Rafael Mendoza: Un legado de amor por la naturaleza
Rafael Mendoza dejó un legado de amor por la naturaleza a través del cuidado del parque La Llovizna y su cariño por Ciudad Guayana. Mendoza nació el 3 de septiembre de 1931 en Valencia. Falleció el 15 de mayo de 2020 en Puerto Ordaz.
A un año de su fallecimiento, su amigo Evelio Lucero lo recordó por su labor al cuidado de la naturaleza y su amor por los animales.
Lucero relató que Mendoza ocupaba un cargo en Caracas, en el que se encargaba de enviar personal a Puerto Ordaz para que laboraran en la Corporación Venezolana de Guayana.
“Fue muy querido y protegido, por su forma de trabajar, por Raúl Leoni y Rafael Alfonzo Ravard”, expresó Lucero.
Ravard invitó a Mendoza a Puerto Ordaz, con el motivo de necesitarlo para desarrollar el sector de Macagua, labor a través de la cual descubrió el Salto La Llovizna.
“Con un machete y palo en mano descubrió el salto y le dio el nombre”, resaltó el cronista de Ciudad Guayana. Relató que durante la construcción de Guri, cuando inundaron el lago para construir la represa, desarrolló sus conocimientos por los animales.
“Siempre lo veías con una culebra, un chigüire entre los pies. Cuando viene la construcción de la represa en Caruachi, es quien pone un campamento para el rescate de los animales”, añadió.
Cuidaba su parque
Lucero tenía una gran amistad con Mendoza, de quien alabó su trabajo para cuidar el Parque La Llovizna.
“Cuando el Parque La Llovizna estaba hecho, veían a Rafael Mendoza con un bastón. Él lo que hacía era cuidar su parque, con un bastón artesanal para recoger cuanta basura veía”, destacó.
El cronista comentó que Mendoza no permitía que nadie molestara a los animales, ni matar a una pequeña araña. “Un día tenía una arañita a la altura del pecho y se la iban a quitar. Dijo no, señor, eso no se mata. La agarró y la llevó a un árbol”, declaró.
Lucero le entregó un reconocimiento y le rindió homenaje en uno de los aniversarios de Ciudad Guayana y reveló que Mendoza lloraba de alegría porque se dio cuenta de que mucha gente lo quería.
También resaltó su trabajo como pintor, cuyos cuadros y artículos artesanales se mantenían en su hogar en la UD-104. El cronista afirmó que el “arquitecto de La Llovizna” pedía que sus cenizas se regaran en el salto La Llovizna.
“Se identificó con el parque”, expresó.
Lucero espera poder rendirle el homenaje que Mendoza merece dentro del Parque La Llovizna, colocando un busto en la entrada.
Lugar incomparable
Al consultar a los guayaneses sobre el significado del Parque La Llovizna, muchos coinciden en que es el mejor lugar de la ciudad.
“Es el sitio más hermoso, de incomparable belleza. Donde sientes paz, tranquilidad y echas a un lado las preocupaciones y el estrés al estar allí”, mencionó Perla Macuare.
La guayanesa resaltó que el sonido del agua, combinado con el de los pájaros es único. “Su naturaleza enamora al que lo conoce”, dijo.
Luis José Gómez opinó que el Parque La Llovizna es un tesoro natural dentro de la ciudad y que es necesario cuidarlo.
Para Rhosmar Malavé, el parque tiene una vibra diferente. Con un sonido que pone en silencio todo lo demás.
“Es la maravilla del movimiento del agua, con el rocío que cae sobre ti. Es el efecto de la luz en medio de las gotas de agua que se elevan de la cascada”, expresó.
El legado de amor por la naturaleza de Rafael Mendoza continúa latente en los guayaneses que agradecen por ese maravilloso escenario.
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