Además de ser una excelente sustancia portadora, al aceite de jojoba se le han reconocido numerosos beneficios para la piel. Se ha encontrado que posee propiedades antiinflamatorias, que previene el envejecimiento y mejora la cicatrización de heridas. Es común escuchar que se trata de un producto muy efectivo para tratar los problemas de acné. Pero, ¿hasta qué punto es esto cierto?
Si padeces o has padecido acné, es probable que alguien de tu entorno te haya recomendado utilizar aceite de jojoba para combatirlo. Y es que la consideración de este producto como un tratamiento adecuado está muy extendida a nivel popular. Sin embargo, en el ámbito científico, las evidencias al respecto son todavía limitadas.
No existen investigaciones suficientes aún para determinar que el aceite de jojoba ayude a combatir el acné. Sin embargo, se han llevado a cabo ciertos estudios que arrojan resultados prometedores.
Por ejemplo, en uno de ellos, los participantes utilizaron mascarillas faciales de arcilla y aceite de jojoba para tratar el estado de su piel. Tras aplicárselas dos o tres veces por semana durante seis semanas, el acné y las lesiones cutáneas se habían reducido de forma significativa.
Otros estudios han comprobado que ciertos componentes de los aceites vegetales (entre ellos el de jojoba) son capaces de actuar sobre la piel reparando la homeostasis de la barrera cutánea. Esta es una propiedad que se intenta potenciar con variantes emulsionadas.
El comprobado efecto antiinflamatorio es beneficioso para condiciones como el acné o las dermatitis. Algo que sumado a la capacidad de cicatrización del aceite de jojoba lo convierte en un interesante coadyuvante.
Incluso, una investigación llevada a cabo con ratones puso de manifiesto que la aplicación transdérmica del aceite de jojoba tiene efectos sobre los parámetros bioquímicos de la sangre. A los 30 minutos de la aplicación, los niveles séricos de ácidos grasos no esterificados se incrementaron. Lo que implica que ciertos componentes del aceite penetran en la piel generando cambios importantes.
Recomendaciones
En definitiva, el aceite de jojoba sí puede resultar de utilidad para combatir el acné. Sin embargo, no es recomendable utilizarlo como única medida, ya que no se trata de un tratamiento de primera elección.
Para eliminar el acné o reducirlo de forma significativa es imprescindible ser constantes y perseverantes con unos cuidados básicos. En primer lugar, es necesario mantener la piel limpia y seca para que los poros no se obstruyan ni se infecten.
Para ello es recomendable lavarse la cara dos veces al día con agua y un jabón suave específico para pieles con tendencia al acné. La limpieza debe hacerse masajeando de manera circular, pues una fricción excesiva puede dañar la dermis.
Por otro lado, evita tocarte la piel de la cara con las manos sucias y, sobre todo, no aprietes, toques o revientes los granitos. Al hacerlo aumentas el riesgo de generar una herida que puede derivar en una futura cicatriz. Además, es probable que una infección se extienda.
Adicionalmente, el peróxido de benzoilo, aplicado de forma tópica, tiene una importante acción bactericida y antiinflamatoria. Utilizar cremas y lociones de venta libre elaboradas con este compuesto puede ayudar a combatirlo.
Acude a un profesional
En definitiva, el acné es una condición que puede producirse tanto en hombres como en mujeres de todas las edades y puede surgir por diversas causas. En ocasiones, su aparición es el resultado de alteraciones hormonales propias de la edad; es lo que sucede durante la pubertad.
Otras veces está relacionado con el uso de anticonceptivos hormonales. Incluso, ciertos tipos de alimentación pueden aumentar la propensión a padecerlo. Por ello, es de suma importancia mantener una higiene facial adecuada y ser cuidadosos con el cutis.
Mantener la piel siempre hidratada y utilizar productos específicos para nuestro tipo de dermis también puede ser de gran ayuda. Del mismo modo, ciertos fármacos o tratamientos fitoterapéuticos, como el aceite de jojoba, son adyuvantes.
De todas maneras, ante tal condición, lo más recomendable es acudir a un profesional. El dermatólogo podrá analizar con mayor precisión el origen y recomendar el abordaje más adecuado. Si queremos evitar errores que puedan dañar aún más nuestra piel, será necesario ponernos en sus manos.