Ciudad

Padre José Gregorio Salazar cumple 30 años “haciendo la voluntad del Señor”

Para celebrarlo se realizarán cuatro misas en su honor en cuatro de las parroquias de la ciudad este 7, 12, 15 y 19 de diciembre.
martes, 07 diciembre 2021
Cortesía | Fue ordenado sacerdote a sus 25 años

Ciudad Guayana se une a la celebración del trigésimo aniversario de la ordenación sacerdotal de José Gregorio Salazar Monroy. Desde sus inicios en 1985 en el mundo sacerdotal ha pasado por siete parroquias y creado más de dos casas parroquiales. 

El religioso asegura que su misión es inculcar en los guayaneses y en los venezolanos el sentido de pertenencia hacia la Virgen Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela. El padre José Gregorio apuesta por los jóvenes y promueve las familias, centrando su trabajo y servicio en crear comunidades en familia. 

Orgulloso y agradecido por el recibimiento y acompañamiento de los laicos y comunidades en general, el sacerdote festeja sus 30 años con amor, paz y la bendición de Cristo y la Virgen María. Para honrar su trayectoria presidirá cuatro misas, desde este 7 de diciembre hasta el 19, en las parroquias en las que ha participado.

Sus inicios

Salazar tenía 19 años cuando el Papa Juan Pablo II visitó Venezuela, en enero de 1985. “El Papa dijo jóvenes no tengan miedo; no tengan miedo de responderle a Cristo y eso se me quedó grabado”, dice. 

A esa edad estaba comenzando sus estudios en medicina, pero sin dejar de participar en las actividades pastorales de la iglesia. Él no solo era parte de la pastoral juvenil, sino que también era catequista de la parroquia. 

El padre José Sánchez Platero, párroco vicario general de la diócesis de Ciudad Guayana, en aquel momento, incentivó a un par de jóvenes a tomar el primer seminario sacerdotal. Ángel Caraballo, ahora obispo de Cabimas y el padre José Gregorio fueron los que asistieron y los únicos que permanecieron. 

Era 1987 cuando José Gregorio Salazar parte a Barquisimeto para entrar al seminario Divina Pastora a estudiar Filosofía y, posteriormente lo trasladan a Pamplona a España, a continuar sus estudios de Teología en la Universidad de Navarra hasta 1991. 

Este año es cuando regresa a su ciudad natal y es ordenado sacerdote el 7 de diciembre de 1991 en la parroquia Fátima en el Centro Cívico de Puerto Ordaz, donde había sido bautizado, hecho su primera confesión y primera comunión y, posteriormente, su confirmación. 

“Fue todo un proceso. Cuando entré en el seminario pensé que si no funcionaba seguiría normal en mis estudios de medicina”, recuerda. 

Pero fue todo lo contrario y, desde entonces, ha seguido la palabra de la Biblia que lleva grabada “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Lo asocia al arte de sanar. Antes de arrancar el seminario, estaba culminando su tercer semestre de medicina, carrera que había escogido para “sanar a las personas, pero ahora el Señor me llamó para curar las almas y eso es lo que he estado haciendo”. 

 

“El cura de Ciudad Guayana”

El sacerdote José Gregorio Salazar se ha abocado a las comunidades, a apoyarlas y acompañarlas desde el inicio de su trayectoria. Ha estado en siete parroquias, una de ellas en Caracas. Actualmente reside y oficia en la parroquia Nuestra Señora de Coromoto, en Los Olivos, desde hace tres años.

Su primera parroquia fue La Inmaculada Concepción, en San Félix, hasta 1996, cuando fue trasladado a la parroquia Nuestra Señora de Fátima hasta 2007. Posteriormente pasó por la de Jesús Nazareno, Nuestra Señora de la Visitación, en Caracas. Cuando regresó fue asignado a Las Claritas San José, luego a la Sagrada Familia y, finalmente, en 2018 a la parroquia Nuestra Señora de Coromoto, donde aún continúa. 

Por sus trabajos en las comunidades como el del periódico “Iglesia Hoy”, que distribuye mensualmente a todas las parroquias, una por una, hay guayaneses que dicen que “yo soy el cura de Ciudad Guayana”. 

“Esto solo afirma que tenemos gente que nos conoce y nos apoya durante nuestro trabajo, porque ha sido un trabajo en conjunto, no solo de mi parte, he sembrado para que los niños sean los protagonistas”, relata. 

Identidad coromotana

Con su llegada a la parroquia Nuestra Señora de Coromoto, en 2018, el sacerdote José Gregorio Salazar asumió el reto de continuar con el proyecto de la casa parroquial que había introducido, anteriormente, el padre Lorenzo Garrido y esperaba respuesta de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). 

La construcción de la residencia comenzó en 1994 y culminó en 1996, siendo un proyecto ejecutado por Salazar. 

El cargo en esta parroquia es cedido por el ahora obispo Helizandro Terán y le dejó plasmado el mensaje de: “A los guayaneses le hace falta la identidad por la diócesis” y desde entonces, ha sido su misión. 

“A nosotros nos falta decir que somos 100 % coromotanos, nos falta desarrollar el sentido de pertenencia de la parroquia y de la comunidad, nos falta darle importancia a Nuestra Señora del Coromoto que es la Patrona de Venezuela, no de Los Olivos”, manifiesta. 

De sus tres años en la parroquia agradece el apoyo incondicional de los miembros de la comunidad. Cuando llegó se dedicó a observar el comportamiento del lugar para luego poder introducir los cambios paulatinamente “educando y enseñando a la gente de por qué los cambios”. 

Siempre hay cosas buenas, regulares y negativas para mejorar, apunta el padre.

Un camino para continuar

Durante los 30 años de sacerdocio, José Gregorio Salazar ha aprendido de su gente y de los valores; así como ha seguido haciendo la voluntad de Dios y la virgen María. 

Mantiene firme su deseo de crear comunidades en familia, de tener jóvenes con protagonismo social y por eso siempre se pide diciendo “danos familias santas, con vocaciones santas”.

Como objetivo de los próximos años se plantea crear un libro de la Diócesis de Ciudad Guayana, acompañado de los demás sacerdotes, párrocos, obispos y autoridades que han pasado por la ciudad. 

“Hay personas que piensan que hay cosas que se están haciendo ahorita, pero hay todo un pasado para contar”, señala. 

Sigue enfocado en el bienestar de los guayaneses, en su fe y en la vida bendecida que todavía falta por recorrer. 

Si tuviera que volver a nacer “volvería a ser sacerdote, porque esta es la voluntad de Dios, lo único es que empezaría desde antes y este año estaría cumpliendo más años de sacerdocio”. 

Mantener firme la fe

El padre José Gregorio Salazar envía un mensaje para los nuevos sacerdotes y los integrantes del laico: “Mantengan firme su fe, manténgase firme en el Señor y sean perseverantes en su esperanza”. 

 

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