Gastroenterólogo advierte sobre la disbiosis intestinal y su relación con el autismo

La disbiosis intestinal está relacionada con el trastorno de espectro autista y la gastroenteróloga Maryraida Canonicco, en entrevista a PRIMICIA explica los síntomas y causas de esta afección.

Sobre la definición de esta enfermedad, Canonicco, quien es miembro de la Sociedad Venezolana de Endoscopia Digestiva (Soved), explica que la disbiosis intestinal es el desequilibrio de la microbiota o llamada anteriormente flora intestinal.

El ecosistema en el aparato digestivo está conformado por bacterias, microorganismos vivos y hongos que tienen una función benéfica en el intestino, sin embargo, al haber un desbalance conlleva a enfermedad.

Los síntomas son diversos, pero los clásicos son la halitosis (mal aliento), dolor abdominal recurrente, distensión abdominal, flatos fétidos (plenitud o sensación llenura después de comer), diarrea o estreñimiento.

También puede haber malabsorción de nutrientes y poca ganancia de peso o los extremos como el sobrepeso. Dolor de cabeza, fatiga crónica, migraña, infecciones recurrentes asociadas a la cándida vaginal, así como la expresión de la piel como dermatitis atópica.

Otros signos que se agrega a la lista son la ansiedad, depresión y cambios de humor tanto en niños como en adultos.

Causas de la disbiosis intestinal

La gastroenteróloga menciona que dentro de las causas de disbiosis está el uso de antibióticos a cualquier edad, de usar este medicamento recurrente hay mayor riesgo de cambiar y barrer esa microbiota normal.

Hace hincapié en que la alimentación es otra de los orígenes de la disbiosis, por ejemplo, el consumo de comidas altas en azúcares, gluten, caseína, proteína de la leche de vaca, carnes, ultra procesados, refinados.

Todos ellos generan un efecto inflamatorio ocasionando el crecimiento de cepas bacterianas que no son buenas, entre ellos los patobiontes.

El consumo del alcohol y el estrés crónico, también hace que aumente la permeabilidad del intestino y genera disbiosis.

Advierte que los protectores gástricos o los inhibidores de bomba de protones que se usan, a largo plazo eliminan el PH de defensa de la primera línea del estómago y permite el sobrecrecimiento también de bacterias.

“Un día que cambiemos nuestra alimentación, es un día que cambiamos nuestra microbiota, somos lo que comemos. A través de nuestra alimentación saludable y antiinflamatoria vamos a lograr el equilibrio”, recalca Canonicco.

Agrega que se debe mantener en el tiempo 3 – 6 meses para hacer cambios significativos en esta salud intestinal. En cuanto al tipo de alimento nos basamos en la pirámide antiinflamatoria donde la base del 50 % de nuestro plato son vegetales, hortalizas, frutas y verduras.

Fuera de ello, no se debe consumir gluten como uno de los potenciales inflamatorios, azúcar, carbohidratos refinados o azúcar añadida, caseína, leche de vaca, queso y sus derivados, pues también están alejados de la alimentación saludable.

En cuanto al consumo de grasas buenas recomienda el aceite de oliva, aguacate y frutos secos. Las proteínas de origen vegetal como caraotas, frijoles, lentejas, arvejas, además de las proteínas animales como el pollo y el pescado.

Las carnes rojas, por ejemplo, se deben disminuir una vez a la semana.

Es importante tomar abundante agua, apunta la gastroenteróloga, incluso aclara que solo un jugo de frutas se debe consumir al día y el resto comerlas en porciones.

Relación con el espectro autista

La especialista comenta que la disbiosis está relacionada con el trastorno del espectro autista y del neurodesarrollo.

Detalla a PRIMICIA que nuestras bacterias (buenas) producen ácidos grasos de cadena corta y tienen un efecto antiinflamatorio.

Sin embargo, cuando hay disbiosis intestinal hay un aumento de la permeabilidad del intestino y radicales tóxicos metabolitos, (también tóxicos), pasan a través de la circulación del intestino al hígado llamado enterohepática y de allí al resto de los órganos y sistemas, así como penetrar la barrera de hematoencefálica.

Es decir, afecta el nivel neurológico y por ello hay una relación de las disbiosis con el trastorno de espectro autista.

Apunta que puede haber un aumento de la cándida intestinal albicans y no albicans, una especie que puede estar en flora transitoria.

No obstante, cuando hay sobrecrecimiento de la misma, genera hiperexcitación a nivel neuronal: conductas de agresividad, autolesividad, frustración fácil, todo relacionado con los cambios producidos en pacientes infantiles o adultos que tienen disbiosis por cándida.

Cuidado de la salud

Concluye que hablar de la disbiosis es hablar del instinto permeable, la disbiosis aumenta la permeabilidad y eso quiere decir que normalmente no solo van a pasar alimentos o nutrientes, sino también productos de desecho bacteriano o de los hongos, metabolitos que pueden ser tóxicos, las casomorfinas o  gliamorfinas péptidos opioides en la leche de vaca y gluten que hiperexcitan a nivel neuronal al niño y adultos y por ende genera un efecto en nuestra salud mental.

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