pasta de bicarbonato utilizando un cepillo de dientes.
Moja la cabeza del cepillo en la pasta y pásalo por la tela del zapato.
Aplica una presión ligera en las cerdas para hacer que la pasta penetre la tela.
Cubre por completo la superficie exterior de los zapatos con la pasta de bicarbonato.
Al terminar, enjuaga bien el cepillo de dientes para evitar que la pasta se seque en las cerdas.
Deja que la pasta se seque en los zapatos por 3 o 4 horas.
Pon los zapatos bajo la luz solar directa para permitir el secado y endurecimiento de la pasta.
Déjalos al exterior hasta poder raspar la pasta seca con una uña.
De no ser posible dejar los zapatos al exterior, colócalos cerca de una ventana soleada o en una habitación con buena ventilación.
Golpea un zapato contra el otro y retira la pasta seca con un cepillo seco.
Golpea las suelas una contra otra al aire libre, de modo que la pasta se rompa y caiga al suelo.
Raspa cualquier trozo de pasta seca restante con un cepillo de dientes seco hasta que los zapatos vuelvan a quedar limpios.
Consejos
Limpia tus zapatos apenas los notes sucios. Así evitarás que las manchas se fijen en la tela.
Revisa la etiqueta por debajo de la lengüeta del zapato para saber si hay instrucciones específicas para su limpieza.
Evita utilizar zapatos blancos en lugares donde corran riesgo de mancharse, como los restaurantes, los bares o los senderos al aire libre.
Otros trucos
La pasta de diente también es un gran aliado para estos casos.
Su capacidad de aclarar ayuda que los zapatos vuelvan a quedar como nuevos. En este caso solo se usa específicamente en las partes que tengan manchas.
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