Carnaval de El Callao de aniversario como Patrimonio Cultural
Con orgullo profundo, memoria viva y una alegría que se siente en cada nota de calipso, El Callao conmemora un nuevo aniversario de la declaratoria de su carnaval como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, reconocimiento otorgado formalmente en 2017, tras su inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial en 2016.
La Unesco destacó esta manifestación como una “representación festiva de una memoria e identidad cultural”, al resaltar que se trata de una práctica heredada de los festejos antillanos “Cannes Brulées”, que tomó raíz en este pueblo minero hasta convertirse en uno de los símbolos más poderosos de la diversidad venezolana.
Desde enero hasta marzo, alrededor de 3.000 personas desfilan por las calles de este pueblo del sur de Venezuela con personajes históricos, imaginarios y profundamente arraigados en la tradición afroantillana: madamas, mediopintos, mineros y diablos que danzan y celebran la vida al ritmo del calipso.
Identidad, unidad y sentido de pertenencia
La figura de las madamas, matronas antillanas consideradas pilares de la identidad callaoense, constituye el corazón espiritual de una festividad que se transmite de generación en generación, en hogares, escuelas y espacios comunitarios donde los niños aprenden a componer, tocar, cantar, bailar y fabricar máscaras.
Para la Unesco, este carnaval fortalece la identidad, la unidad y el sentido de pertenencia de los callaoenses, además de motivar a niñas, niños y jóvenes a preservar su patrimonio cultural.
El Ministerio del Poder Popular para la Cultura recordó que la declaratoria fue aprobada el 1 de diciembre de 2017 por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, reunido ese año en Addis Abeba, Etiopía.
Investigación exhaustiva
La delegación venezolana estuvo encabezada por especialistas del Centro de la Diversidad Cultural, quienes defendieron la propuesta con una documentación exhaustiva sobre la historia, el legado y el valor comunitario del carnaval.
Entre quienes vivieron de cerca esa travesía estuvo la reconocida cultora y embajadora cultural de El Callao, Iraima López, quien rememora la experiencia con emoción y gratitud.
“Fueron dos años y medio de trabajo junto a la Unesco, recopilando nuestra historia, nuestras costumbres, nuestro sentir callaoense. Llevamos más de 360 páginas de vivencias a Francia, y luego a Etiopía, donde finalmente se dio la declaración”, expresó López. “Todo esto lo hicimos con amor, con un equipo de cultores y el legado que nos dejó Isidora Agnes, impulsadora del calipso en Venezuela y en el mundo.”
Interés internacional
López resalta que la riqueza cultural del pueblo sigue despertando interés internacional. “Profesores de la Universidad de Pensilvania vinieron a estudiar por qué en este pueblo dentro de la selva se hablan inglés, patuá —patwa— y castellano. Todo eso es parte de la mezcla que llegó aquí y que nosotros mantenemos con humildad.”
Para El Callao, este aniversario es más que una fecha: es la reafirmación de una identidad que late con fuerza propia. Es el reconocimiento mundial de un pueblo que ha sabido convertir su historia, su música y sus personajes en una celebración de libertad, diversidad y resistencia cultural.
Hoy, como cada año, el estado Bolívar se une al júbilo de su pueblo callaoense. El calipso vuelve a sonar como un abrazo colectivo y una promesa: la de mantener vivo, por siempre, el tesoro cultural que hace único al Carnaval de El Callao.
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