Falleció Isaías Flores Medina: jefe de Brigada Forestal y rescatista en los ríos de Guayana

Isaías Flores Medina, fundador de la Brigada Forestal de San Félix, falleció este lunes 7 de diciembre, debido a complicaciones de salud. La muerte del rescatista de 70 años fue confirmada por su hija Damielis Flores.

Será recordado por los guayaneses como el único conocedor de los ríos de la región; por esta misma razón, se convirtió en experto hallando cadáveres en las profundidades del Orinoco y el Caroní.

Isaías, procedente de los caños de Delta Amacuro, se dedicó a la conservación del ambiente a la par de colaborar con cientos de familias que rastreaban en las aguas a parientes desaparecidos.

Él llevaba una lista en la que apuntaba cada rescate; de acuerdo con Damielis, quedó en 493.

Resaltó la fe de Isaías en su trabajo, pues duraba podía pasar hasta diez días buscando a un ahogado y “siempre regresaba con el muerto”.

“En Ciudad Guayana no creo que exista alguien que no conociera a Isaías. Durante los 44 años en la Brigada Forestal, como rescatista y conservador del ambiente, siempre estuvo al pendiente de los niños inscritos en la escuela, los familiares de quien rescató o estudiantes de la Universidad de Oriente (UDO), donde impartió   charlas de protección ambiental”, contó la hija.

Los métodos de Isaías

En el 2011 Isaías contó en entrevista a PRIMICIA cómo inició el trabajo de encontrar cadáveres.

Para ese año, contabilizaba 235 ahogados, desde 1977, y aseguró que seguiría trabajando hasta que su salud se lo permitiera.

Confesó que padecía de diabetes y aunque estaba bajo tratamiento, la enfermedad afectaba su rendimiento.

Isaías era famoso por sus tres métodos para recuperar los cuerpos. En esa misma entrevista, explicó que usaba un anzuelo con buen nailon y una plomada que lanzaba en el sitio donde se hundió la persona; repetía el procedimiento las veces necesarias hasta que el gancho tocara el cadáver.

La segunda técnica era sumergiéndose. “Si la profundidad es entre cuatro y siete metros, es posible que baje y vea el bulto. Si está oscuro, con tantear se siente el cadáver”, detalló antes de explicar la última opción: seguir al muerto.

“Así como el cadáver puede flotar en el mismo sitio que se hundió, el río también puede arrastrarlo. Ahí está la ciencia más grande, debo seguir la corriente para ver dónde aparece o se recuesta. Es que puede agarrar el canal del río y ese lo lleva a la barra con salida al mar; también podría quedar atrapado en un caño y, en el mejor de los casos, rodar hasta la orilla”, expuso.

La diabetes no “se llevó” a Isaías. Su hija declaró que hace una semana pasó un paludismo. Sabana de Piedra, donde residen, es una zona endémica y debido a complicaciones falleció.

Isaías fue sepultado en el cementerio municipal este miércoles.

Lo lloran su esposa, nietos y 21 hijos, algunos conocedores de las aguas y expertos en el oficio que por años ocupó a su padre.

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