Quita el óxido de tus utensilios de cocina
El óxido es uno de nuestros grandes enemigos. Este se acumula en la mayoría de superficies y utensilios del hogar.
El paso del tiempo, la exposición al aire, la humedad o el contacto con productos químicos hacen que se vaya desapareciendo la pulcritud de los objetos.
Ahora bien, lejos de darlos por vencidos o de invertir grandes sumas en productos químicos, vale la pena probar con sencillos remedios caseros.
Productos a utilizar
Esponja abrasiva y bicarbonato para el óxido.
En el supermercado encontrarás las clásicas almohadillas o estropajos abrasivos tan útiles para estos casos.
Ahora bien, para garantizar la eficacia de este consejo, la clave está en usar nuestro “producto estrella”: bicarbonato de sodio.
¿Qué necesitas?
Almohadilla abrasiva.
Bicarbonato de sodio (la cantidad depende de la superficie que vamos a limpiar).
Procedimiento
Empezaras calentando un poco de agua para llevarla a un recipiente donde añadiremos el bicarbonato de sodio.
La idea es formar una pasta. La cantidad dependerá, sin duda, del tamaño del utensilio que queremos limpiar, o de la superficie.
Añadiremos esta pasta de bicarbonato a la almohadilla o el estropajo abrasivo para empezar a frotar con cuidado la sartén.
Ten en cuenta que, en caso de hacerlo de forma muy intensa, podemos estropear el utensilio. Hazlo con cuidado y después, deja actuar 5 minutos.
Pasado ese tiempo, enjuaga con agua.
Los siguientes pasos son muy importantes. Nos garantizarán que esa sartén o esa olla se mantendrán en buen estado hasta el próximo uso.
Debemos secarla bien con papel de cocina.
Una vez hecho esto, aplicaremos por encima un poquito de aceite, puede ser de cualquier tipo.
Unta bien toda la superficie y procede a guardarla.
Verás qué buen resultado te ofrece.
Esto lo puedes aplicar en la superficie de cocinas o cualquier instrumento con óxido.
Sal gruesa y limón
Este procedimiento es eficaz, rápido y ante todo, económico.
Además de los utensilios de cocina, lo más probable es que tus fregaderos también tengan algún que otro rincón donde habite ese enemigo incómodo: el óxido.
Algo que siempre suele ocurrir es que con el uso, o con la propia cal del agua, la superficie, poco a poco, pierde brillo.
A su vez, el óxido suele acumularse en esas zonas donde se hallan los grifos, o en esas esquinas donde suele quedarse la humedad.
Para evitar que esto ocurra y para disfrutar de una cocina reluciente y saludable, toma nota de este sencillo consejo.
¿Qué necesitas?
Sal gruesa (la cantidad depende de la superficie a limpiar).
½ limón.
Procedimiento
Corta un limón a la mitad y a cualquiera de las partes le agregarás sal gruesa.
Usar el propio limón a modo de almohadilla o esponja.
Modo de uso
Una vez retirados los restos de alimento de nuestras sartenes u otros utensilios, empezaremos a frotarlos con estos dos componentes.
Cuando veas que la sal gorda se ha oscurecido, añade otra nueva cucharada.
Poco a poco verás como se va retirando parte del óxido.
Deja actuar unos 5 minutos y enjuaga.
Por último, procedemos a hacer lo mismo que en el caso anterior, en caso de que sea una sartén: secar con papel de cocina y preservar la superficie con aceite de oliva.
Si es el fregadero, lo único que debemos hacer es secarlo con el papel de cocina. De este modo, le daremos brillo al instante.
Descubre trucos sencillos para dejar tus sartenes como nuevas.
Limpia siempre
Para concluir, recuerda que lo mejor es llevar a cabo una limpieza cotidiana para evitar que el óxido se acumule. Cada vez que usas tus utensilios, lávalos y sécalos bien para que el óxido no se los consuma.
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