Ajo para potenciar la salud
El ajo es probablemente uno de los alimentos con más estudios científicos a su alrededor. Desde la época de la Grecia clásica, cuando algunos destacados eruditos ya recomendaban el ajo por sus propiedades medicinales.
El ajo sirve para casi todo. Entre las propiedades del ajo es un destacado microbicida, desinfectante, descongestionante y tonificador de la glándula pituitaria, eficaz en la secreción gástrica y rico en hierro.
Es muy efectivo para combatir el veneno de la picadura de alimañas y tiene destacados beneficios para los problemas circulatorios.
El ajo, machacado o en zumo, posee una larga e interesante lista de beneficios.
• Riñones y vejiga: Tomar ajo en ayunas ayuda en casi todos los padecimientos de los riñones y vejiga. Esto es, desde infecciones urinarias hasta cólicos renales.
• Pulmones y sistema respiratorio: El ajo tiene un efecto descongestionante poderoso, por lo que es de gran ayuda en casos de catarros, sinusitis, tos con flemas o exceso de flemas (provocadas por una alta toxicidad en el organismo).
• Sangre y arterias: Otra de las propiedades del ajo crudo es que purifica la sangre y refresca el aparato circulatorio, actuando también como regulador de la presión arterial disminuyendo la misma.
• Hígado: Este bulbo activa el óptimo funcionamiento del hígado, órgano importantísimo para la salud en general. Puedes tomar un diente de ajo cada tres días con un poco de zumo de limón.
• Sistema digestivo: El ajo corrige el estreñimiento y desinfecta de toxinas todo el sistema digestivo.
• Lombrices: Uno de sus usos terapéuticos más conocidos de esta planta es el de que es muy útil para desparasitar y eliminar lombrices y tenia.
• Anemia: Ideal para aliviar casos de anemia, ya que fortalece las defensas, estimula los jugos gástricos, y resulta un buen aperitivo para despertar el hambre. Y además tiene hierro.
• Diabetes: El ajo aporta beneficios en caso de padecer diabetes y contribuye al equilibrio hormonal.
• Eczemas y herpes: Unas gotas de zumo de ajo son indicadas en casos crónicos de eczemas y herpes. Este se aplica directamente sobre la piel dañada.
• Obesidad: Los excesos de masa corporal pueden desaparecer si se sigue un régimen alimenticio nivelado y sano, con deporte regular y en donde se incluyan dosis de ajo.
• Fatiga y sistema nervioso. Otra de las propiedades curativas del ajo a destacar es que constituye un poderoso auxiliar en casos de fatiga, agotamiento, dolores de cabeza, problemas del sistema nervioso e insomnio.
• Ácido úrico: Eficaz ayuda contra el exceso de ácido úrico, lo ataca aliviando y ayudando las molestias de las articulaciones y músculos. Por lo tanto, es muy indicado en casos de reuma y gota ciática.
• Várices: Tómate un ajo crudo y machacado en un vaso de agua tibia en ayunas cada tres días y combina esto con 30 minutos diarios de cualquier ejercicio que te ayude a fortalecer tus piernas como bicicleta, correr, bailar.
Una vez o dos a la semana, haz una pasta de ajo crudo bien machacado con un poco de aceite de oliva y unta sobre las venas varicosas dando un leve masaje.
Vitalizador
También es beneficioso para la piel, ayuda a regular el colesterol malo y quien sabe para cuántas cosas más. El ajo contiene un compuesto llamado alicina, el cual tiene potentes propiedades medicinales
Antioxidante
Es un antioxidante natural. Contiene vitaminas como la vitamina A, vitamina B6 y vitamina C, además de minerales como hierro, azufre, fósforo y silicio.
Controla colesterol
El ajo contiene antioxidantes que protegen contra el daño celular y el envejecimiento. Puede disminuir el riesgo de sufrir Alzheimer y demencia. El ajo mejora los niveles de colesterol, lo que puede disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Nutritivo
El ajo es una planta de la familia de las cebollas, cultivado por sus propiedades culinarias y efectos saludables. Es rico en un compuesto de azufre llamado alicina, del que se cree es el responsable de todos los beneficios que aporta a nuestra salud. El ajo posee un alto valor nutritivo, pero contiene muy pocas calorías.
Té de ajo
Ingredientes
1 diente de ajo
1 vaso de agua (200 ml)
jengibre rallado (3 g aproximadamente)
1 cucharada de jugo de limón (15 ml)
1 cucharada de miel (21 g)
Preparación
Pon el agua a hervir.
Mientras se calienta el agua, trocea el ajo o, si lo deseas, puedes picarlo en pedazos más pequeños. Hazlo según prefieras. Una vez que el agua bulla, añade el jengibre rallado y el ajo previamente cortado. Deja cocer durante 15 minutos o 20 minutos.
Transcurrido ese tiempo, retira del fuego y deja reposar la infusión otros 10 minutos más.
Añádele el jugo de limón natural y la miel para endulzarla.
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