¿Cómo eliminar los hongos de las uñas de los pies?
La infección por hongos de las uñas de los pies también se conoce como onicomicosis o tiña de uña. En condiciones normales, las uñas tienen una tonalidad rosada brillante y una superficie suave, sin marcas ni surcos. No obstante, una vez se infectan, es posible apreciar cambios en su apariencia, como una decoloración amarillenta o blanquecina, engrosamiento y quiebre.
La mayor parte de las veces, estos síntomas se aprecian en la uña del dedo gordo del pie, que se infecta con una frecuencia 10 veces mayor que el resto. Aun así, puede comprometer otras uñas o varias al mismo tiempo. De hecho, ciertas veces ocurre como complicación de la tiña de pies (hongos en los pies), que, al no recibir un tratamiento efectivo, consigue extenderse hacia la zona ungueal.
Unos hongos llamados dermatofitos — en especial el Trichophyton spp.— son los responsables de hasta el 80 % de los casos de esta infección; los casos restantes se asocian a levaduras y mohos (como Aspergillus, Scopulariopsis y Fusarium). El ambiente húmedo y cálido de las piscinas, duchas públicas, vestuarios y del calzado cerrado se asocia al crecimiento de estos microorganismos.
Como sea, es una infección cuyo tratamiento suele representar un reto. Si bien hay distintos fármacos, fórmulas tópicas y remedios naturales que ayudan a promover su alivio, recuperar el aspecto sano de la uña toma tiempo. Si ahora mismo estás buscando cómo eliminar los hongos de las uñas de los pies, quédate y descubre— con más detalle— seis opciones disponibles y qué efectos esperar.
1. Medicamentos antimicóticos orales
La primera línea de tratamiento contra los hongos de las uñas de los pies son los antimicóticos orales. Estos se prefieren porque su tasa de curación es más alta y, a su vez, requieren periodos más cortos para su efecto en comparación con los productos de aplicación tópica. Los más recomendados son los siguientes:
Terbinafina: preferido porque da mejores resultados en el aclaramiento de la uña. Es efectivo tanto para hongos dermartofitos como no dermatofitos. La dosis sugerida para combatir los hongos de las uñas del pie suele ser de 125 miligramos al día, durante 12 semanas.
Itraconazol: su curación de infecciones fúngicas alcanza un 80 – 85 % y tiene un porcentaje de recaída del 10 %. Ayuda a combatir dermatofitos, cándidas y pitiriasis. La pauta de administración suele sugerirse por intervalos para reducir el riesgo de efectos secundarios. Para la onicomicosis en los pies, la dosis suele ser de 200 miligramos cada 12 horas, una semana al mes, durante tres meses.
Fluconazol: su tasa de curación es del 90 al 95 %. Su régimen de administración es pulsátil, con dosis sugeridas de 150 miligramos semanales durante al menos 6 meses. Suele recomendarse si el paciente no tolera la terbinafina o el itraconazol.
La terapia oral con antimicóticos no está exenta de reacciones adversas y riesgos. Como medida preventiva, el médico te puede sugerir pruebas de sangre de manera periódica durante el tratamiento para detectar posibles anomalías.
Dado que estos fármacos pueden causar daño hepático y renal, e interacciones con ciertos medicamentos, no se recomiendan en todos los casos. De ahí la importancia de que los emplees solo bajo supervisión profesional.
2. Antimicóticos tópicos
Si no eres candidato para utilizar antimicóticos orales, o bien, si la infección es leve o temprana, el tratamiento sugerido para combatir los hongos de las uñas de los pies son los antimicóticos tópicos.
Se catalogan como la «alternativa al tratamiento de primera línea» y, aunque es menos eficaz, su uso es más habitual dado su bajo riesgo de efectos adversos y de interacciones con otros medicamentos.
Su periodo de aplicación es de mínimo 48 semanas para la onicomicosis de los pies.
Con el fin de aumentar las probabilidades de éxito, el médico, el dermatólogo o el podólogo intervienen con una preparación de la o las uñas afectadas. Para ello, cortan, liman y, si es posible, raspan los restos debajo de la uña.
Lo que se busca a través de esto es disminuir el grosor de la uña para que el fármaco llegue con más facilidad hasta el hongo. Con este mismo fin, a veces se emplean lociones de venta libre que contienen urea. Una vez realizado esto, puedes proseguir con la aplicación del medicamento. Las opciones pueden ser:
Lacas o esmaltes de uñas con medicamentos: estos sistemas de administración transungueal se prefieren por encima de las cremas o ungüentos, ya que proporcionan una penetración más óptima del fármaco sobre la uña. Los más utilizados contienen amorolfina o ciclopirox. Ambos, aunque tienen un mecanismo de acción distinta, han exhibido buen potencial antifúngico.
