Fármacos contra la obesidad elegidos como el mayor avance científico de 2023

Dos de las revistas científicas más importantes del mundo, Science y Nature, ha elegido a los fármacos antiobesidad como el avance científico más importante del año 2023.

La primera de las publicaciones destaca el desarrollo y descubrimiento de los medicamentos GLP-1 –agonistas del péptido similar al glucagón-1– para contribuir a una pérdida de hasta 20 kilos en personas obesas.

La segunda ha seleccionado a la bioquímica Svetlana Mojsov, figura clave para el descubrimiento de la GLP-1, como uno de los diez científicos del año.

Entre las patologías asociadas figuran los problemas cardiovasculares, la diabetes, la artritis, las enfermedades hepáticas, y algunos tipos de cáncer.

Los tratamientos desarrollados hasta la fecha no habían sido efectivos, y la presión por adelgazar equiparaba socialmente la obesidad con una “baja fuerza de voluntad”, según escribe la editora de Science, Jennifer Couzin-Frankel.

Los medicamentos GLP-1 fueron diseñados originalmente como tratamiento para la diabetes, y el sistema sanitario en España sólo los reconoce con ese fin.

No obstante, la popularidad del ozempic tras su aprobación como inyección anti-obesidad en EEUU llevó a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) a emitir un aviso de riesgo de desabastecimiento.

Los ensayos clínicos realizados a lo largo de 2023 no solo certifican que contribuyen a un adelgazamiento efectivo y duradero, sino que pueden ser efectivos contra las adicciones y las enfermedades degenerativas.

“Llevamos quince años utilizando este grupo farmacológico”, explica a El Español Cristóbal Morales, de la Unidad de Salud Cardiometabólica, Diabetes y Obesidad del Hospital Vithas Sevilla.

“Creo que la decisión de posicionarlo como reconocimiento del año viene de darnos cuenta de que no sólo mejora la diabetes o el peso, sino que también tiene un efecto cardiovascular. No se trata de un número en una báscula”.

La efectividad de los ensayos, apunta, ha sido un “pistoletazo de salida” para que “cada compañía” desarrolle su versión de los GLP-1.

“También ha sido una revolución social”, reflexiona Morales. “Es la primera vez que un fármaco de este tipo se populariza tanto en redes sociales. Hay que regularlo porque no es una cuestión de estética, sino de salud.

La persona con obesidad tiene una enfermedad con mayúsculas y con muchas complicaciones”.

“Tenemos que aprender a manejarlos”

“Hoy en día sabemos que la obesidad no depende de la fuerza de voluntad”, explica Andreea Ciudin, endocrinóloga y coordinadora de la Unidad de Obesidad del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, en declaraciones a Science Media Centre.

“Este exceso de tejido graso puede ser causado por múltiples factores, todos ellos llevando a alteraciones en el control de apetito: bajo control de hormonas que vienen del intestino como el GLP-1, o del tejido graso como la leptina. También alteran el metabolismo: baja capacidad de quemar calorías, de masa muscular”.

Ciudin destaca la eficacia de la tirzepatida, un ‘agonista dual GLP-1+ GIP’ que ha mostrado pérdidas de peso de hasta 20 % en personas con obesidad”.

Aunque se han realizado ensayos con este fármaco en España, tirzepatida está aprobado por ahora para diabetes tipo 2 con obesidad, y está en vía de aprobación para obesidad.

“En fases finales de ensayo clínico están los triples agonistas (GLP-1+GIP+Glucagon) que muestran una potencia de pérdida de peso de aproximadamente el 25 % del peso total”, adelanta la especialista.

“También tenemos que aprender a manejar estos nuevos medicamentos tan potentes no solo en pérdida de peso, pero también en remisión de comorbilidades. Según los datos recientes, parece que, tras varios años de tratamiento, al retirar los análogos de GLP-1 aparece una ganancia ponderal, pero en menor medida. No se recupera todo el peso perdido, indicando que de alguna manera estos fármacos tienen el potencial de reequilibrar la biología. De todas formas, son datos muy preliminares, más hipótesis por ampliar y demostrar”, concluye Ciudin.