¿Cómo afrontar el duelo por ser querido en Navidad?

El compartir en Navidad, siempre será un motivo de alegría, de compartir y de júbilo; sin embargo, muchas personas deben afrontar la ausencia de un ser querido, que puede ser un familiar o un amigo.

Todo proceso de pérdida conlleva inevitablemente al tránsito de un duelo, que no es más que un proceso psicológico que se da de forma natural, contextualiza en entrevista a PRIMICIA, el psicólogo, Santiago Sierra.

Al ser Navidad es probable que a los individuos les vengan recuerdos que conecten con la pérdida.

“Tú puedes decidir recordar desde el agradecimiento y el amor, y buscar formas de rendirle tributo a esa persona o situación desde la alegría”.

Señala que el duelo es diferente para cada persona, el cual necesita de tiempo y de ritmos distintos.

“Las pérdidas son fenómenos que se dan en la vida humana de forma natural y, aunque probablemente nos vamos a olvidar de ese sufrimiento, sí podemos recordar la experiencia con amor, gratitud y naturalidad”, manifiesta el psicólogo.

Etapas del duelo

El especialista indica que dicho proceso se divide en etapas, las cuales van a permitir conocer qué es lo que siente la persona.

La primera es la etapa de la negación, donde el individuo rechaza la pérdida y lo que conlleva a que tenga estados de shock.

Es el momento donde el individuo fantasea con la idea de poder revertir la situación; mientras que a otras personasesa negación puede presentarse de un modo un poco más confuso.

Por ejemplo, hay personas que dicen aceptar la pérdida y niegan sentir dolor ante ella, argumentando muchas razones, con el propósito de evitar sentir dolor.

“Y dicen cosas como: mira esto tenía que pasar, esto era lo mejor; pero internamente contienen la emoción para no sufrir ante la pérdida”, resalta Sierra.

El especialista en psicología resalta que buscan distintas formas de cambiar lo que está sucediendo.

Sierra indica que esta etapa es muy corta pero agotadora, debido a que la mente no para de pensar en soluciones y/o revisar hechos que puedan cambiar los sucedido.

Luego está la etapa de la ira, durante este proceso el individuo busca atribuir la culpa de lo sucedido a otros factores, como: otras personas; situación social y económica del país; o incluso a sí mismo.

“Aquí vamos a escuchar frases como : sí yo hubiera sabido; sí yo hubiese estado presente; sí la situación fuese otra; (…); y ahí  nos podemos quedar un rato, buscando responsabilidades.

La etapa del miedo o la depresión, en este período el individuo comienza a asumir de forma definitiva la realidad de la pérdida, la cual genera sentimientos de tristeza y desesperanza.

“Por lo tanto, en esta etapa podemos ver a personas que no paran de llorar, que no pueden dormir, o al contrario personas que duermen en exceso”, detalla.

Esta etapa también puede ser corta, en la medida de que la persona sepa gestionar lo que está sintiendo, lo cual lleva al individuo a entrar en la aceptación.

En esta fase llega a ese estado de calma, el cual se asocia y comprende en los cambios dados.

Señales de riesgo

Por otro lado, existen formas diferentes de duelo, siendo la muerte de un ser querido, la más aceptada. “Cuando transitamos en estos días de Navidad y está el compartir con la familia, pero tenemos la ausencia de un ser querido, pega muchísimo en algunas personas”, recalca, Sierra.

Otros factores que le pegan muchísimo a los individuos  son: la pérdida de un trabajo, la ruptura de una relación sentimental, o incluso algunas procesiones materiales.

“Aquí lo importante es ser empáticos con quien transita un duelo, de conectar con esa capacidad que tenemos de conectar de manera correcta y sobre todo sincera, tanto con los sentimientos y emociones de la otra persona”, enfatiza.

Sierra sostiene que está bien sentir tristeza y llorar. Hacerse el fuerte o desentendido de la situación no va a servir de nada. “Hay quienes se cargan de trabajo o se ocupan de actividades, para no afrontar lo que siente”, manifiesta.

El especialista indica que en el corto tiempo el duelo que el individuo no gestionó, le va a sobrepasar, el cual puede reventar de una manera mucho más dolorosa al no ser canalizado adecuadamente.

Resalta que no existe un tiempo específico de duración del duelo, “no es un interruptor al que tú puedes desactivar, tienes que vivirlo sin culpa, sin penas y sin juicios”.

El especialista acota que si la persona está consumiendo mucho alcohol, o si se está automedicando, y comienza a llorar por la pérdida, debe buscar ayuda de un profesional, para que pueda gestionar el dolor.

“Esas son señales de que algo no está bien y que no estás pudiendo transitar esa pérdida de la forma más amorosa, consciente y gentil contigo”, finaliza Sierra.

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