Cremas o ungüentos: se recomiendan opciones como el efinaconazol y tavaborol. Disminuir el grosor de la uña es determinante para lograr mejores resultados con su aplicación.
Los posibles efectos secundarios de estos medicamentos son leves; pueden incluir enrojecimiento, ardor o escozor de la uña.
3. Terapia fotodinámica
Uno de los tratamientos emergentes contra la onicomicosis es la terapia fotodinámica (TFD). Consiste en la aplicación de sustancias fotosensibilizantes que consiguen acumularse en las células fúngicas; luego, tras exponer la uña afectada a una luz de longitud de onda específica, generan especies reactivas de oxígeno que inhiben la replicación celular y dan lugar a la muerte de los hongos.
De acuerdo con los resultados de algunas investigaciones, este tratamiento tiene varias ventajas por encima de las opciones terapéuticas convencionales:
- Su espectro de acción es más amplio.
- Combate la resistencia a los antimicrobianos.
- Tienen un riesgo mínimo de efectos secundarios.
- Se pueden combinar con medicamentos antimicóticos.
- Brindan la posibilidad de activar la sustancia fotosensibilizante con luces de bajo costo.
- Hay disponibilidad de formulaciones que permiten la liberación específica del fotosensibilizante a la zona.
4. Terapia combinada
La estructura protectora de la uña hace que sea difícil eliminar por completo los hongos con un solo tipo de tratamiento. Por eso, hoy por hoy se apuesta a la terapia combinada como una modalidad más efectiva. La evidencia sugiere que tanto la terapia combinada de antimicóticos como el uso simultáneo de antimicóticos y terapia fotodinámica da buenos resultados.
Al emplear fármacos y terapias con un mecanismo de acción distinta, incrementa la tasa de erradicación de los hongos; además, disminuye el tiempo de respuesta y se evidencia una mejora de los síntomas más significativa.
5. Eliminación química o quirúrgica de la uña
Cuando el tratamiento médico falla o la tiña de uñas es muy grave, el médico puede sugerir la extracción química o quirúrgica de las uñas. Son intervenciones con las que se realiza una remoción parcial o total de la uña afectada, con el fin de posibilitar una aplicación más directa del medicamento antimicótico sobre el hongo y también para eliminar tejido ungueal infectado.
En la extracción química se utiliza un agente queratolítico durante varias semanas para debilitar de manera gradual la estructura de la uña y, de este modo, realizar la remoción.
Durante una extracción quirúrgica (reservada para los casos más graves), el médico aplica un anestésico local y procede con la eliminación.
6. Remedios naturales
En varios sistemas de medicina holística se recomiendan una serie de remedios naturales como opción para tratar y eliminar los hongos de las uñas de los pies. Datos informados sugieren que son útiles para proporcionar alivio temporal de los síntomas y, ciertas veces, para mejorar el aspecto de las uñas. No obstante, no hay estudios científicos rigurosos que respalden su eficacia.
A menudo, se sugiere su aplicación como complemento de los tratamientos médicos antes mencionados. Al igual que otras soluciones tópicas, sus efectos tardan meses antes de hacerse notorios. Si la onicomicosis es severa, puede que su efecto sea mínimo o nulo. De ser así, lo mejor es acudir al dermatólogo o al podólogo.
Entre los más utilizados se destacan los siguientes:
Aceite de árbol de té: la evidencia sugiere que este ingrediente tiene propiedades antifúngicas que son útiles contra los hongos que causan la onicomicosis. Para utilizarlo, diluye de tres a cinco gotas de aceite esencial de árbol de té en 10 mililitros de aceite portador (coco, oliva, almendras). Luego, aplícalo de forma directa sobre la uña afectada.
Aceite de tomillo: su potencial antimicótico se asocia a su principal compuesto activo, el timol. Como en el caso anterior, diluye el aceite esencial de tomillo en un aceite portador (proporción de cinco gotas por cada 10 mililitros), antes de aplicarlo sobre las uñas.
Vinagre: datos anecdóticos sugieren que el vinagre (50:50 con agua) puede ayudar a combatir tanto los hongos en las uñas de los pies como el pie de atleta. No obstante, no hay evidencia de su eficacia. Se ha postulado que su uso simultáneo con antimicóticos tópicos puede resultar en mejoras de la onicomicosis.
Bicarbonato de sodio: cierta evidencia sugiere que el bicarbonato de sodio tiene propiedades antifúngicas que ayudan a detener el crecimiento de los hongos. No obstante, los estudios siguen siendo limitados. Su uso como remedio para combatir la onicomicosis está soportado en gran parte por evidencia anecdótica. Para ello, vierte 100 gramos de bicarbonato de sodio en un barreño con agua, y sumerge las uñas durante 15 minutos.
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