El sencillo truco para que el huevo frito no se pegue a la sartén sin antiadherente

Bien sea porque suelen desgastarse rápidamente con el tiempo o acaban liberando partículas al cocinar, son varias las razones que han llevado a muchas personas a dejar atrás las sartenes antiadherentes y dar paso hacia las de hierro y acero inoxidable.
Con ello, surgen muchas dudas sobre la cocción de algunos alimentos delicados, donde entran los huevos fritos, que si nos descuidamos se pegan hasta en las sartenes con teflón. Aquí te enseñamos algunas pequeñas técnicas para que puedas alcanzar resultados profesionales. Una vez las aprendes, no hay vuelta atrás.
Sin necesidad de añadir grandes cantidades de aceite y nada de antiadherente, se pueden cocinar unos huevos fritos y a plancha en una sartén de acero inoxidable y que estos deslicen perfectamente por su superficie.
Lo primero que debes hacer es precalentarlo vacío a fuego medio durante unos minutos. Para comprobar que haya alcanzado su temperatura adecuada, podemos emplear la técnica conocida como ‘prueba de la gota de agua’: si al dejar caer una gota se desliza por la superficie como una bolita sin evaporarse, la sartén está lista para cocinar.
Justo en ese momento, añadimos una pequeña cantidad de aceite que utilizaremos para engrasar la superficie con ayuda de un poco de papel de cocina, y de inmediato, el huevo. Una vez entre en contacto con la superficie caliente, el huevo se cocinará sin pegarse al fondo y podremos sacarlo sin dificultad alguna con la ayuda de una paleta.
Una técnica culinaria basada en la ciencia
Este método infalible de la cocina se justifica con el efecto Leidenfrost, un fenómeno físico que ocurre cuando un líquido entra en contacto con una superficie mucho más caliente que su punto de ebullición. En esas condiciones el líquido no se evapora de inmediato, sino que forma una capa de vapor que lo separa de la superficie caliente.
Al trasladar este fenómeno físico al huevo frito, nos encontramos con que el vapor generado por la humedad de la clara al tocar la sartén caliente crea una fina capa que evita el contacto directo con el acero, lo cual previene que se pegue y permite una cocción uniforme sin que se queme.
Con esta técnica podremos cocinar huevos fritos o la plancha sin la necesidad de agregar grandes cantidades de grasa. Solo debemos controlar la temperatura y actuar en el momento justo. Es el único truco con el que dejaremos de depender del tipo de sartén que tengamos al momento.
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